Una aventura mágica
Texto e ilustración: Marianna Oklejak
Traducción: Marta Slyk, Ernesto Rubio
Colección Siruela Ilustrada
ISBN 978-84-17860-39-4
240 x 270 mm, 64 páginas
13,95 €, (0 – 99 años) 2019.
Por José R. Cortés Criado.
“Y las hadas sabias les regalaron una cabra para que les
diera leche y árboles para que les dieran fruta. Porque mucho se alegraban al ver
que los dos hermanos habían hecho las paces”. Marianna Oklejak: Una aventura mágica.
Curioso libro juego para grandes y pequeños escrito con
palabras rimadas que harán pasar un buen rato a quien abra sus páginas. La
polaca Marianna Oklejak es la autora de los textos y las ilustraciones.
Llama la atención que tras las guardas iniciales aparezca
la silueta de una llave recortada en cartulina negra sobre un fondo verde botella
y la página de la derecha, en rojo vivo, muestre en blanco el ojo de una cerradura
de antaño.
Algo mágico salta en nuestra mente al pensar que la llave
nos llevará a algún lugar inesperado; al girar la página vemos por la parte
de atrás un erguido gallo recortado en cartulina
negra con una cola superflorida.
Y comienza la historia con el clásico “Érase una vez…”
que dos hermanos se quedaron solos en el mundo y se vieron rodeados de
desgracias; ambos culpaban al otro de la situación tan desastrosa, así que decidieron salir al mundo y buscar fortunad; menos mal que en eso se pusieron de acuerdo.
Y a partir de aquí comienza la búsqueda de elementos
disimulados en las ilustraciones llenas de recortables a modo de collage y trazos de color. Lo primero es localizar dos rebanadas de pan
en su cabaña para que le sirvan de sustento a cada uno de los hermanos en su
camino.
Comienzan un viaje extraordinario y “en la cerca unos
pájaros comiendo están, si el camino les preguntamos, seguro nos lo dirán.”
Aquí comienza una búsqueda curiosa y dificultosa, porque entre las dos páginas
hay una treintena de pájaros en tonos negros, marrones, azules, naranjas y
blancos y los lectores han de localizar dos con el mismo pelaje y la verdad que
no es fácil hallarlos.
Cada vez que se pasan las páginas aparecen nuevas
respuestas a sus preguntas que acarrean otras búsquedas, ya sea de dos
caracoles entre las plantas, buscar diez diferencias entre dos dibujos enfrentados
en una doble página y, por si esto fuera poco, debe tocar en una ventana, según
en la que lo haga salta a la página doce o treinta y dos.
Entre mensajes breves rimados y numerosísimos dibujos el lector
anda en plan detective, ahora ha de localizar un anillo que es diferente al
resto de la cincuentena que están dibujos en la doble página; seguir un camino
por el pueblo y según la salida que alcances, dirigirte a una u otra página;
recoger diez setas, encontrar la silueta de tres animales; localizar dos
serpientes, hallar la flor del helecho, el halcón, cinco garrapatas, una
pulguita, una mosca, un objeto de uno de los hermanos, una llave, un caballo,
un gorro…
La verdad que es complicado localizar los elementos
marcados por la profusión de colores y las diferentes formas que adornan todo
el espacio, ya sea con imágenes muy parecidas o muy dispares, todas pensadas
para dificultar la búsqueda.
Al final los dos hermanos se reconcilian y nos llega un
último mensaje en forma de cartel “La amistad construye, la discordia destruye”.
Entretenida historia que sirve de excusa para iniciar un
viaje de madurez entre hermanos y de aprendizaje para los lectores que deben
mostrar toda su perspicacia para localizar los elementos semiocultos en las
ilustraciones.
Magia y color para una buena tarde de otoño en
compañía para compartir la investigación.
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