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lunes, 6 de mayo de 2019

"El piojo saltarín en la biblioteca" de Raquel Díez


El piojo saltarín en la biblioteca

Texto: Raquel Díez

Ilustración: Anna Laura Cantone


Colección Álbum Ilustrado

ISBN  978-84-698-4702-2

295 x 230 mm, 32 páginas

12 €, (+ 5 años) 2019.


Por José R. Cortés Criado.

"Salta, salta, saltarían. / Pilla, pilla, pillarín. / Ppica, pica, picarón. / ¡Chincha, chioncha, chincharrón!". Raquel Díez: El piojo saltarín en la biblioteca


Por todos es sabido que los piojos saltan de cabeza en cabeza, pero a este, le encanta el abecedario, ha aprendido a leer y escribir y disfruta en la biblioteca. En su paseo por el país de los cuentos se encontró a un pintor, Leonardo da Vinci, mientras pintaba a una señora de enigmática sonrisa y pose tranquila llamada Mona Lisa.

También tropezó con Juan Ramón Jiménez y su burro Platero, y María Anna Morzart que enseñaba a tocar el piano a su hermano pequeño llamado Amadeus; y vio a don Quijote, Rocinante y Sancho Panza.

A todos los que encontró les dio un picotazo, a una en el cuadro, a otra en su enorme moño, a otro en su calva, a otro en su pelaje, de todos aprendió algo y de todos salió airoso, salvo de Sancho Panza que ese día había comido demasiada fabada y tantos gases almacenó en su tripa que al expulsarlo provocó un enorme estruendo seguido de una fuerte viento que se llevó al piojo saltarín a cualquiera sabe dónde.

Ingeniosa historia la de este piojo saltarín que aprendió a leer y escribir gracias al uso del diccionario, que divertirá a los pequeños lectores por la gracia de la historia y por la rima de su texto.

Raquel Díez nos narra lo sucedido en pequeños estrofas de arte menor de cuatro versos arromanzados. Al ritmo de las palabras hay que sumar el del tipo de letra, que cambia de tamaño, color, forma y dirección de vez en cuando.

También llama la atención la estrofa rimada que salta de un lugar a otro y nunca aparece escrita en línea recta, siempre imitando el salto del piojo.

La imagen del piojo es una mezcla de retales y colores, como el resto de las ilustraciones, en las que destacan trozos de periódicos que simulan libros, caballetes o partituras, mezclados con trazos de lápices y multitud de colores. 

Llama la atención el enmarque de cada doble página con recortes de papel de periódico haciendo ondas en los bordes y la mezcla de colores atrevidos que lo adornan.

Sin duda, un buen álbum ilustrado de forma apaisada que despertará el interés de los pequeños lectores y de los no tan pequeños.

martes, 21 de enero de 2014

"Nina buena, Nina mala" de Juliet Mickelburgh

Nina buena, Nina mala

Texto: Juliet Mickelburgh

Ilustraciones: Anna Laura Cantone

Editorial Edelvives

Álbum infantil. Cartoné.

185x240 mm, 40 págs.





Por José R. Cortés Criado.


Nina es una niña buena y como tal se comporta, pero llega un momento en el que se cansa de serlo, y comienza a ser respondona, pintar las paredes, sacar la lengua, pintorrear los libros, bailar durante las clases y ya no decía por favor ni gracias..., en fin que se convirtió en una niña mala.

En un principio la novedad le gustó, porque nadie le decía que era buena, ni que era un ejemplo a seguir, ella era catalogada de mala y castigada en su cuarto.

La vida continúa y Nina se cansa también de ser mala, está aburrida de serlo y decide cambiar, pero no sabe qué postura tomar y después de pensar y pensar, decide ser Nina. La niña toma la postura más sensata después de adoptar distintos roles.

Es una bella historia contada con gracia que hará reflexionar a los pequeños sobre la postura a tomar en la vida; dejando claro que la mejor opción posible es la de la normalidad.

También nos hará reflexionar a los mayores que a veces, con nuestros comentarios, forzamos situaciones no deseadas y sometemos a los niños a más presión de la que pueden soportar.

Al texto de Juliet Mickelburg hay que añadir las ingeniosas ilustraciones de Anna Laura Cantone, que nos muestran una Nina divertida, traviesa, ingeniosa... con pequeños trazos llenos de vida.

Al trazo del lápiz y al color se añaden elementos de distintas texturas a modo de collage, dando como resultado unas bellas ilustraciones muy atractivas.

Además las imágenes por sí solas conforman una propia historia, que si bien complementa el texto, tiene argumentación propia; podemos ver pequeños elementos gráficos como las mariposas que la acompañan o las hojas otoñales, pequeños animales u objetos cotidianos.


Es un acierto esta publicación de la editorial Edelvives para los pequeños lectores.