El capitán Calzoncillos
y la turbulenta aventura de Don Tufote.
Texto e ilustraciones: Dav Pilkey
Traducción: Xohana Bastida Calvo
Tapa dura, 208 páginas
247 x 162 mm
(+ 5 años) 2016
Por José R. Cortés Criado.
Vuelve otra
aventura de tan peculiar personaje; para los no iniciados he de decir los
verdaderos protagonistas de esta historia son dos chavales muy majetes: Jorge y
Berto.
Jorge y
Berto tienen un director escolar, el señor Carrasquilla, un poco horroroso y decidieron
librarse de él hipnotizándolo, así pasó a ser el capitán Calzoncillos; todo iba
bien hasta que este señor tomó un zumo extraterrestre con extra-mega-super-poderes
y de verdad tuvo poderes extraordinarios, los perdía cuando le caía agua en la
cabeza y volvía a ser hipnotizado cuando alguien chasqueaba los dedos.
Con
semejante director no es de extrañar que todo el profesorado sufriese grandes
transformaciones, más cuando Jorge y Beto decidieron crear dos seres a su
imagen y semejanza; además la científica más inteligente de Inteletierra, mezcló
InterCocacola Light con InteliPetazetas, más InteliMentos lo que provocó la
explosión del planeta Inteletierra. Los fragmentos de Cigo-Gogocicio 24 se
expandieron por la galaxia provocando casos insólitos.
Unos peces
que se transformaron en seres tan inteligentes que formaron bancos y se hicieron
banqueros; una vides se sublevaron contra los viticultores, y otro trozo cayó
en el Asilo de Amenazados por la Vida Real del Valle de Chaparrales, donde
estaba recluido el profesorado de nuestros protagonistas, que no habían
recuperaron la cordura tras la última aventura del capitán Calzoncillos.
El profesor
de gimnasia se lo comió y su inteligencia aumentó de forma espectacular,
consiguiendo con ello doblegar al alumnado y transformarlo en seres dóciles,
estudiosos, tranquilos, aplicados…, un modelo muy diferente de Jorge y Berto.
Las cosas
tomaron tal calibre que al final los auténticos Jorge y Berto, viajaron al
futuro para pedir ayuda a dos adultos por una vez, a Jorge y Berto del futuro,
consiguiendo así cambiar las cosas para beneficio de los niños.
Lo mejor del
relato es la gran imaginación del autor; se suceden una serie de acontecimientos
tan insólitos, raros y extravagantes que sorprende al lector y le hace
participar del relato imaginando situaciones similares a la par que se sorprende
de los nombres de determinados productos y hechos como el tremebundo Robo-Tufi-Kong 2000, el
Robo-Pulpo fosforescente con máquina del tiempo incorporada o el TONT-O-NIÑO
2000, que convierte al niño más gamberro en un perfecto pelotilla.
La lectura
es muy amena dada la habilidad del autor, y al hecho de estar escrito con letra
redondilla, a la gran cantidad de ilustraciones y a los fragmentos presentados
en forma de cómic.
Es simpático
el Fliporama, que en cuatro ocasiones nos ofrece la posibilidad de mover dos
hojas de forma rápida para que el ojo perciba las imágenes en movimiento. En el
libro están escritas las normas para su disfrute.
Buen libro,
megadivertido que atrapará a los pequeños lectores desde su inicio y los
llevará rápidamente a conocer el desenlace de la trama.
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