50 cuentos para entendernos mejor.
Antología de cuentos tradicionales
Texto: Teresa Durán
Ilustración: Marion Arbona
Editorial Edelvives
ISBN: 9788414025581
25,27 €, (+ 6 años)
“Para acercarse a la comprensión de la realidad no hay nada mejor que la ficción”. Teresa Durán: 50 cuentos para entendernos mejor.
Teresa Durán, que es muy conocida por su buena labor investigadora y su capacidad narrativa, nos trae cincuenta cuentos clásicos reescritos y adaptados por ella.
Los ha agrupado lejos de terminologías académicas, en cinco lotes según las relaciones que establecen los cuentos con los lectores, así los hay que se ocupan de las relaciones entre fuertes y débiles, entre lo que está bien y lo que está mal, el tercer grupo se dedica a las relaciones afectivas; el cuarto, a las relaciones de causa y consecuencia; y el último, a un grupo de historias que tienen que ver con las relaciones picarescas, absurdas o ingeniosas.
La autora de estos textos se ha dirigido a muy variadas fuentes para
recopilar los cuentos, siempre nos adelanta el origen del mismo, de qué autor
tomó la versión, si está recogido en alguna antología o lo tomó directamente de
una narrador...
Hay cuentos muy conocidos gracias a Perrault, “La bella del bosque durmiente”; a los hermanos Grimm, “Los duendes de la zapatería”; a su origen catalán, “El burro, el padre y el hijo”; a los mazáis de África Central, “El gusano y los animales salvajes”; a Los cuentos de Canterbury, “El gallo Cantaclaro y el zorro Taimado”; a la tribu de los konos, Guinea, “Los amigos del sol”; a Japón, “El señor Kinshaba y su médico”; a la mitología helénica, “El rey Midas”; a Andersen, “El traje del nuevo emperador”; al Panchatantra, “La niña ratona”; a la tradición cuentistas de Euskadi, “El herrero y los demonios”...
Esta magnífica selección, rica en temas, matices, enseñanzas, sabiduría popular, reflexiones, miedos, risas, asombros... hace que su lectura sea muy amena. Yo he disfrutado volviendo a la infancia con estos cuentos, algunas versiones me han resultado algo novedosas, otras tiene su lenguaje actualizado, pero todas las historias son muy amenas de leer.
Antes de cada uno de los relatos, Durán incluye unos datos sobre el cuento, su origen, aclara de dónde tomo la versión, hace algún comentario relacionado con el tema y añade unos datos concretos para orientar al lector con cuatro iconos, el primero es un reloj de arena que nos indica el tiempo que dedicarnos a su lectura, el segundo nos informa sobre los personajes principales, el tercero indica la tipología del cuento y la última, el género al que se circunscribe.
Este volumen es muy curioso y adecuado para ser leído en voz alta, seguro que más de un cuentista se sentirá a gusto con él en las manos y algunos padres o abuelos con ganas de hacer lectores por el oído, aunque también puede ser leído en voz baja a cobijo de una mesa camilla.
Y como dice Ana Díaz-Plaja en el prólogo: “Dejaos llevar por el ritmo de las palabras, por la cadencia de las frases: más que leerlos, los vais a oír explicar. Incluso los relatos más conocidos os van a sonar frescos y nuevos en la versión del libro”.
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