viernes, 25 de diciembre de 2020

"Un acercamiento a Gianni Rodari a través de siete de sus obras" de José R. Cortés Criado.

Un acercamiento a Gianni Rodari a través de siete de sus obras.

Texto: José R. Cortés Criado.

Este año celebramos el centenario del nacimiento de Gianni Rodari, el cuadragésimo de su fallecimiento y el quincuagésimo de la obtención del Premio Hans Christian Andersen; y lo hacemos para demostrar que su enseñanza sigue siendo una apuesta de futuro, porque las grandes obras perduran y la suya lo es.

Hablar de Ginanni Rodari es hablar de creatividad, fantasía, divertimento, imaginación, juego, enseñanza… y de cambio social. Siempre tuvo presente en sus textos que debía educar de forma divertida y dar un mensaje esperanzador a las futuras generaciones. Sus ideas pedagógicas consiguieron cambiar los métodos educativos tradicionales y dieron una nueva vitalidad al mundo de la enseñanza. 

Para mí fue un referente importante en mi vida profesional. Cuando descubrí su libro más conocido: Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias, provocó una ola de cambios en mi forma de enseñar y siempre he vuelto a él cuando he buscado llevar a cabo algunos cambios en mis clases o he querido organizar alguna actividad extraordinaria.

La Gramática de la fantasía es una puerta al desarrollo de la creatividad. Gianni Rodari escribió:

La función creadora de la imaginación pertenece al hombre común, al   científico, al técnico; es tan necesaria para los descubrimientos científicos como para  el nacimiento de la obra de arte; es incluso condición necesaria de la vida cotidiana... (Rodari, 1979, p. 192).  

Adentrarse en la Gramática de la fantasía es descubrir un mundo de sorpresas donde todo es posible y el lector encontrará múltiples posibilidades de jugar con las palabras. Es un manual escrito después de observar a muchos niños mientras el propio autor les contaba historias. De esa observación sale este libro pensado para maestros, madres, educadores y cualquier persona que trabaje con niños.

En sus páginas leeremos sobre los errores creativos. Muchas veces nos dedicamos a corregir el error gramatical o de significado, sin tener en cuenta que puede ser la fuente de una historia sin fin. Si un alumno escribe pitola en vez de pistola, comenzaremos una conversación espectacular, ya que podemos idear un arma que dispare besos, flores, cosquillas o gominolas. Esta técnica del error creativo está presente en más de uno de sus libros.

También desarrollará nuestra imaginación si unimos un binomio fantástico, por ejemplo: perro y percha, para generar una historia disparatada; ni que decir tiene, que un buen prefijo arbitrario puede dar pie a grandes palabras: descañón puede definirse como arma que ha acaba con todas las guerras o se pude construir un Limerick como este: Un maestro de escuela / que enseñaba trigonometría / vivía feliz y contento / por lo mucho que sabía / el sabio maestro de Alejandría.

Gianni Rodari es un maestro en el sentido más amplio de la palabra y descubre que una historia divertida puede surgir de un simple error en una tarea cotidiana: que la mamá se lleve la cuchara de la comida  a la oreja o el papá se ponga los zapatos en las manos. Estos simples motivos van a dar lugar a historias disparatadas cargadas de humor, que harán reír a los pequeños cuando descubren que los mayores también comenten errores al hacer cosas nimias.

Igualmente se puede seguir jugando siguiendo el libro con falsas adivinanzas, construyendo adivinanzas nuevas, contando fábulas al revés, creando ensaladas de fábulas, historias para jugar, equivocar las historias y hasta utilizar un juguete como protagonista o podemos pasar a otro de sus grandes libros: Cuentos para jugar.

Rodari, que se definió como inventor de historias para niños, escribió este libro para ser narrado en un programa radiofónico. Estos cuentos cortos están escritos de forma amena y ofrecen tres finales diferentes, para que cada receptor elija el que considere más adecuado.

El volumen está compuesto por veinte cuentos cortos, además de un prefacio con las instrucciones para el uso del libro y un epílogo, que recoge los finales elegidos por el autor. Además, justifica el rechazo de dos de ellos y el motivo por el que escogió uno, todo ello expuesto para que los lectores puedan comparar su elección con la del escritor.

Con este libro el alumnado pueden disfrutar de la lectura, ya que se lee cómodamente al ser una recopilación de cuentos cortos y, además, por estar escrito para ser leído.

Igualmente pueden desarrollar la capacidad de crítica y de análisis, tarea fácil si comparamos estas historias con los cuentos tradicionales en los que fueron inspirados; algunos de ellos con títulos tan sugerentes como: “Pinocho el astuto”, “El perro que no sabía ladrar”, “Taxi para las estrellas” o “El flautista y los automóviles”.

