domingo, 9 de septiembre de 2018

"Las trenzas la Luna" de Alfredo Gómez Cerdá


Las trenzas la Luna

Texto: Alfredo Gómez Cerdá

Ilustración: María Luisa Torcida

Editorial Everest

ISBN 9788444143347

190 x 120 mm, 96bpáginas

(+ 8 años) 8€, 2001.

Por José R. Cortés Criado.


Gómez Cerdá escribe un libro diferente, en él el escritor es uno de los personajes principales, su papel es el de escritor y sus problemas a la hora de crear una historia. Así lo vemos dudar, pensar, mirar por la ventana, idear y hasta leer cartas, observar a la cartera y comprobar el estado de los árboles que divisa desde su ventana.

En su buhardilla anda el hombre preocupado cuando recibe una carta de Rosa la alta, la de los labios rojos, una maestra que tiene su escuela en un pueblecito verde, cerca de un río y de unas montañas que el escritor conoce.

En esa carta la maestra le regala un título para un libro, Las trenzas de la Luna, eso le gusta a Alfredo, a él no le gusta que le regalen ideas, de esas tiene muchas, pero los títulos se le resisten, así que le viene bien.

De sus devaneos con la carta, los recuerdos y los deseos de escribir una historia donde los alumnos de Rosa tengan cierto protagonismo habla el autor y se anima a escribir al colegio y pedir algo más a los alumnos para ese libro.

El escritor recibe una carta con una fotografía, resulta ser de una niña que los alumnos han apadrinado de alguna manera. Un señor fue a su cole y les pidió una ayuda para las familias refugiadas que viven lejos de sus países de origen.

Cuando el escritor ve la foto y lee que ella se llama Luna cambia el título, le quita el articulo y la protagonista ya no es el satélite de la Tierra, es esa niña de piel oscura, largas trenzas negras y ojos negros muy tristes.

Y para darle más interés a la trama le pide a los alumnos de ese pueblo tan bonito que le manden los textos que ellos escribirían a esa niña llamada Luna. De esos textos salen muchas ideas, unos proponen consejos útiles, otros preguntan sobre su vida, su familia, su tristeza..., en fin carta de niños para otra niña que gracias a una foto dejó de ser una desconocida.

Todo el libro es un partido entre el escritor y los alumnos. La trama salta de un escenario a otro, las cartas van en ambas direcciones y por último llega la carta de Luna, en la que resume su vida.

Luna vivía felizmente en un país de centroafricano, tenían sus tierras, cultivaban el campo y acudían a la escuela, hasta que una guerra acabó con todo y tuvieron que huir. Desde hacía poco tiempo vivía en un pueblo precioso que es atravesado por un río, tiene unas montañas cerca, una hermosa calle que lleva por nombre Libertad, una panadería que huele muy bien...pero nos avisa de que no puede decir el nombre del pueblo porque viven ocultos en una nave abandonada.

Los niños enseguida descubren de qué pueblo habla Luna, la tienen más cerca de lo que podían imaginar. La vida les cambió a todos, a Luna porque de pronto tiene un grupo de amigos que se preocupan por ella y el resto de los niños porque han conocido lo desagradable que puede llegar a ser la vida para algunos niños sin tener culpa de nada.

Alfredo Gómez Cerdá publicó en 2001, cuando el problema de los migrantes no estaba de tanta actualidad informativa, ni generaba tantas posturas encontradas. Hoy sigue teniendo vigencia a pesar del paso del tiempo.

Al tema de los migrantes hay que añadir el protagonismo de los niños como partícipes de esta historia, lo que le añade un plus de calidad, y como me dijo el autor en la dedicatoria del libro, se trata de un “libro un poco extraño y entrañable”.

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