domingo, 26 de abril de 2020

"El caracol de fuego" de David Requesens

El caracol de fuego
Texto: David Requesens
Ilustración: Lis del Carmen López
Editorial Navarra Ediciones
ISBN: 978-6079497651
267 x 192 mm, 24 página
Primeros lectores
120 $ mexicanos, 2019.




Por José R. Cortés Criado.


"Le traigo mi caracol para que le ayude a hornear bolillos. Se porta muy bien, es chiquito y solo necesita unos cuantos trocitos de carbón al día". David Requesens: El caracol de fuego.

Simpática historia cargada de lirismo. Yo, al igual que la panadera del libro, no había oído hablar de caracoles de fuego, así que me parece bastante ingeniosa la idea y me ha hecho reflexionar sobre esas pequeñas cosas mágicas que encuentran los niños y que los adultos somos incapaces de vislumbrar.

La historia comienza cuando un niño sopla él anafre de su casa y sale un caracol de fuego de un carbón encendido y Miguel, el joven protagonista, como cualquier niño, quiere coger ese ser tan especial y conservarlo.

Rápidamente le surge el primer problema. No sabe cómo cogerlo, después cómo conservarlo. Su mamá le recuerda que solo usan el anafre en raras ocasiones y no tiene en casa carbón para alimentarlo. Le aconseja que lo lleve a la cafetería de un vecino porque tal vez le sirva para calentar el café, pero allí no usan carbón.

El protagonista sigue en busca de ayuda y siempre es la misma respuesta, ahora se usa gas y electricidad para cocinar, hornear o hacer café. Y como en toda historia mágica, sin esperarlo llega la solución.

Desde entonces Miguel se siente feliz porque su mascota algo especial tiene compañía y está a buen cobijo. La ve diariamente y encima es útil, ya que ayuda a cocinar camotes.

Los pequeños lectores seguro que se sienten identificados con Miguel, ya que todos los niños disfrutan con los animales de su entorno y habrán cogido caracoles más de una vez, bien para observarlos o guardarlos durante unos días como mascotas. Esta historia insólita de un animal de fuego debe ser mágica para ellos.

A la sencillez del texto David Requesens hay que sumar el colorido de las ilustraciones de Lis del Carmen López, que con trazos limpios nos presenta a los personajes en sus escenarios, casi todas sobre fondo blanco.

Llaman la atención los trazos de ceras y lápices que dan volumen a personas, árboles, muebles e incluso a tan singular caracol que muestra un cuerpo formado por círculos concéntricos rojos, amarillos y naranja, al igual que las crestas que le salen simulando llamas.

Con sencillas palabras, el protagonista nos muestra sus buenas intenciones, sus deseos de ayudar a su amigo tan especial y su preocupación por buscarle un hogar. A su generosidad hay que añadir la del joven del carrito de camotes, que no duda en acogerlo junto a sus caracoles de fuego. Amistad y buen corazón unen al niño, a la panadera y al joven.

Buen libro para primeros lectores a los que abrirá una puerta a la imaginación, a la amistad y al cuidado de los demás.

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