Los libros y la belleza. Somos animales poéticos
Texto: Michèle Petit
Editorial Kalandraka
ISBN: 978-84-1343-256-4
150 x 215 mm, 216 páginas
16 €, 2024.
Por José R. Cortes Criado.
“Quizás seamos, ante todo,
animales poéticos, ya que los seres humanos han estado creando obras de arte
desde hace más de cuarenta mil años.” Michèle Petit: Los libros y la belleza.
Somos animales poéticos.
La antropóloga e investigadora
Michèle Petit trabaja desde 1992 sobre la lectura y la relación de los jóvenes
con los libros, haciendo hincapié en el análisis de la experiencia lectora.
Desde 2005 centró sus análisis en los lugares de conflictos armados,
comunidades empobrecidas y migraciones forzosas.
Petit habla y escucha. Lee y
escribe. Convierte a sus lectores, sus interlocutores y sus contadores en
cómplices de su sabiduría. Nos lleva, con un lenguaje sencillo y numerosas
citas ilustrativas a reafirmarnos que los seres humanos somos animales poéticos.
La obra comienza tratando del
infierno, el arte, los libros y la belleza. Nos muestra cómo muchos autores
transforman los horrores de una guerra en arte, de cómo esa obra es un antídoto
contra el dolor y reivindica el derecho a la belleza, a crearla y a recibirla.
Otro apartado se ocupa de las
palabras habituales y de las que no lo son. Nos lleva a reflexionar sobre esos
mundos invisibles que pueden hacer habitables el mundo real. Se refiere a esos
cantos, leyendas, rimas, historias que todos los pueblos atesoran y pueden ser
útiles para facilitar la integración de personas migrantes.
El siguiente se ocupa de los
paisajes de los que estamos hechos. Analiza la capacidad para encontrarnos en espacios
imaginados que nos sirvan de refugio, ya que nuestras almas son depredadoras de
paisajes.
Hay un apartado titulado “somos la materia de la que están hechos los
sueños”. Reivindica la cultura y el sueño cotidiano de la humanidad frente a la
locura destructiva de la razón como los mejores caminos para redescubrir
nuestros sueños.
También se ocupa de las nuevas formas de organizar las bibliotecas abiertas
a todos, porque toda persona tiene una historia que contar y de una forma
singular. Deben ser la casa del pensamiento donde lo útil y lo agradable vayan
de la mano.
Por último, se ocupa de la lectura o no lectura en tiempos de pandemia.
Cada persona reacciona de un modo particular. Hubo quien encontró ventanas
abiertas lejos de la lectura, quien no era capaz de concentrarse ante un libro
y quien tuvo más hambre de lectura.
De la capacidad de recrear imágenes o no al leer, de la importancia de
valorar las culturas originarias de poblaciones que han sido ocultadas o
intentado eliminarlas, de su fuerza para abrir las mentes de los migrantes a la
nueva cultura de acogida, de recuperar sueños olvidados y de disfrutar con las
historias que conforman nuestras personalidades se ocupa este libro que ha de
leerse con sosiego y reflexión.
Sin duda, es una reflexión imprescindible sobre la importancia del arte y la literatura, de la belleza como hecho fundamental y de la necesidad de lo “inútil”.
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