Una cabeza llena de fantasmas
Texto: Paul Trembaly
Traducción: Manuel de los Reyes
Comencé a leer el libro sabiendo que Stephen King dijo que
lo mató de miedo y que había obtenido el Premio de Novela Bram Stoker; digo
esto a modo de avance de lo que pensaba encontrarme.
Inicié la lectura y pronto me sentí desconcertado no sabía
muy bien qué leía y a quién leía, pues me topé con varias voces narrativas y
saltos en el relato, lo que me hacía sopesar el libro.
Hay una voz narrativa que representa a una señora que
entrevista a una joven para rememorar lo que sucedió a su familia quince años
antes; la voz de la joven, hermana pequeña de la adolescente poseída por el
diablo; y la voz de un blog donde se analizan los sucesos desde una perspectiva
televisiva.
Poco a poco fui cogiendo el hilo y me enganchó la trama; a
veces ese enganche era débil, otras muy cinematográfico y otras bastante
espeluznante.
La trama es simple, una familia media norteamericana sufre
los efectos de la crisis, su economía se resiente y a los problemas materiales
se unen los familiares y una hija adolescente con síntomas de esquizofrenia que
los médicos no sabe cómo atajar.
Ante las penurias económicas, las malas relaciones de la
pareja y los problemas de esta hija y de otra pequeña, no saben qué hacer; la
madre es muy escéptica en cuanto a las soluciones que se le ofrecen; el padre
se repliega en la religión cristiana y busca el apoyo de un cura; y la
adolescente manipula todo lo que puede a los demás, especialmente a su hermanita.
Y por si esta mezcla de medicina, religión y parasicología
no fuese suficiente, la familia se vende a una productora de programas
televisivos basados en hechos reales para sufragar los gastos.
Desde ese momento la narración toma otra nueva vertiente,
ya no son los recuerdos de esa niña que cuenta muchos detalles de algunos aspectos
del suceso ya sean charlas, grabaciones, comentarios… y otras pasa de puntillas
por problemas de más calado emocional como el exorcismo, la crisis de pareja de
los padres, los problemas psicológicos de todos, sino que hay que sumarle la
fuerza del reality show y la presencia
del personal de la cadena televisiva.
Toda esta mezcla de elementos hacen que la narración tome fuerza
y, sobre todo, sobrecojan algunas escenas, como las finales del relato, a la
par que el lector percibe una crítica al papel que juega la memoria en cada uno
de nosotros, a la labor de los medios de comunicación, a las religiones, a la
ciencia y al poder del mal en el ser humano.
Se trata de una narración salpicada de recuerdos y
comentarios desde una perspectiva infantil que nos deja multitud de preguntas y
que cada lector sentirá de forma diferente según su estado de ánimo o
conocimiento del tema.
Es un descenso a la locura que arrastra a una familia y a
la sociedad a una sinrazón donde misterio, terror y drama se dan la mano.
Sin duda hará pasar un buen rato de miedo a los jóvenes
amantes del género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario