Kashtanka
Texto: Antón Chéjov
Ilustración: Rebeca Luciani
Editorial Kalandraka
ISBN: 978-84-1343-062-1
150 x 235 mm, 72 páginas
14 €, (+ 9 años) 2021.
Por José R. Cortés Criado.
“Una perra joven de color cobrizo, cruce de
chucho
con perro salchicha, que en el morro
se parecía mucho a un zorro, corría para
allá
y para acá por la acera y miraba alrededor
con desasosiego.” Antón
Chéjov: Kashtanka
Antón Chéjov nos cuenta la historia de una perrita
que, como siempre, salió acompañando a su amo, un ebanista algo borrachín, al
que le gustaba visitar demasiado las tabernas. Como ella conocía sus
costumbres, esperaba que saliese de los locales deambulando, pero aquel día no
lo volvió a ver.
Así andaba, cabizbaja, apesadumbrada y muerta de
frío. Temía no volver a su casa, ser una víctima del abandonó y cuando más
desesperada estaba, como nos dice el escritor ruso: “Si fuera un ser humano,
probablemente habría pensado: -¡No, no se puede vivir así! ¡Tengo que pegarme
un tiro!”
Menos mal que siempre hay una buena persona que
nos echa una mano en los momentos difíciles. Nuestra perrita fue llevada a casa
por un señor algo extraño. La dejó dormir a cubierto y le dio algunas normas,
dónde no entrar o dónde permanecer.
Añoraba su antiguo hogar, aunque este era mejor y
le daban de comer bien y la trataban con amabilidad. Al poco conoció a sus
compañeros de piso. Las relaciones eran algo extrañas, sus comportamientos la
sorprendían, sobre todo cuando llegaban las horas de ejercicios. El cerdo, el
ganso y el gato, con nombres muy pomposos, hacían cosas extrañas, después de
muchas horas de ensayo.
Obedecían las órdenes del señor amable, eran
capaces de hacer sonar una campana cuando le anunciaban que había un incendio,
disparaban una pistola si había un robo e, incluso, formaban una pirámide de
animales. La perrita también aprendió a andar sobre las patas traseras y hacer
otras monerías.
Y llegó a debutar en el circo. El desconocido que
la adiestró era un payaso. Ella, con su nuevo nombre, Tiotka, mostraba sus
habilidades, y en ello estaba cuando fue reconocida por su anterior amo y su
hijo. No pudo resistir su instinto y volvieron sus recuerdos. Echaba mucho de
menos las virutas del suelo, el olor a pegamento, el polvo de la casa y los
paseos con su amo.
Este cuento fue publicado en 1887, su título
significa castaña; es de los más leído por los pequeños lectores rusos. Su
protagonista, una perrita muy humanizada, nos trae, con mucho humor sus
vivencias y, con un estilo sencillo y directo, nos habla de la ternura y la
fidelidad. Aunque ella recibe una vida mejor con su nuevo amo, no puede olvidar
su anterior hogar.
El sentido texto se acompaña de las ilustraciones
de Rebeca Luciani que lo dotan de un aire nuevo lleno de colorido en las
escenas nevadas y en los ensayos de los cuatro con animales, donde destaca
Kashtanka por su atuendo con aire ruso.
Amable y tierno cuento contado desde una óptica
perruna cargada de sentimientos humanos, que nos hace valorar la amistad, la
familiaridad y la lealtad. Seguro que gusta a grandes y pequeños.