sábado, 13 de abril de 2019

"¡Que empiece el espectáculo!" de Wilfrid Lupano y Stéphane Fert


¡Que empiece el espectáculo!

Texto: Wilfrid Lupano

Ilustración: Stéphane Fert

Traducción: Pau Joan Hernández


Colección Juventud Cómic

ISBN 978842614565-9

245 x 325 mm, 24 páginas

17 €, (+ 7 años) 2019.


Por José R. Cortés Criado.

"Me había sentido totalmente ridículo intentando divertir a aquel hatajo de bufones repletos de medallas."

Cierto día llegó un circo al país del general Cipriano Tirano y, de entrada, no le gustó nada, pero aconsejado por su Ministro de Diversiones, que pensó que sería bueno que el circo divirtiese a los habitantes de su país porque estaban algo tristes y cansados de comer solo patatas cuando había patatas.

Al general solo le gustaba el orden, la disciplina, los desfiles, las medallas y que nadie protestase ni manifestase algo en contra de sus deseos, por eso mandó llamar al jefe del circo y se presentaron todos los miembros del espectáculo, ellos no tenían jefe y funcionaban muy bien. Al general eso no le gustó y les advirtió de que si se salían de las reglas serían castigados.

Cuando llegó la hora, hubo de esperar al general y a sus amigos cargados de medallas, por fin comenzó y todo el mundo se alegró hasta que salió el domador de tigres y no le gustó que ese señor dominase al animal porque a él lo apodan el tigre y nadie puede con el general, así que mandó al domador a la cárcel.

Por h o por b, todos los integrantes del circo fueron encarcelados, nadie se libró, siguiendo con el hombre más fuerte del mundo, el funambulista y sus tucanes bromistas, Margarita la prodigiosa amazona, el mago Guru Sabu, la jirafa bailarina de claqué, las hermanas halterófilas, el hombre-bala, hasta que le llegó el turno al payaso Óscar.

El payaso solía estampar sus tartas de nata en la persona más ridícula del público y después de dar varias vueltas se la estampó en la suya. Al general esto le hizo tanta gracia que comenzó a reírse cada vez con más fuerza hasta que se murió.

Si queréis saber por qué el payaso Óscar se estampó la tarta en su cara deberéis pensar o leeros el libro. Lo que si es cierto que gracias a su audacia logró que las libertades volviesen a esa ciudad. Después todos los presos fueron librados, la prisión destruida y con sus piedras construyeron una escuela de circo.

Este álbum es un cómic a todo color donde se combinan viñetas de diferentes tamaños y formas. Los lectores podrán seguir la trama leyendo los bocadillos y observando cada dibujo, todos ellos llenos de gran expresividad y multitud de detalles.

El dictador y sus adláteres están dibujados con gafas oscuras, pequeño tamaño, uniformes cargados de medallas y caras de pocos amigos. Los miembros del circo pasan de expresar alegría a estupor. Al final tanto los circenses como los ciudadanos recobran las sonrisas y están alegres.

Este cómic es un canto a libertad y una crítica las dictaduras. Con esta forma sencilla y divertida se acercan los ideales democráticos a los pequeños lectores.

Lupano muestra un régimen totalitario tan grotesco que nos hace reír, pero con tanto paralelismo con la realidad que nos hace reflexionar a todos con el tipo de sociedad que deseamos para vivir.

A la seriedad del texto recubierto de tonos graciosos, hay que sumar la maestría de Fert que sabe dibujar perfectamente cada personaje y un entorno vivo y convulso. Algunas escenas me recuerdan cuadros de Gustav Klimt.

El libro contiene un juego de memoria, para ello hay tres láminas con dibujos de los protagonistas, para jugar hay que recortar las treinta y dos cartas, ponerlas boca abajo en la mesa y voltear dos cartas, si coinciden se gana, si no, se vuelven a poner boca abajo y prueba suerte otro jugador. Cuando no queden cartas en la mesa se finaliza y gana quien tenga más cartas en su poder.

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