La gota de lluvia que tenía miedo
Texto: Jordi Sierra i Fabra
Ilustración: Betania Zacarías
Editorial SM
Editorial SM
Colección Barco de Vapor Serie Blanca
ISBN 9788467593976
8€, (+ 6 años), 56 páginas
2018.
Por José R. Cortés Criado.
Jordi Sierra i Fabra es un
prolijo escritor de novelas que de vez en cuando bucea en los versos, y no suele
hacerlo mal, sirva a modo de ejemplo el haiku que publicó en el primer número
de la revista de la fundación que lleva su nombre, La página escrita: Mi pluma traza / palabras en el viento./ Simples
ternuras. JSIF. (http://www.lapaginaescrita.com/revista/2012/01/#page/74)
Y en esta ocasión ha reescrito
su primer cuento en prosa para deleite de los pequeños lectores en verso, para
ello ha utilizado estrofas de cuatro versos con rima asonante a modo de cuarteta.
Se trata de un relato importante
del que nos dice al final el autor: “Esta es, pues, la historia, / que os quería
explicar. / Guardadla en la memoria. / ¡No la podéis olvidar!”, y no es para
menos.
Imaginad que una gota no
quiere desprenderse de su nube, si eso se permitiese, ninguna querría saltar y
con ello la sequía sería permanente y la vida en la Tierra desaparecería, de
ahí la importancia de que todas las gotas salten y del empeño de la nube en que
así sea.
Pues eso es lo que sucedió
cierto día. En la superficie de nuestro planeta todos penaban, animales y
plantas, porque la lluvia no llegaba y cuando llegó, lo hizo la vida; todos se
alegraron y comenzaron un nuevo ciclo vital.
Pero cuando la nube regresaba
vacía descubrió en su interior una pequeña gota que a sujetaba con fuerzas
porque temía hacerse daño al caer al suelo. A la nube le costó trabajo
convencerla, aunque lo consiguió tras prometerle que caería muy suave sobre un
lugar blando donde permanecería eternamente.
Y así fue, pues la nube
ascendió mucho, la gotita al caer se heló y suavemente terminó en una cumbre
cubierta de nieve eterna, donde reposa para siempre tras una caída suave y
feliz.
Jordi Sierra i Fabra nos
advierte para que seamos precavidos: “Si vais por aquella montaña, / tened
cuidado de no pisar / al copito que con buena maña / en la se fue a parar.”
Si ingeniosas son las cuartetas que alegrarán la lectura de
los pequeños que se atrevan a leer estos versos, más llamativas son las
estupendas ilustraciones de Betania Zacarías, que utilizando técnicas mixtas
pone sobre el papel pinturas y recortes llenos de magia y ternura.
La ilustradora sabe utilizar los colores para mostrar la
intensidad de los versos, ya sea ante un paisaje árido donde predominan los
tonos rojos, amarillos, marrones como los verdes, rojos y azules cuando llegan
las lluvias y vuelve la alegría al paisaje y a sus animales.
Muy graciosas las nubes con sus cumbres cubiertas por recortes
de colores tristes que se vuelven alegres tras la lluvia y esas inmensas gotas
de agua cayendo al suelo o los enormes copos dejándose caer con suma levedad.
Me ha gustado mucho el cuento, he pasado un ratito
entretenido con sus agradables versos y he disfrutado con el regalo visual de
sus páginas coloristas llenas de vida.
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