Incluso, puede potenciar la creación literaria, simplemente, siguiendo las indicaciones del pedagogo italiano tras la lectura de los tres finales de cada cuento: “el lector lee, mira, piensa y si no encuentra un final a su gusto puede inventarlo, escribirlo o dibujarlo por sí mismo. ¡Que os divirtáis!” (Rodari, 2012, p. 8).

Todas sus historias tiene finales abiertos y los lectores escogerán el que más les guste y algo aprenderán además de leer, ya que, no solo ofrece unos finales abiertos, si no que deja alguna que otra enseñanza, valga como ejemplo esta cita de “El perro que no sabía ladrar”:

Había una vez un perro que no sabía ladrar. No ladraba, no maullaba, no mugía, no relinchaba, no sabía decir nada. Era un perrillo muy solitario, porque había caído en una región sin perros. Pero él no se había dado cuenta de que le faltaba algo. Los otros eran los que se lo hacían notar. (Rodari, 2012, p. 14).           

Otro libro muy interesante de Gianni Rodari, genio revolucionario de la literatura infantil y la pedagogía, es El libro de los errores. Como dice su autor:

Espero que se me permita que un libro para niños vaya dedicado a los padres y a las madres de familia, y también a los maestros y a las maestras: en resumen, a los que tienen la tremenda responsabilidad de corregir (sin equivocarse) los errores  más insignificantes de nuestro planeta (Rodari, 2020a, p.6).

Este libro, como su nombre indica, se ocupa de los errores que cometen los escolares a la hora de escribir y está dividido en tres partes. Algunas faltas saltan a la vista nada más abrir las páginas, otras se encuentran al leer alguna adivinanza; todos estos textos están escritos en prosa o en verso y tienen un objetivo común: que los niños aprendan riendo de los errores y no llorando.

La primera parte lleva por título “Errores para un lápiz rojo”. Aquí vamos a conocer al profesor Gramáticus, que siempre está atento y salta ante cualquier falta de ortografía y los gemelos terremoto: Marco y Mirco, que no tienen el más mínimo respeto por las faltas de ortografía, y sabremos que las cosas imperfectas pueden ser perfecta, como la famosa torre de Pisa, y conocer las ovegas que balan en el campo, el pero que ladra muy bien, la máquina chupaerrores, la calle de los gazapos o el ladrón de erres.

La segunda parte titulada “Errores de pensar poco”, nos muestra las armas de la alegría, el hombre más bueno del mundo, el eco que nunca se equivoca, las cabezas huecas y el burro volador. Casi todos estos relatos tiene su moraleja, en el último hace referencia a una familia muy pobre, cuyos hijos preguntaban cuándo iban a ser ricos. La respuesta siempre era la misma, cuando el burro volase, así que el día que hubo una inundación y sacaron al burro en helicóptero, los niños pensaron que ya eran ricos.

En la tercer parte, “A buscar el error”, el autor pide al lector que deduzca una respuesta de los textos leídos; así, se podrá saber cuál es el colegio más grande del mundo, el porqué a un tenor le prohibieron cantar, se conocerá la canción patas arriba y se viajará con los magos y hasta se descubrirá quiénes fueron los etruscos.

Libros como este despiertan la imaginación de grandes y pequeños; no en vano, su autor dice: (Rodari, 2020a)

Los errores están en los dictados y en el mundo, por ello, a veces, justifica alguna falta porque el niño no está pensando en la ortografía, si no en las necesidades que tiene su familia o en la cantidad de cosas que tiene algunas muñecas y las que necesitan muchas niñas.

En la introducción al volumen, el innovador pedagogo escribió:

Hace mucho tiempo que reflexioné sobre las faltas de ortografía, primero como escolar, luego como maestro y, después, como fabricante de juguetes, si se me permite llamar con ese bonito nombre a mis recopilaciones de cancioncillas y cuentecitos (Rodari, 2020a, p. 5).         

Al maestro italiano le gusta hacernos reflexionar sobre la necesidad de educar a los niños dándoles conocimientos de todas las materias escolares y, además, educarles en la justicia, la honradez, la solidaridad y la franqueza.

El afán que movía a Rodari para fomentar la creatividad no tiene límites y en su obra Érase dos veces el barón Lamberto, vuelve a incidir en ello: "Cada lector descontento con el final puede cambiarlo a su gusto añadiendo al libro un capítulo o un par de ellos. O también trece. Jamás hay que dejarse asustar por la palabra." ( Rodari, 2007, p. 162).

