EL RITMO ES LA
VIDA de José R. Cortés Criado.
Otra experiencia que puede servir como modelo a los que pretenden hacer amar los libros a su alumnado. Fue publicado en su día en una revista de la editorial SM, Vapor, y creo que sigue teniendo valor.
Cuando te
preocupas de formar buenos lectores, debes de ideártelas muy bien, para
conseguir que chavales de 2º de ESO, (doce-trece años) que no aman la lectura y la consideran un
rollazo de campeonato, se lean un libro, pero cuando lo consigues, que contento
te sientes, sobre todo si al final hasta se enteraron del libro y te piden otro
de características similares.
Es difícil hacerles ver a los alumnos/as el ritmo que contienen las
letras, las palabras, las oraciones, los párrafos, los capítulos, etc. si no
tienen nociones de música y si tan siquiera han oído hablar del ritmo.
Esta experiencia que vamos a narrar, la llevamos a cabo en el C.P.
Vicente Aleixandre de Torre del Mar (Málaga), el curso 1997/1998, dentro de las
actividades programadas por el taller de animación a la lectura del centro.
El libro elegido fue
“Sin máscara” de Alfredo Gómez Cerdá,
entre otros motivos porque conocíamos al autor y porque al grupo le había
gustado mucho “Pupila de águila” otro título escrito por la misma persona.
Los protagonistas principales son Roberto y
Luna, que además de ser compañeros de instituto, entre otras cosas, tienen en
común su amor por la música.
El primero, estudia
violín y le gusta la música clásica, a la segunda le gusta Rosendo y nunca se
paró a escuchar un concierto de música seria. Además son de ambientes socioculturales
distintos. El chaval, de familia acomodada, del que todos esperan que llegue a
ser un maestro del violín; la chavala vive rozando la marginalidad en algunos
aspectos, pero entre ellos surge una sincera amistad, frente a una realidad
llena de hipocresías sociales.
Una vez leído el libro,
se me ocurrió celebrar una sesión de animación a la lectura, donde la música
fuese la protagonista, para ello, nada mejor que contar con alguien que ame la
música , así fue como Pepe, alumno de prácticas en el colegio, se presentó ante
ellos, diciendo que era amigo de Luna, pero que venía a hablar en nombre de
Roberto, porque aunque físicamente eran muy distintos, tenían en común la
pasión por la música, la búsqueda de la sinceridad y el amor por los libros.
“A mí me gustan los
libros y Roberto forma parte de uno de ellos, por eso me ha pedido que os hable
de la música y de lo que ella tiene, para que haya personas como nosotros, a
las que nos apasiona tanto, aunque también en el campo musical somos muy
diferentes, nuestro amigo toca el violín, yo el bajo eléctrico; él interpreta
música clásica, yo toco en un grupo de rock, pero lo genial, es la música en sí
y no un estilo concreto.
Si os preguntase qué es
la música, seguramente me responderíais haciendo referencia a la radio, a lo
que veis en televisión, a lo que oís en la calle, a lo que está de moda, etc.,
pero probablemente no os habréis preguntado qué es en realidad la música y de
dónde viene. Pues bien, es más sencillo de lo que os podéis imaginar, y a la
vez muy importante para todos y todas, porque la música somos nosotros. El
corazón lleva siempre un ritmo, al caminar llevamos un ritmo, al hablar,
entonamos con ritmo, luego nosotros somos ritmo.
La mejor forma de
apreciar la música es haciéndola uno mismo. Existe un instrumento fundamental
para esto, muy fácil de utilizar, es la voz. Desde siempre la voz ha sido el
instrumento más utilizado, por dos razones, es el más fácil y el más perfecto.
También hay otro
instrumento muy sencillo con el que podemos crear muchas melodías, es la
flauta, para que la conozcáis os vamos a interpretar una de las grandes obras
clásicas “El bolero” de Ravel”.
Una vez oída la pieza,
los alumnos/as se quedaron sorprendidos de cómo un instrumento tan simple puede
hacer surgir una melodía tan bonita.
“La música, junto con
la literatura, es quizás el mejor medio artístico para expresar los
sentimientos, para que entendáis lo que
os digo, he invitado al guitarrista de mi grupo, que os va a enseñar cómo, con
la guitarra, se puede intentar expresar lo que queráis”.
El guitarrista expresó
los sentimientos que el público le pidió, tristeza, alegría, pena,..a la vez
que explicaba como lo conseguía y los oyentes valoraban su consecución.
“Como habéis
comprobado, la música está especialmente relacionada con la literatura, el
ejemplo lo encontramos en todas las canciones que escuchamos normalmente, no
son más que una poesía a la que se le pone música, pero este proceso no se hace
de cualquier manera, sino que hay que tener en cuenta los sentimientos que
queremos expresar, que lo que se dice vaya en consonancia con el “cómo se dice.
“A la vista de esto,
estaremos de acuerdo en que no es tan difícil hacer música, casi os diría que
basta con que lo sintáis y tengáis algo que expresar, junto con un poco de
conocimientos musicales. Algunos pueden tener la suerte de Roberto y estudiar
música con buenos músicos, pero otros “nos hemos tenido que buscar la vida”
para aprender solos, leyendo muchos libros y viendo como tocan los demás.
¡Ánimo, la literatura y la música están en vosotros y vosotras”.
Finalizada la sesión,
los alumnos/as valoraron la experiencia llevada a cabo como muy positiva, ya
que les había abierto el sentido del oído y habían comprobado lo fácil que
resulta marcar el ritmo en la vida y lo difícil que es hacerlo con un instrumento
musical o con las palabras.
También aprovechamos
para valorar el libro, haciendo especial hincapié en los pasajes donde la
música toma protagonismo. Desde ese momento, la mayoría de la clase entiende y
comprende mejor la actitud de Luna respecto a la música y al futuro de Roberto,
aceptando el final del libro como consecuente con el pensamiento de la
protagonista.
No queremos desvelar el
final del libro, porque conllevaría la perdida de interés en llegar hasta el
último capítulo, pero sí insistir, en que el final es considerado por los
alumnos/as un poco controvertido y crea disparidad de opiniones, pero que
después de esta actividad, fue mejor asumido por los lectores, especialmente
por las lectoras.
En el desarrollo de
esta experiencia han participado junto con el autor de este artículo, Amelia
Cruz Tobaruela, estudiante de Educación Musical y Antonio Alarcón Lozano,
guitarra del grupo musical Mare crisium y Fco. José Fernández Triano, estudiante de Educación Musical
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