martes, 12 de mayo de 2020

"Pero ¿esto qué es?" de Carmela Trujillo


Pero ¿esto qué es?
Texto: Carmela Trujillo
Ilustración: Lluís Farré
Editorial Bambú
ISBN: 978-84-8343-593-9
145 x 190 mm, 64 páginas
7,50 €, (+ 6 años), 2020



Por José R. Cortés Criado.

"—Tenemos que mantener el secreto. Se llevarían una gran decepción." Carmela Trujillo: Pero ¿esto qué es?




Simpatiquísima historia la de esta familia singular formada por un papá, una mamá, una hija, Murcie, y un hijo, Lago; murciélagos todos, que comparten vivienda con seis inquilinos: dos vacas, dos ovejas y dos caballos en un buen establo.

La vida transcurre con su monotonía. Durante el día los inquilinos que andan por el suelo salen del establo y pastan en el prado, mientras los Murciélaguez cuelgan de la viga del techo. Por la noche, cuando los primeros quieren descansar, los de arriba comienza a moverse, a hablar entre ellos y no dejan descansar a los rumiantes.

A las protestas de los que quieren dormir hay que sumar los problemas de la pareja para educar a sus retoños como verdaderos murciélagos. Estos son traviesos, asustadizos, cómodos y desconocen muchas cosas de la vida dada su tierna edad. Permanecen en el establo mientras sus padres van a buscarles el sustento.

La monotonía se altera cuando llega un ser extraño a la granja. Esa noche, algo golpeó la puerta. Los pequeños murciélagos pensaron, al verlo, que ese que acababa de llegar era su primo, un pariente lejano que sus padres anunciaron que pronto vendría a verlos.

Este visitante inesperado era algo distinto a los dos pequeños, pero ellos lo achacaron a que vive en otro lugar. No les importaron sus diferencias. La familia es lo primero y no todos los miembros de una familia deben ser idénticos.

Los otros animales también descubrieron que ese primo era raro, y cada vez que alguno ponía una pega o cuestionaba su identidad, el señor Cabállez defendía el parentesco con los de arriba. No queriendo romper la ilusión de los murcielaguitos. Estaban muy felices de tener un primo. El visitante también se alegra de lo mismo.

Los animales cuadrúpedos conocen la verdadera identidad del nuevo inquilino. Saben que es pequeño, que tiene frío, que necesita alimentarse y que es de una especie en peligro de extinción, así que llaman a don Perrete para solucionar los problemas de supervivencia del nuevo primo.

Los papás murciélagos también descubren la verdadera identidad de recién llegado; pero, al igual que los otros animales de la granja, no quieren estropearle la ilusión a sus hijos, que también se enteran de quién es ese que llaman primo. Tampoco quieren que sus padres lo sepan, porque sufrirían al descubrir que ese no es su sobrino. Así que todos conocen la identidad del visitante y todos la ocultan para que los demás sean felices.

Al final hay acuerdo entre los animales para conservarlo con ellos, cuidarlo, alimentarlo y buscarle un hogar adecuado en un lugar lleno de caracoles y babosas, sus platos preferidos.
Carmela Trujillo crea una historia superdivertida, llena de ingenio que el lector hace suya y se siente identificado con ese grupo de animales que solo busca hacer felices a los demás.

Es muy ingenioso descubrir cómo la verdadera identidad del nuevo es palpable para algunos; y para otros, no; porque salvo el hociquito algo parecido, ambas familias de animales son muy diferentes, pero no es problema que no tenga alas, ya le crecerán, o que...

En fin, que las familias somos muy diferentes, y que para sentirnos miembros de una no debemos ser descendientes directos, basta con que nos sintamos identificados con los demás y formemos parte del grupo. Lo importante no es la sangre, sino la convivencia.

A la bonita y simpática historia se le suma la belleza de las ilustraciones de Lluís Farré, que sabe reflejar muy bien el marco donde se desarrolla la trama con profusión de colores oscuros, predominando el verde y el marrón junto al negro. Son muy graciosas las imágenes de la familia Murciélaguez, las esponjosas ovejas, el señor Cabállez o don Perrete; y, por supuesto, el primo encontrado.

¡Ah! Se me olvidaba añadir que cuando parece que la paz reina en la granja, que el nuevo integrante está perfectamente instalado y que la convivencia comienza a sosegarse, aparece en escena un nuevo murciélago que habla inglés. Acaba de llegar el auténtico primo, dejándonos la autora con un final transformado en un inicio de otra historia.

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