Diez deditos
Texto: Mem Fox
Ilustración: Helen Oxenbury
Traducción: Chemas Heras
Colección Clásicos
Contemporáneos
ISBN 978-84-8464-383-8
275 x 235 mm, 40 páginas
15 €, (0 – 3 años) 2018.
Por José R. Cortés
Criado.
Ingeniosa historia la ideada por Mem Fox e ilustrada por
Helen Oxenbury para recordarnos a grandes y pequeños que todos somos iguales a
pesar de las apariencias externas, pues todo nacemos con diez dedos en la manos
y otros diez en los pies.
Página tras página nos presentan un pequeño ya sea nacido
en Europa, en Asia, en un lugar remoto del ártico, en un país árido de África,
en una urbe superpoblada o en una tribu diminuta, y todos, al margen del color
de su piel, del rizo de sus pelos, del sexo, del tamaño de sus ojos, del color
de su cabellos o de sus manos, todos tiene diez dedos en sus manos y en sus
pies.
La escritora escribe frases cortas y repetitivas a modo de
juego infantil, la repetición de los
sonidos hace que el lenguaje busque una rima entretenida para los pequeños lectores,
como se observa la repetición de estos textos en hojas contiguas: “Y los dos
bebés tenían, como bien se puede ver, / diez deditos en las manos, diez deditos
en los pies”.
También busca la rima cuando presenta a unos personajes
nuevos. “Hubo un bebé que nació entre colinas y prados. / A otro le daban
jarabe porque estaba acatarrado”.
Este ritmo hace que el texto sea idóneo para ser leído en
voz alta, ya sean prelectores o primeros lectores, pues la magia de las
palabras y la fórmula acumulativa acompañan su lectura.
A la ternura del texto se ha de unir la belleza de las imágenes,
ya sea por la tranquilidad que ofrece un paisaje oriental o un valle lleno de ovejas,
como las risueñas y espontáneas poses de los bebés.
Las ilustraciones figurativas están vivas, hay expresión en
sus rostros y movimientos en sus cuerpos. A la imagen de una sonrisa se añaden
gestos de sorpresa, miradas de amistad, espontaneidad, abrazos y alegría al mostrar
sus manos y sus pies. Hasta la imagen materna reboza ternura.
La ilustradora ha sabido reflejar en los bebés sus rasgos
diferenciadores no solo por el tono de la piel o del pelo, sino por la
indumentaria que cada uno lleva.
Buen álbum ilustrado para recordarnos que la inocencia, la
espontaneidad, la igualdad, la convivencia, la tolerancia y la aceptación del
otro están presente en el mundo infantil, ya que en esa edad no han aparecido
los prejuicios ni las barreras sociales.
Me ha gustado mucho este libro, espero que no defraude a
los lectores.
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