El rey Pantaloncetes y el malvado
emperador
Texto e Ilustraciones:
Andy Riley
Traducción: Daniel Cortés Coronas
Editorial Bruño
ISBN 978-84-696-2102-8
En un lugar lejano existían dos reinos, Ottolandia y
Nurbisonia. En el primero reinaba un niño llamado el rey Otto; en el segundo,
el emperador Nurbisón.
Nurbisón tenía un lacayo muy especial llamado Glóbulus;
Otto tenía una juglaresa llamada Megan y una ministra llamada Greta. Todos
ellos están retratados al inicio del libro, después del plano del escenario
donde se desarrolla la trama del libro.
En el primer reino todo es felicidad, el rey niño solo se preocupa
de recibir su paga semanal; cada vez quiere más, para luego comprar muchas
chocolatinas y distribuirlas por su territorio con una máquina que los lanza a
distancia.
Todos los campesinos son felices, los soldados también pero
llegó el día en el que el dinero escaseó y los habitantes de Ottolandia
empezaron a cabrearse por no recibir sus chocolatinas.
En frente, Nurbisón vio la oportunidad de hacerse con el
reino vecino, para ello animó a aquellos a levantarse contra su rey y les hizo
muchas falsas promesas para el futuro, que si más chocolatinas, que si…
Nurbión se hizo con el reino de Otto, pero este, su juglaresa
y su ministra consiguieron escapar; el emperador deseaba apresarlos y hacerlos
desaparecer para así ser el amo y señor de todo el territorio.
El rey niño tenía buenas ideas, o al menos eso pensaba él, decidió
ponerlas en práctica pero el resultado no fue el esperado. Son descubiertos y
encerrados, Otto será destronado delante de todos los mandamases más diabólicos
del mundo, que para eso los convocó Nurbison a su castillo.
Al fin el niño rey consigue hacerse con su reino y celebra
una gran fiesta con sus súbditos y fue tal la algarabía que se formó que el jaleo
se oyó muy lejos, hasta en los páramos de Crong, en el que despertó a una
bestia que abrió un ojo, luego otro y otro y otro y otro y muchos más. ¿Qué bestia
será esa?
Ocurrente cuento lleno de imaginación y humor. Desde la
portada nos llama la atención el aspecto de Otto y las aclaraciones que el
dibujante hace al respecto con ese El rey Pantaloncetes soy yo o la aclaración
de que el libro es la monda.
Cuando abres la portada el lector ha de enfrentarse a un
texto escrito es espiral para saber algo más de la historia, aunque el autor no
se lo toma muy en serio; al final, también hay otro texto para cerrar el libro;
además de la gracia de su contenido hay que girar el libro para poder leerlo.
A lo largo de las páginas el lector descubrirá una forma
muy particular de ser de todos los personajes, que le hará reír en más de una
ocasión y se sorprenderá del desarrollo de los acontecimientos.
Los dibujos son muy originales, ya sea por el verdor del
espacio donde viven los personajes, la apariencia de estos, los ingeniosos
dibujos que recogen las ideas de Otto o los invitados a la fiesta del
emperador.
Si originales son sus nombres, más aún lo es su
indumentaria, sirvan de ejemplo Espión Bestiajón Príncipe de Chigui Chugui
Pigui Po o La Bruja Malévola Suprema de las Tierras del Sur de Abajo.
El texto suele aparecen en negro sobre fondo blanco, aunque
también hay páginas invertidas, muchas onomatopeyas, algunas escritas y otras dibujadas,
bocadillos como en los cómics y distinto tipo y tamaño de letra que hacen la
lectura más novedosa.
Andy Riley es el autor del texto y de los dibujos y
demuestra unas grandes dosis de humor e imaginación.
Seguro que gustará a los lectores ávidos de aventuras
mezcladas como ingenio y creatividad.
El libro finaliza con la partitura de una canción titulada
Marcha triunfal del emperador con acordes para guitarra, piano o laúd.
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