Soy una nuez
Texto: Beatriz Osés
Ilustración: Jordi Semepere
Colección Tucán Naranja
ISBN 978-84-683-3457-8
130 x 195 mm, 128 páginas
(+ 8 años) 8,95 €, 2018.
Por José R. Cortés Criado.
Original y entrañable historia la que cuenta
Beatriz Osés en este libro. Un niño llamado Omar es una nuez y como cayó del
árbol del jardín de una señora abogada, esa nuez, Omar, es de su propiedad,
según una antiquísima ley.
El juez Panatta no sale de su asombro, cómo una prestigiosa abogada que no ha perdido nunca un caso se presenta con semejante argumento ante el tribunal.
La señora Marinetti, abogada amargada y temida por todos, no se retrae y sigue argumentando a favor de la identidad del pequeño niño refugiado, para ella es una nuez y presenta sus testigos para argumentar su defensa.
Primero es el chico, él se reconoce como hijo de un jardinero y de una madre que olía a canela y que es una nuez.
Así pasan por el estrado un botánico, al que Omar enseñó a tratar las plantas, que reafirma que el niño es una nuez; una señora especializa en tejidos con un tacto muy especial que no duda en afirmar que es una nuez porque su rugosidad, su tacto inconfundible, su dureza y, al mismo tiempo, su fragilidad así lo confirman, lo que no dice es que echa de menos a su nieto y Omar le hace compañía; otro vecino que tiene fama de ser el mejor olfato de la zona, lo confirma porque huele como una nuez, también le gustan los pasteles que le hace Omar; otro que si…
El juez Panatta no sale de su asombro, cómo una prestigiosa abogada que no ha perdido nunca un caso se presenta con semejante argumento ante el tribunal.
La señora Marinetti, abogada amargada y temida por todos, no se retrae y sigue argumentando a favor de la identidad del pequeño niño refugiado, para ella es una nuez y presenta sus testigos para argumentar su defensa.
Primero es el chico, él se reconoce como hijo de un jardinero y de una madre que olía a canela y que es una nuez.
Así pasan por el estrado un botánico, al que Omar enseñó a tratar las plantas, que reafirma que el niño es una nuez; una señora especializa en tejidos con un tacto muy especial que no duda en afirmar que es una nuez porque su rugosidad, su tacto inconfundible, su dureza y, al mismo tiempo, su fragilidad así lo confirman, lo que no dice es que echa de menos a su nieto y Omar le hace compañía; otro vecino que tiene fama de ser el mejor olfato de la zona, lo confirma porque huele como una nuez, también le gustan los pasteles que le hace Omar; otro que si…
Es que la forma de vivir de todos ellos, incluida la
abogada, cambió a bien desde que ese niño entró en sus vidas.
El juez, cada vez más alucinando, no podía entender qué les pasaba a todas esas personas que defendían que el niño era una nuez caída del nogal de la abogada en su jardín y, en consecuencia, era de ella; a pesar de que estos testigos estaban enemistados con la abogada por haber sido denunciados por cosas absurdas.
Hasta el fiscal cambió de opinión cuando Omar recuperó
su gatito de un tejado. En realidad todos defienden la falsa identidad del
pequeño porque con su trato ha conseguido conquistar los corazones de todas las
personas que trató. Tiene la facultad de convertir en mejores personas a todas
aquellas que conoce.
Mientras tan asombroso juicio tiene lugar, Omar va relatando quién es, cuenta cómo huyó de su país en guerra, cómo murieron ahogados sus padres al atravesar el Mediterráneo y cómo se escapó del centro de acogida en Italia.
Sin duda
una historia agridulce; por un lado un juicio surrealista cargado de humor e
ironía; por otro, unos personajes que viven en soledad, unas personas que han
de abandonar su país por culpas de la guerra, un sistema judicial injusto, unas
denuncias de la señora abogada por temas absurdos, muchas dificultades para
poder adoptar a un niño refugiado… y un juez que hace caso de la abogada
defensora y del fiscal y dictamina que ese niño es una nuez, dándole así al
joven la posibilidad de iniciar una nueva vida mejor que la anterior.
Interesante
historia la que nos cuenta con suma sencillez y humor Beatriz Osés para
acercarnos las dificultades que tienen algunas personas para vivir en paz y lo
absurdo que puede llegar a ser un sistema judicial que da más importancia a
temas insustanciales que a las vidas de las personas.
El texto
está ilustrado con muchas nueces y algunas escenas de la trama por Jordi
Sempere, que reflejan la sorpresa de la abogada al recibir como regalo unos
botines rojos, el mar embravecido, la entrega de ropa de la vecina al niño o el
mimo con el que trata las plantas.
Con este
libro la escritora ha conseguido el Premio Edebé de Literatura Infantil 2018.
Si quieres conocer otros cuatro de esta escritora libros que he comentados en el blog pincha aquí.
Lo leí por casualidad, ayer por la tarde. Simplemente lo encontré delicioso
ResponderEliminar