lunes, 28 de noviembre de 2022

"Esperando el amanecer" de Fabiola Anchorena


Esperando el amanecer

Texto e ilustración:

Fabiola Anchorena

Editorial Kalandraka

ISBN: 978-84-1343-178-9

280 x 220 mm, 40 páginas,

Tapa dura, (+ 5 años)

16 €, 2022.



Por José R. Cortés Criado.

“Ojalá que no vuelvan a desaparecer el amarillo del sol, el rojo de los guacamayos, el azul de las mariposas ni el verde de nuestro hogar.” Fabiola Anchorena: Esperando el amanecer.


Cuenta la autora que este proyecto nació del miedo, la incertidumbre y la angustia que sintió en 2019 cuando la Amazonía ardía a causa de uno de los peores incendios de los últimos años. Es todo un lamento.

La preocupación por este incendio y los que asolaron Australia, Portugal, España, Francia, Italia... unido a su afán por defender y apoyar a las comunidades que protegen los bosques dieron como fruto este estupendo álbum a modo de contribución para proteger los pulmones de la Tierra.

La historia comienza en medio de la oscuridad. Los animales andan preocupados porque no aparece el sol. Se mueven en medio de la negrura. Cada vez son más y de más familias los que buscan la luz de la mañana. Están desesperados por esta noche tan larga hasta que empiezan a notar el calor y se alegran.

No era el amanecer que esperaban. La alegría dura hasta sienten que se queman. Huyen temerosos y se sosiegan cuando llegan las lluvias y la selva vuelve a recuperar su verdor, su vida, aunque nada es igual a lo anterior. Todo y todos han cambiado.

El sencillo y escueto texto es básico en el relato, pero sin las ilustraciones se quedaría falto de significado. Sin ninguna duda, los dibujos reflejan el sentir de los habitantes de la selva. Sus miradas, sus movimientos y sus sorpresas son muy explícitas.

Las primeras guardas refleja unas palmeras en tonos marrones, verdosos y rojizos sobre fondo negro. Las siguientes páginas nos muestran algo más de color con la presencia de algún animal y algunos brotes verdosos, siempre sobre fondo totalmente negro.

Cuando aparece la luz no es el amarillo del Sol, es el naranja del fuego. Las siluetas de los animales y plantas salpicados de pavesas sobre fondo anaranjado marcan el cambio sufrido en el entorno.

Vuelve la oscuridad que se altera con la presencia de las gotas de lluvia y la luz de la mañana que da paso al renacer de la selva con su rico colorido que nos alegra la vista y la vida. Las últimas guardas son un canto a la vida a través de manchas de colores y siluetas de árboles.

Las dos últimas páginas recogen una declaración de intenciones de la autora respecto a la conservación de la Naturaleza y los motivos que la llevaron a crear esta magnífica historia visual.

Es uno de los álbumes ilustrados más bonitos que he visto este año. Sin duda grandes y pequeños quedaran embobados ante tanta belleza; por ello recibió el XV Premio Internacional Ciudad de Compostela para Álbumes Ilustrados.

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