Cuentos de terror desde la boca del túnel.
Texto: Chris Priestley
Ilustraciones: David Roberts
Editorial SM
280 páginas, cartoné
14,50 euros, (+13 años)
Por José R. Cortés Criado.
Robert Harper es un chico que realiza su primer viaje en
tren camino de la ciudad donde comenzará sus nuevos estudios, desea que el tren
salga cuanto antes para que su ñoña e irritante madrastra lo deje tranquilo. La
mujer de su padre tuvo una premonición a la hora de la despedida, habló
vagamente de un beso y un túnel, le pidió que cambiase de tren pero él no le
hizo caso.
Una vez ubicado en el vagón saludó a su compañero de viaje,
un señor de cara rubicunda con aspecto de militar; en la siguiente estación se
les unió un eclesiástico grueso de cara redonda; después un campesino flaco y
fibroso; y un cirujano de rostro y manos
huesudas.
Robert dio una cabezada y cuando despertó se encontró con
una nueva presencia, una joven esbelta de tez pálida, de cara alargada, pómulos
altos y cabello pelirrojo que iba vestida todo de blanco, desde el calzado
hasta el sombrero. La presencia de esta dama lo sobrecogió por sus ojos verdes
de mirada inquietante.
Mayor sorpresa se llevó al comprobar que estaban parados en
la entrada de un túnel y que todos sus compañeros de viaje dormían
plácidamente.
Inició una conversación convencional con la dama y al final
esta le preguntó si quería que le contase un cuento, durante no se sabe cuánto
tiempo ella fue narrando historias, ninguna de ellas era de las que suelen
contarse a los niños, pero Robert queda atrapado por la fascinación de los
macabros y misteriosos relatos de la mujer.
Entre relato y relato, narradora y narratario mantienen
breves conversaciones, la señora siempre diligente y atenta; el chico asombrado
por lo que oye y sorprendido porque sus compañeros de viaje no se despiertan a
pesar del paso del tiempo y de emitir sonidos para llamar su atención. Al final
de la novela el chico comprende que algo anormal ha sucedido porque es imposible
que los demás viajeros sigan durmiendo.
La dama cuenta historias de plantas que devoran a sus
cuidadores, de jóvenes despedazados por algún animal salvaje, de niños
difuntos, de odio entre hermanastras, de archipiélagos con monolitos paganos,
de disminuidos psíquicos visionarios, de la crueldad con la que trataba a los
niños sor Verónica, del suicidio infantil, de visiones a través de la grieta de
una pared...
Al final Robert reconoce a la Dama de Blanco a la señora que
se le apareció hace muchos años cuando estuvo a punto de ahogarse en el río y
comprendió que no era precisamente su ángel de la guarda.
A lo largo de las páginas Chris Priestley te atrapa con sus
relatos tenebrosos y te sobrecoge, al igual que a su pequeño viajero; son
historias de aparecidos, desaparecidos y fenómenos extraños contados con suma
habilidad
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