El protagonista de esta historia es un señor que, cuando es muy mayor, encuentra la manera de sobrevivir a los achaques propios de la edad, se rejuvenece y hasta llega a resucitar gracias al poder que le confieren seis personas que no cesan de nombrarlo noche y día.

En este libro, como en otros muchos, Rodari juega con la imaginación. Nos lleva a su mundo de fantasía. Hace juegos malabares con las palabras, crea equívocos, trabalenguas, situaciones absurdas, a pesar de dotar el cuento de numerosos datos y someras descripciones que dan un barniz de realidad a esta historia que nos divierten ante la sorpresa de su final.

Y como suele hacer en sus libros, también nos da una lección de ética para entender el mundo, repasando el valor que debemos darle a las cosas materiales, al servilismo de algunas personas, al egoísmo de otras, a la falta de escrúpulos..., en fin, que sin remarcarlo, el lector ve desfilar las distintas condiciones humanas.

Otros de sus títulos, Retahílas de cielo y tierra, nos trae unos disparatados versos, tiernos, líricos, irónicos a veces y, otras, muy profundos, ya sea por  medio de la familia Puntoycoma o de Miguelín Quecabezalamía.

El lector se adentrará en un mundo donde prima lo fantástico y la crítica al mundo de hoy; todo ello envuelto en un lenguaje colorista, espontáneo y hasta comprometido. Las palabras del autor no dejarán indiferente al lector que sonreirá o se quedará pensativo al leerlo.

Sirvan como ejemplo estos versos que llevan por título Pan: “Si fuera panadero / un pan quisiera hacer / que fuera suficiente / para toda la gente / que no puede comer.” (Rodari, 2015, p. 96).

El autor se atreve con sucesos cotidianos como los oficios, los animales, los viajes en tren, pero, también, lo hace con los personajes de los cuentos populares y nos presenta otros nuevos, jugando con el equívoco que provoca el cambio de alguna letra, esto nos recuerda el error creativo que tanto utilizó en sus exposiciones, de ese modo podemos conocer a Blancanaves, Cenicera o el Gato con Batas.

Incluso le desea lo mejor que se le ocurre a los lectores en su texto titulado Esperanza: “Si abriera una tiendita, / adivina adivinanza, / ¿sabéis lo que vendería? / Solo esperanza.” (Rodari, 2015, p. 42).

Adentrarse en Las mejores historias y rimas de Gianni Rodari para los más pequeños es hacerlo en una selección de historias y rimas que muestran situaciones extraordinarias, aventuras sorprendentes, viajes imaginativos, personas curiosas y animales únicos, que seguro divierten a los pequeños lectores.

Así podemos conocer una vaca algo traviesa: “Mi vaca es azul turquesa, / se llama Perete, / le gusta ir en tranvía / sin pagar el billete” (Rodari, 2020b, p. 95). o los disparatados ejercicios que debe resolver un grupo de alumnos: “Halla el perímetro de la alegría, / la superficie de la libertad, / el volumen de la felicidad.” (Rodari, 2020b, p. 42).

Este volumen está dividido en cinco capítulos. El primero se ocupa de “Los días y las estaciones”, y podemos leer asuntos relacionados con el invierno, la nieve, el carnaval... El segundo se ocupa de acontecimientos ocurridos en clase, ya sea sobre el primer día de colegio, de los profesores, de los alumnos o del bedel. Se titula “Historias entre pupitres”. Con el tercero: “De viaje con la imaginación”, visitaremos la casa de helado, recorreremos el camino de chocolate, veremos el árbol cuyos frutos son zapatillas o la sublevación de las máquinas. El cuarto, “Historias con bigote y cola”, está dedicado al mundo animal y abarca desde el oso bandolero, al elefante equilibrista, pasando por el ratón que se comía al gato. El quinto: “Encuentros extraordinarios”, nos da a conocer a una serie de personajes fantásticos llenos de vida como el mejor hombre del mundo, el hombrecillo de la lluvia o Dick Dateprisas.

Cada apartado es una puerta abierta al mundo de la imaginación. Ya sea por medio de rimas o por textos escritos en prosa; todos nos animan a leer y a ver la realidad desde otro ángulo. La genialidad de Rodari es hacer que los lectores, grandes y pequeños, abramos nuestra mente a otra dimensión y participemos en el juego de su mundo fantástico, donde la realidad puede ser distinta a la que pensamos.

Otro libro emblemático del periodista, pedagogo, educador y maestro italiano, que lleva una portentosa carga de sabiduría y amor paternal es Cuentos por teléfono.

