No abras este libro
Texto: Andy Lee
Ilustraciones: Heath McKenzie
Traducción: Pilar Roda Díez
Colección Cubilete
230 x 270, 32 páginas
(+ 3 años) 14 € 2018.
Por José R. Cortés Criado.
Andy Lee escribió este libro pensando en un solo ejemplar,
el que le regaló a su sobrino en su primer cumpleaños, después vino el éxito de
tan original trama, a pesar del aviso de la portada, impreso en el título tan
explícito y los otros avisos de la contraportada.
Cuando le pidió ayuda a su amigo el ilustrador Heath McKenzie, este
lo animó a publicarlo dada su novedad y no dudó en dibujar pancartas pidiendo
que se dejase la lectura.
¡Suelta
este libro ya! Busca por ahí… ¡y elige otro! Ve a jugar, He oído que este libro
está encantado… ¡NO TE ARRIESGUES!
Todas estas advertencias y las que vamos a ir viendo
conforme se avanza en la lectura hacen que el lector sienta avidez por llegar
al final para ver dónde está el mal.
Su protagonista único es un ser semejante a un huevo con
brazos y piernas de color celeste, grandes ojos y cejas muy pobladas, que se
dedica durante todo el rato a avisar al lector para que no avance por temor a
lo que va a suceder.
Cuando se llega al desenlace el lector no puede más que sonreír
al ver qué le ha pasado al protagonista y comprende el porqué de su insistencia,
página a página, en que abandonemos la lectura de este libro, porque se cumplió
la maldición que tanto temía.
El texto es sencillo, repetitivo y persistente. Para dar
mayor dramatismo la tipografía cambia, el tamaño a veces es enorme e incluso es
creciente en algunos momentos o deja la línea horizontal para tomar otra curva
o inclinada.
La expresividad de tan peculiar personaje es muy llamativa,
tan pronto tiene cara de póquer como de horror; gesticula con ambas manos, se
tira de los pelos o nos da la espalda totalmente enfadado. Al final pone cara
de resignación, pues lo temido se ha consumado.
Curioso libro que te llama la atención antes de abrirlo y
te gusta más conforme avanzas y ves al personaje y lees sus argumentos,
sabiendo el pobre que no le vamos a hacer caso a pesar del interés que pone y
que incluso juega a engañarnos.
Seguro que es un éxito entre los pequeños lectores, por ser
distinto y por lo poco frecuente que es encontrar un personaje que nos diga que
dejemos de leer un libro y que además nos llame la atención justo por ser
prohibido.
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