martes, 13 de enero de 2015

Dímelo con los ojos de Alfredo Gómez Cedá



Dímelo con los ojos

Alfredo Gómez Cedá


Colección Gran Angular

192 páginas, rústica

2014



Por José R. Cortés Criado.


Se trata de una buena novela, sin sobresaltos, con un discurrir suave que conlleva una reflexión sobre distintas formas de vida; Gómez Cerdá conduce plácidamente al lector a descubrir cuáles son los verdaderos problemas de las personas, soslayando nuestro aspecto físico o cualquier otra liviana contrariedad con los amigos; todo ello lo consigue gracias a las palabras recogidas por Berta en su diario que reflejan sus vivencias con jóvenes autistas.

Es una novela con una estructura  muy original, comienza de forma anacrónica por el último capítulo, le sigue la primera parte titulada Las tripas del volcán, más un capítulo de transición, que a su vez tiene diez apartados, narrados en orden inverso, desde el décimo al primero; por último la segunda parte, El cuaderno de Berta, con doce subdivisiones.

Creo que es muy acertada su distribución, iniciamos la lectura sabiendo cuál es el desenlace, ya no hay sorpresas ni cavilaciones sobre el mismo; después conocemos a una chica, Berta, su problema con la comida, se ve gorda y comienza a vomitar tras ingerir alimentos; sabremos de su familia, especialmente de su madre, con la que convive;  y sobre todo de su mejor amiga, Laia.

El narrador nos muestra el plan de las dos amigas, viajar por Europa cuando cumplan los dieciocho años gracias a los billetes de InterRail; pero para ello deciden trabajar durante doce días en un campamento de personas autistas.

En el capítulo intermedio asistimos a los diez días previos al ingreso en el campamento, sabemos de sus problemas personales, de sus temores, de sus amigos y de sus sueños.

La última parte es el diario que escribe Beta durante los doce días de estancia como monitora en el campamento. Sabremos cómo actúan los asistentes al mismo y conoceremos nuevos personajes que enriquecen la trama.

La última parte es fundamental, no porque se ocupe por el tema del autismo, sino por la madurez que alcanza la protagonista al convivir con niños y jóvenes carentes de interacciones sociales.

Es una obra madura, reflexiva, que no dejará indiferente a sus lectores, muy en la línea de Alfredo Gómez Cerdá que sabe reflejar muy bien la clase media española con sus problemas, anhelos, temores, sobresaltos y búsqueda de la felicidad en el día a día de nuestras vidas.

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