El título tiene que ver con las vicisitudes de un señor que se gana la vida como viajante de comercio y pasa seis días a la semana fuera de casa, y la necesidad de su hijita, que no puede conciliar el sueño si su padre no le cuenta un cuento antes de irse a la cama. Por tanto, el señor debe llamar todas las noches a casa para contarle una conseja a su hijita. Hay días que tiene muchas ganas de hablar y ofrece un relato extenso, otras veces está cansado o desganado y lo es breve pero, cada noche, la niña se dormirá escuchando la voz de su padre.

El padre habla de seres imaginarios, de lugares increíbles o de sucesos imposibles, y cada relato lleva un mensaje de alegría, crítica o reflexión narrado de forma muy amena.

Rodari utiliza el humor y la ironía para criticar aspectos de la sociedad que no le agradan por medio de historias sencillas como las recogidas en este libro tituladas: “El edificio que había que romper”, “A tocar la nariz del Rey” o “Vamos a inventar números”.

En el prefacio se puede leer: “Me han dicho que cuando el señor Bianchi telefoneaba a Verese [su hija], las señoritas de la telefónica suspendían todas las llamadas para escuchar sus cuentos. ¡Claro! Algunos son tan bonitos….” (Rodari, 2012, p. 5).

El libro se cierra con un relato breve titulado “Historia universal”, que nos recuerda que, al principio, la Tierra estaba llena de fallos, no había puentes, ni caminos, ni sillas, ni botas, ni balones, ni macarrones…, pero que el esfuerzo del ser humano remedió muchos de esos fallos, y nos avisa, al final del texto, de que no todos se subsanaron y nos anima a hacer de este mundo un lugar mejor escribiendo: “Pero todavía quedan muchos por corregir: ¡arremangaos, que hay trabajo para todos!” (Rodari, 2012, p. 231).

Si con los alumnos que ya saben leer de corrido, Rodari muestra una gran variedad de actividades divertidas para generar historias, con textos breves para primeros lectores o no lectores, también muestra su buen hacer generando situaciones creativas a través del juego como ocurre en este álbum ilustrado.

Esta última cita es del ejemplar diseñado por Silvia Bonanni e inspirado en un poema que vio la luz en el libro Retahílas de cielo y tierra titulado “¿Qué hace falta? 

Rodari nos lleva a una concatenación de deducciones lógicas partiendo de una mesa y llegando a una flor. Y es que para hacer una mesa hace falta madera, lógicamente; pero para obtener madera, hace falta un árbol; para obtener un árbol, hace falta una semilla… Este silogismo te aboca hasta la flor, origen de todo lo demás. Menos mal que no preguntó de dónde surgió la flor porque entonces esta tarea hubiese sido interminable.

El ritmo del texto crea una estructura circular cargada de belleza y sonoridad, mezcla de poesía y juego creativo que nos lleva de la máximo a lo mínimo. De un mueble acabado hasta su esencia en la naturaleza. De lo grande a lo pequeño en un viaje genial.

Sirvan estos comentarios para poner en valor la figura del este italiano universal, que supo transformar la educación para que la enseñanza fuese más grata a los niños y los educadores tuviesen en sus manos unas herramientas capaces de formar mentes infantiles para un mundo mejor.

 

 

 

Bibliografía:

Rodari, G. (1979). Gramática de la fantasía. Barcelona, España: Editorial Avance

Rodari, G. (2007). Érase dos veces el barón Lamberto. Barcelona, España. Editorial laGalera

Rodari, G. ( 2012). Cuentos por teléfono. Barcelona, España: Editorial Juventud

Rodari, G. (2015). Retahílas de cielo y tierra. Madrid, España. Editorial SM

Rodari, G. (2020a). El libro de los errores. Barcelona, España: Editorial Juventud

Rodari, G. (2020b). Las mejores historias y rimas de Gianni Rodari para los más pequeños.                                Madrid, España, Editorial Anaya

Rodari, G. (2020c). ¿Qué hace falta? Pontevedra, España. Kalandraka Editora

 

 

 


José R. Cortés Criado, nacido en Melilla, España, ha dedicado toda su vida a la enseñanza. En sus inicios como Maestro de Enseñanza Primaria y después como Profesor de Enseñanza Secundaria. Ha impartido cursos, conferencias y ponencias sobre la LIJ en numerosos Centros del Profesorado, Universidad de Málaga y Centro Andaluz de las Letras. Posee los títulos de Maestro, Licenciado y Doctor. Su tesis doctoral titulada: “El compromiso social en la obra de Jordi Sierra i Fabra 1983-2003”, está dedicada a uno de los grandes escritores españoles de Literatura Infantil y Juvenil y obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado. Actualmente escribe sobre Literatura Infantil y Juvenil en su blog  http://unabrazolector.blogspot.com/    

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