Un
equipo de miedo
Texto:
Sonja Kaiblinger
Ilustración:
Fréderic Bertrand
Editorial Edelvives
Colección Scary Harry
Editorial Edelvives
Colección Scary Harry
ISBN
9788414016954
153
x 215 mm, 240 páginas
12,95
€, (+ 10 años) 2018.
Por
José R. Cortés Criado.
No sé si te darán miedo los fantasmas, pero al protagonista de esta historia, Otto, no lo asustan, es más, es de los pocos humanos que pueden ver los fantasmas y en su vivienda tiene a tres muy característicos.
El jovencito Otto es huérfano, vive con su tía Sharon que entre sus manías está la de coleccionar relojes de pared que repiten unos tras otro el tic-tac hasta molestar incluso al fantasma más importante de la casa.
La tía desconoce el poder de su sobrino, este charla con los tres habitantes de la vivienda; el primero sir Tony, el antiguo propietario de la casa, vivía plácidamente en la bolsa del polvo de la aspiradora; y sus dos criados, Bert, que habitaba en la nevera de la casa, le encantan las natillas de chocolate, los quesos y no para de comer; y Molly, a la que le gusta todo lo que gire, por eso vive en la lavadora y esconde algunas prendas lavadas.
Si estos tres amigos de Otto eran poco, también tiene como mascota un murciélago, Vincent, que habla como los humanos, tiene ratos de malhumor pero es un buen amigo; al igual que Emily, su amiga humana y compañera de aventuras. Ella no ve ni escucha a los fantasmas, Otto hace de traductor.
A este grupo tan original se une la Muerte, que en realidad se llama Harold, pero prefiere que le digan Scary Harry, un ser todo huesos cubierto con una capa negra que está condenado a recoger la almas de los difuntos durante 999 años. Para enviarlas al más allá utiliza un reloj de la tía Sharon.
Y cierto día los fantasmas de la casa de Otto desaparecen y las pistas lo llevan a Scaryland, un parque de atracciones fantasmales donde un siniestro personaje ha creado una fortaleza de las tinieblas donde los tiene recluidos.
Otto, Emily, Vincent y Harold viven apasionantes aventuras mientras buscan a sus fantasmas, que si una excursión de su clase al parque de atracciones, que acaba mal para el chico, todos sus compañeros se ríen de él y sus amigos fantasmas; que si recibe amenazas y aparece en el listado de almas que hay que enviar al más allá; que si secuestran también a su amiga Emily..., en fin, muchos acontecimientos en muy corto espacio de tiempo que hacen que el lector siga con sumo interés la historia.
La novelita está escrita con la agilidad necesaria para que se lea rápidamente, más cuando vemos que la Muerte también se queja de sus horas de trabajo, de su salario y de la vida que lleva como cualquier otro ser humano; y los sobresaltos de Otto por temor a perder a sus amigos, la humana y los fantasmales.
La edición está muy cuidada, desde las pastas duras y la simpática ilustración de la portada hasta los dibujos iniciales de cada capítulo y los pequeños vampiros o fantasmas que adornan algunos márgenes.
Sin duda estamos ante un libro divertido que te atrapa por los extraños personajes, sus sorprendentes peripecias a lo largo de las páginas, la diversión y la ironía de algunos diálogos.
No sé si te darán miedo los fantasmas, pero al protagonista de esta historia, Otto, no lo asustan, es más, es de los pocos humanos que pueden ver los fantasmas y en su vivienda tiene a tres muy característicos.
El jovencito Otto es huérfano, vive con su tía Sharon que entre sus manías está la de coleccionar relojes de pared que repiten unos tras otro el tic-tac hasta molestar incluso al fantasma más importante de la casa.
La tía desconoce el poder de su sobrino, este charla con los tres habitantes de la vivienda; el primero sir Tony, el antiguo propietario de la casa, vivía plácidamente en la bolsa del polvo de la aspiradora; y sus dos criados, Bert, que habitaba en la nevera de la casa, le encantan las natillas de chocolate, los quesos y no para de comer; y Molly, a la que le gusta todo lo que gire, por eso vive en la lavadora y esconde algunas prendas lavadas.
Si estos tres amigos de Otto eran poco, también tiene como mascota un murciélago, Vincent, que habla como los humanos, tiene ratos de malhumor pero es un buen amigo; al igual que Emily, su amiga humana y compañera de aventuras. Ella no ve ni escucha a los fantasmas, Otto hace de traductor.
A este grupo tan original se une la Muerte, que en realidad se llama Harold, pero prefiere que le digan Scary Harry, un ser todo huesos cubierto con una capa negra que está condenado a recoger la almas de los difuntos durante 999 años. Para enviarlas al más allá utiliza un reloj de la tía Sharon.
Y cierto día los fantasmas de la casa de Otto desaparecen y las pistas lo llevan a Scaryland, un parque de atracciones fantasmales donde un siniestro personaje ha creado una fortaleza de las tinieblas donde los tiene recluidos.
Otto, Emily, Vincent y Harold viven apasionantes aventuras mientras buscan a sus fantasmas, que si una excursión de su clase al parque de atracciones, que acaba mal para el chico, todos sus compañeros se ríen de él y sus amigos fantasmas; que si recibe amenazas y aparece en el listado de almas que hay que enviar al más allá; que si secuestran también a su amiga Emily..., en fin, muchos acontecimientos en muy corto espacio de tiempo que hacen que el lector siga con sumo interés la historia.
La novelita está escrita con la agilidad necesaria para que se lea rápidamente, más cuando vemos que la Muerte también se queja de sus horas de trabajo, de su salario y de la vida que lleva como cualquier otro ser humano; y los sobresaltos de Otto por temor a perder a sus amigos, la humana y los fantasmales.
La edición está muy cuidada, desde las pastas duras y la simpática ilustración de la portada hasta los dibujos iniciales de cada capítulo y los pequeños vampiros o fantasmas que adornan algunos márgenes.
Sin duda estamos ante un libro divertido que te atrapa por los extraños personajes, sus sorprendentes peripecias a lo largo de las páginas, la diversión y la ironía de algunos diálogos.
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