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jueves, 22 de octubre de 2020

"Animalotes Episodio 4. El ataque de los gatetes" de Aaron Blabey

 

Animalotes Episodio 4. El ataque de los gatetes

Texto e ilustración: Aaron Blabey

Editorial Anaya

ISBN: 978-8469847176

155 x 200 mm, 144 páginas

9,90 €, (+8 años), 2020.



Por José R. Cortés Criado.

“No les gusta el agua, así que defiéndanse con ella. Les toca mucho las narices y a veces consigue ahuyentarlos”: Aaron Blabey: Animalotes Episodio 4. El ataque de los gatetes


Estamos ante otra aventura de estos simpáticos animales que forman el Club de los Buenazos. Son muy dispares: El Sr. Lobo, el Sr. Tiburón, el Sr. Serpiente y el Sr. Piraña, todos ellos animales peligrosos, cualquiera que los ve se asusta, pero ellos han decidido hacer el bien y ayudar a los demás.

En esta ocasión la historia comienza cuando nuestros personajes están en verdadero peligro. Están rodeados de miles de gatitos zombis en un precario equilibrio. Los gatitos están furiosos por culpa del Dr. Rupert Mermelada, que los ha transformado en animales peligrosísimos.

Los buenazos corren mucho peligro. Como saben que a los gatetes no les gusta el agua, se han refugiado en una piscina infantil de plástico, en la que solo cabe la cola de Tiburón, que se mantiene en posición vertical, sobre él se encarama Lobo y, encima de este, Piraña y Serpiente, junto a Piernecitas, una araña peluda.

Como los gatitos tienen garras, pronto rasgan la balsa y deben salir corriendo, menos mal que aparece en su avión la agente Fox y los recoge en el aire. Viene a salvarlos y proponerles un plan para Salazar al mundo de esos gatetes furibundos que atacan a todo ser viviente.

Tras huidas, sustos, sobresaltos y múltiples piruetas, contactan con Yaya Gumbo, una anciana que sabe preparar mejunjes adecuados para reconvertir a los gatetes en gatitos dulces y mimosos. Corren mucho peligro, salvan miles de obstáculos y al final salen victoriosos.

Pero el malvado doctor no ha desaparecido y se propone crear otros animales terroríficos como perrizombi, conezombi, ponizombi o delfizombi.

Esta novela gráfica es muy divertida. Mantiene la acción desde el principio. Los lectores se divertirán viendo las disparatadas situaciones a las que han de enfrentarse para salvar al mundo.

Los dibujos son muy expresivos y detallistas, están creados en blanco y negro y la gran variedad tipos de viñetas y de planos, aumentan su atractivo. La tipografía empleada es múltiple, unas veces aumentan el tamaño, están escritas en negrita o reproducen onomatopeyas.

Otra divertida historia que será del gusto de los lectores ávidos de aventuras y de cómics.

Si quieres conocer otros libros de Aaron Blabey pincha aquí. 

jueves, 16 de mayo de 2019

"Las pirañas no comen bananas" de Aaron Blabey


Las pirañas no comen bananas

Texto e ilustración: Aaron Blabey


Colección Álbum Ilustrado

ISBN 978-84-698-4863-0

240 x 250 mm, 24 páginas

Cartonado, 12 €, (+ 3 años)

2019.


Por José R. Cortés Criado.

Aquí comemos pies. […] Aquí comemos rodillas. […] Aquí comemos traseros.” Aaron Blabey: Las pirañas no comen bananas.

¿Hay algún problema en que a Bruno le encanten las bananas? En principio no, pero cuando sabes que Bruno es una piraña la cosa cambia y mucho.

En las guardas iniciales el autor nos informa de quiénes son las pirañas. Peces de agua fría que viven en los ríos de Sudamérica, con afilados dientes y mandíbulas poderosas con un apetito voraz. Se tragan todo lo que encuentran, les encantan los pies, las rodillas, los culetes de los niños y hasta animalotes muy grandes y feos.

Y, además, no comen fruta, todo eso y una lista de alimentos preferidos de las pirañas, nos lo cuenta Aaron Blabey antes de que empecemos a visualizar el álbum.

Los diálogos entre pirañas son ingeniosos, Bruno tan feliz y contento de comer bananas, sus amigos cabreados porque no entienden que Bruno se comporte como se comporta siendo una piraña.

Como las bananas no les gustan a sus congéneres, les ofrece acelgas, guisantes, ciruelas; y estos le recuerdan que no comen ni manzanas, ni judías, ni sandías, ni melones…

Sus amigos ya no pueden más, están indignados, desesperados, y llegaron hasta cierto punto ante la persistencia de Bruno que decidieron comer de la bandeja de frutas y ¿te imaginas qué dijeron?

Que les gustó pero que prefieren seguir comiendo traseros de bañistas despistados.

Si ingeniosos son los diálogos, más expresivos si cabe son los dibujos. Las pirañas, todas verdes, con sus ojos saltones muestran su ingenuidad por parte de Bruno y su malestar y enfado enorme por parte de los demás que no entienden a su compañero.

Los dibujos por sí solo explican la trama y divierten a los lectores que se dediquen a observar las pirañas en sus diálogos.

Cuando se llega a las guardas finales, el autor ofrece información sobre las bananas y también explica por qué las pirañas se quieren mantener alejadas de ellas.

Un bello álbum ilustrado que me ha hecho sonreír mientras lo hojeaba.

Si quieres conocer otros tres libros divertidos de este autor pincha aquí.