Todo es
máscara
Texto: Rosa Huertas
Ilustraciones: Álex Fernández Villanueva
Colección: Leer y Pensar
140 x 215 mm, 240 páginas
(+ 14 años) 2016
Por José R. Cortés Criado.
La trama se
desarrolla en Madrid en 1835. Una joven burguesa, Eugenia, desaparece misteriosamente sin dejar rastro,
este hilo lleva a su mejor amiga a
investigar qué ocurrió en aquel baile de máscaras donde desapareció y el porqué
de su falta de noticias en la prensa.
La joven
Teresa, íntima amiga de Eugenia, decide emprender sus investigaciones al margen
de la policía y recurre a cuanto puede facilitarle su tarea.
Como la
sociedad del momento no ve con buenos ojos que una mujer acuda a determinados
lugares, deambule sola por las calles de la capital e incluso pregunte sobre el
paradero de su amiga, no duda en disfrazarse de hombre, y con ropajes de su
hermano y un bigotito postizo sale sola a la calle y se adentra en sitios
peligrosos.
Al final
desenmaraña toda la trama hilada alrededor de la desaparición de Eugenia y deja
constancia de su valía como mujer. Es un caso de mujer avanzada a su tiempo que
no desea permanecer en casa dedicada a adquirir vestidos de moda y acudir a
fiestas selectas; ella quiere ocupar su papel en la sociedad como si de una
mujer del siglo XXI se tratase.
Paralelamente
a la aventura detectivesca se desarrolla una trama amorosa; Teresa que desdeña
acudir a fiestas y esperar que acuda a ella un mozo casadero, siente la fuerza
del amor cuando trata con un joven diferente al resto de los que ella conoce,
que tiene pensamientos propios, ideas políticas progresistas y decide colaborar
en la búsqueda de Eugenia.
Teresa se
acercó a este joven, Lucas, vestido de hombre, por lo que no puede declararle
su amor ni dejarle entrever nada, así que sufre en silencio mientras pasea,
charla e investiga con su amado.
La novela se
desarrolla tras numerosas máscaras, no solo las que ocultan a los asistentes a
bailes de disfraces y a la protagonista, sino la que llevan la joven desaparecida,
su padre, sus amigos comerciantes, los toreros, incluso el propio Larra al
mostrar lo que no son.
Rosas
Huertas hace caminar a sus personajes calles y plazas madrileñas conocidas por
todos, como ya hizo en otras novelas, y, además, introduce unos protagonistas singulares
como Mariano José de Larra o Mesoneros Romano, junto a políticos y toreros de la
época. Además hace guiños a Goethe y su obra Las confesiones del joven Werther, prototipo de joven romántico.
La autora, buena
conocedora de la capital y de nuestra literatura, escribe una novela con reminiscencias
histórico-literarias y una gran dosis de feminismo; pasea con naturalidad a sus
personajes por plazas de toros, salones selectos de baile, cafeterías y
mentideros locales.
La lectura
de la novela puede llevar al lector a reflexionar sobre el papel de la mujer en
el siglo XIX y los problemas que tuvo cualquier fémina que pensase de forma
diferente al resto de las mujeres y desease tener ideas propias respecto al
amor, la política y la sociedad en la que le tocó vivir.
Teresa
madura a lo largo de las páginas y deja de ser una mujer huidiza y de baja
autoestima para convertirse en una mujer responsable, valiente y capaz de
enfrentarse a la sociedad sin temor a ser rechazada por su aspecto físico o sus
ideas. Su amado pasa por otro proceso de madurez similar.
Buena novela
que acerca el Madrid romántico a los lectores jóvenes pero que cualquier adulto
puede disfrutar sin sonrojo.
Este libro viene acompañado de un cuadernillo de actividades.
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