"Falso directo" de Alonso Lalana

Falso directo

Texto: Alonso Lalana

EditorialEdebé

Colección Periscopio

ISBN  978-84-683-4533-8

133 x 205 mm, 244 páginas,

10,50 E, (+ 14 años) 2019.

Por José R. Cortés Criado.

“Nuestras desgracias son las peores imaginables, siempre, porque son las nuestras. Sean cuales sean”. Fernado Lalana: Falso directo.

La trama comienza con un breve capítulo introductorio que toma sentido cuando se llega al final, Fernando Lalana ha querido escribir siguiendo el modelo in media res.

Excelente novela que nos hace seguir una trama que cuando parece encarrilada en una dirección gira abruptamente hacia otra, dejando al lector sorprendido ante semejante quiebro.

Todo comienza con un programa de citas a ciegas para menores. Un joven acude al programa para conocer a una chica mientras cenan en el plató de televisión, pero surge un pequeño inconveniente, su pareja es un chico.

Ante semejante presencia se dirige a los lavabos, según le dijeron, el único lugar donde no hay cámaras grabando, para comunicar el error y solicitar otra pareja, pero no había nadie más, ellos eran la pareja suplente para estos casos de emergencia.

Entre los técnicos, el director y el productor consiguen convencerlo para que siga adelante con la cena y lo dirigen con un pinganillo. Él hetero no está muy conforme, a veces muestra su malhumor, aunque al final debe triunfar el amor para que se cumplan los pronósticos.

Esta parte es muy ágil, divertida y te tiene en tensión mientras se rueda ese falso directo y, gracias a la habilidad del joven, todos salvan el programa aunque no daban un duro por él.

Acabada esta parte del libro, la historia toma un rumbo diferente. Resulta que este joven acudió al programa para ayudar a su padre, un expolicía que investiga la desaparición de una joven. El sospechoso de su asesinato es el joven gay de ojos azul pitufo y pelo color platino.

Desde este momento hay un enfrentamiento entre ambos jóvenes, el de los ojos azules es muy inteligente y siempre va un paso por delante de su compañero de programa, es el que mueve los hilos de los otros: policía, detective e hijo.

Cada capítulo es una vuelta de tuerca más en esta enrevesada historia propia de cualquier culebrón, los de la tele repiten el programa con ambos jóvenes y nuevas variantes y hasta aparece inesperadamente en el plató una señora no invitada y cuando todo está más complicado y hay hasta peligro de asesinato, entra en antena una voz de un personaje ausente hasta ese momento, dando otro giro a la trama y otra dimensión al problema.

Cuando llega el desenlace se respira, por fin se ha aclarado, más o menos todo, y sopesas los momentos vividos. Lalana sabe entrelazar los mimbres de esta historia para tenerte en vilo a lo largo del libro, aunque creo que en un determinado momento son demasiados los personajes que intervienen en la trama y excesivos los acontecimientos que van enrevesado la historia, dándole un tono de mala telenovela.

El escritor da muestra de su buen hacer creando una historia cargada de sorpresas y mostrando personajes con un perfil definido que enriquecen la novela. Juega con la identidad sexual de los personajes, ridiculiza los intereses de los productores de los reality shows, denuncia el maltrato y el abuso en el seno familiar y cómo las víctimas han de defenderse solas ante la actitud de la sociedad.

Esta novela se lee de un tirón y te deja muy buen sabor de boca.

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