sábado, 4 de agosto de 2018

Elio. Una historia animatográfica de Diego Arboleda y Raúl Sagospe


Elio. Una historia animatográfica

Texto: Diego Arboleda

Ilustración: Raúl Sagospe


Colección Narrativa infantil

ISBN 978-84-698-0977-8

140x210 mm,  240 páginas

(+ 11 años) 15€, 2017.


Por José R. Cortés Criado.


Diego Arboleda y Raúl Sagospe vuelven a traernos una historia verosímil inspirada en hechos reales, que tienen apariencia de inverosímiles, gracias a la habilidad para recrear escenas mágicas donde fluye la realidad cotidiana.

En esta ocasión sitúan la trama a finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuando el cinematógrafo hace su aparición como medio de entretenimiento en los escenarios importantes del mundo.

Pero no sólo está el cinematógrafo, también se hace referencia al animatógrafo e incluso al fusil fotográfico que dispara sucesivas fotografías en vez de balas y el taumatropo.

Con este trasfondo, también se involucra a la reina española, María Cristina, las infantas María Teresa y María de las Mercedes y el príncipe Alfonso, que a punto estuvieron de ser secuestrados por la empresa ultra secreta SSSCH (Sociedad Secreta de Secuestros y Chantajes).

A ello se han de unir un circo muy peculiar con sus forzudos, saltimbanquis, magas y demás, mezclándose ciencia y magia a lo largo de las páginas.

Frente a la adversidad de los hermanos Lumière con su cinematógrafo contra Rousby y su animatógrafo; a la presencia de ancianas ataviadas con dos paraguas, especialistas en secuestrar a personas; a las demás sociedades secretas que pululan por Europa, y demás intrigas, surge un personaje muy peculiar, Elio.

Elio es más pobre que las ratas, ya que ellas al menos poseen un mendrugo de pan, vive en un orfanato, dirigido por un señor que tiene esclavizados a los pequeños acogidos y que hace todo lo posible para que ninguno de ellos sea acogido por familias interesadas en tener familia.

Pero Elio es el niño de la suerte, es el primero que logra ser adoptado, por un oftalmólogo y su señora. Él siempre está serio aunque se ría y ella siempre ríe aunque hable en serio.

Elio padece acromatopsia, es decir, solo percibe los colores blanco y negro y todos los matices de los grises. También tiene algo de magia en su cuerpo y hasta las ratas le dan algún que otro mendrugo para poder sobrevivir en aquel decrépito orfanato.

Como todo es normal y extraño a la vez, se mezclan hombres de ciencia que no aman el circo, con amantes de la magia que hacen que el hijo adoptado se sienta atraído por el circo y sus singulares miembros, todos ellos con alguna particularidad muy especial.

Los pormenores que enfrentan al cinematógrafo con el animatógrafo, los secuestros, los avances científicos y la magia de Pitia hacen que todas las aventuras singulares, peligros, sorpresas, temores, intrigas… tengan al lector atento a sus páginas.

La aventura no se detiene y cambia de capítulo en capítulo, haciendo su autor gala del buen hacer para que la magia de las palabras embauque a los lectores.

Este particular mundo entre realidad científica y atracción de feria con personajes disparatados, sorprendentes, encantadores y amigables es ideal para recrear situaciones anómalas aunque hayan sucedido realmente.

El texto se acompaña de las imágenes de Raúl Sagospe, que reflejan diferentes escenas a modo de imágenes en movimiento, algunas doble páginas parecen secuencias de fotogramas.

El color de las imágenes suele estar desvaído, quizás en homenaje a su protagonista, aunque hay gamas de colores variadas.

Los muchos dibujos que acompañan el texto tiene fuerza y vida; algunos movimiento y todos reflejan momentos importantes de la historia con muchos pequeños detalles que dan viveza al relato.

Este libro fue incluido en la Lista de Honor de OEPLI 2017.

Si quieres conocer Los descazadores de especies perdidas de estos autores pincha aquí.


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