jueves, 15 de marzo de 2018

No abras este libro de Andy Lee y Heath McKenzie


No abras este libro

Texto: Andy Lee

Ilustraciones: Heath McKenzie

Traducción: Pilar Roda Díez


Colección Cubilete

230 x 270, 32 páginas

(+ 3 años) 14 € 2018.






Por José R. Cortés Criado.




Andy Lee escribió este libro pensando en un solo ejemplar, el que le regaló a su sobrino en su primer cumpleaños, después vino el éxito de tan original trama, a pesar del aviso de la portada, impreso en el título tan explícito y los otros avisos de la contraportada.

Cuando le pidió ayuda a su amigo el ilustrador Heath McKenzie, este lo animó a publicarlo dada su novedad y no dudó en dibujar pancartas pidiendo que se dejase la lectura.

¡Suelta este libro ya! Busca por ahí… ¡y elige otro! Ve a jugar, He oído que este libro está encantado… ¡NO TE ARRIESGUES!

Todas estas advertencias y las que vamos a ir viendo conforme se avanza en la lectura hacen que el lector sienta avidez por llegar al final para ver dónde está el mal.

Su protagonista único es un ser semejante a un huevo con brazos y piernas de color celeste, grandes ojos y cejas muy pobladas, que se dedica durante todo el rato a avisar al lector para que no avance por temor a lo que va a suceder.

Cuando se llega al desenlace el lector no puede más que sonreír al ver qué le ha pasado al protagonista y comprende el porqué de su insistencia, página a página, en que abandonemos la lectura de este libro, porque se cumplió la maldición que tanto temía.

El texto es sencillo, repetitivo y persistente. Para dar mayor dramatismo la tipografía cambia, el tamaño a veces es enorme e incluso es creciente en algunos momentos o deja la línea horizontal para tomar otra curva o inclinada.

La expresividad de tan peculiar personaje es muy llamativa, tan pronto tiene cara de póquer como de horror; gesticula con ambas manos, se tira de los pelos o nos da la espalda totalmente enfadado. Al final pone cara de resignación, pues lo temido se ha consumado.

Curioso libro que te llama la atención antes de abrirlo y te gusta más conforme avanzas y ves al personaje y lees sus argumentos, sabiendo el pobre que no le vamos a hacer caso a pesar del interés que pone y que incluso juega a engañarnos.

Seguro que es un éxito entre los pequeños lectores, por ser distinto y por lo poco frecuente que es encontrar un personaje que nos diga que dejemos de leer un libro y que además nos llame la atención justo por ser prohibido.

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