domingo, 3 de noviembre de 2013

Tres cuentos de Poe en B/N



Tres cuentos de Poe en B/N

Xavier Besse

Edelvives, juvenil

cartoné, 165x235 mm

104 páginas.



Por José R. Cortés Criado

A la maestría de Edgar Allan Poe se une la genialidad de Xavier Besse y surgen estas tres historias gráficas en blanco y negro para conmemorar el bicentenario de la muerte del escritor.

Allan Poe, maestro de la intriga y de lo fantástico, dejó escrita historias escalofriantes de personajes malvados, atormentados, desafortunados e incrédulos, que llegaron hasta nosotros por medio de la palabra escrita; hoy tenemos en las manos sus textos resumidos pero acompañados de imágenes que lo complementan y enriquecen.

No hay duda de que leer tranquilamente los relatos de terror de Poe tiene magia suficiente como para no desear versiones ilustradas, pero el trabajo de Besse es lo suficientemente atrayente como para recrearnos con su lectura.

Seguro que habrá jóvenes lectores que prefieran esta visión tipo cómic a los textos originales, por ello deberemos aconsejarles su lectura sin olvidar citar su fuente original, mostrándoles otro camino para llegar al disfrute de textos clásicos.

El primero de los tres relatos, Manuscrito hallado en una botella, se puede catalogar de fantástico, en él vamos a sentir la angustia de una persona que no puede dar crédito a lo que presencia: seres extraños que se mueven en medio de la tormenta sobre el barco sin reparar en él; tras su lectura nos queda el desconsuelo de no saber cómo acaba la aventura de dicho personaje.

Las ilustraciones son muy buenas; desde la primera viñeta nos vamos a sentir atrapados por la intriga. Comienza el relato con un gran plano general que ocupa el primer tercio de la parte superior de la hoja, seguido de otro plano general más corto y un plano detalle. Con tres viñetas el ilustrador nos ha descrito el paisaje, y nos ha mostrado el elemento fundamental del relato, la botella del náufrago y el mensaje en su interior; las tres siguientes nos darán detalles expresivos que nos llevan al inicio del relato contenido en la botella.

Cuando comienza el relato del naufrago los tamaños de las viñetas son variados, al igual que los tipos de planos; esa sabia mezcla de descripciones, narraciones y expresiones gráficas nos arrastran con avidez siguiendo el hilo narrativo.

El segundo, El barril de amontillado, nos muestra la venganza en su más cruda realidad. Montesor no puede permitir que nadie lo insulte y aprovecha el día de carnaval para perpetrar su venganza en la ciudad de Venecia. El lema de su familia es: “Nemo me impune laccessit”, “Nadie me insulta con impunidad”.

La expresividad de las viñetas y la riqueza de planos nos introducen en un relato de terror, cuya intensidad aumenta conforme descendemos por los sótanos del palacio hasta el último rincón de la bodega.

Los rasgos físicos del malvado definen perfectamente su carácter y los detalles macabros de algunos dibujos nos avanzan el final trágico del mismo.

El último relato, El gato negro, comienza con el plano de una horca y la mirada de un patibulario. Esta historia está construida in media res; un condenado decide aliviar su alma la víspera de su muerte, y nos relata de qué modo fue cambiándole el carácter; no sabe explicar el porqué de su actuación, salvo que se siente forzado a actuar malvadamente.

Las inquietantes imágenes nos introducen en un mundo perverso y desconocido donde se refleja el lado oscuro del ser humano; a lo largo del relato se aprecia la degradación de una persona que no encuentra justificación para su modo de actuar.


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