El cartero del espacio 3. Un hambre sideral
Texto e ilustración:
Guillaume Perreault
Editorial Juventud
ISBN: 978842614893-3
195 x 240 mm, 160 páginas,
21 €, (+ 9 años)
2024.
Por José R. Cortés Criado.
“Sabes…, ejem, las personas como yo, los Homo sapiens, los humanos…, ¡los terrícolas!, digerimos muy mal las piedras, la cola, los alimentos radiactivos, los metales y las larvas extraterrestres, por ejemplo.” Guillaume Perreault: El cartero del espacio 3. Un hambre sideral.
Estamos ante otra entrega de nuestro cartero espacial, que
como las anteriores es una jornada agotadora llena de aventuras y sobresaltos y, en esta ocasión, hasta con mucha
hambre.
El pobre Bob empieza la jornada sin poder desayunar y
varias veces intenta comer algo, pero siempre surge un imprevisto que le impide
ingerir alimento. Hasta se dejó sobre el mostrador de un planeta su sándwich de
pepinillos que su amiga Marta le llevó hasta la Tierra y cuando se lo iba a
comer…
El primer destino es un planeta muy cálido, Krumgo, donde
casi se achicharra a intentar comerse una nube caliente tras entregar un
paquete; después llega a Cranduff, planeta gris, oscuro donde sus habitantes se
asemejan a la muerte y se alimentan de almas de manzanas, tampoco consigue
comer y se encontró a su amigo Pascual que tenía locos a todos con sus
canciones, menos mal que Bob se lo llevó en su nave.
El tercer planeta donde debe llevar un envío es Lah-Nada,
donde Pascual quería quedarse. Más tarde hubo de volver porque el planeta iba a
ser devorado por un agujero negro; después llegó a Geriatrón, residencia de
ancianos donde vivió su abuela, fue muy bien recibido, pero no pudo comer.
Sigue su reparto en Astrolab y regresa a casa, donde cree que va a comer, pero…
Cada visita es super ingeniosa. Los lectores nos asombramos
de lo que le ocurre. Hay seres muy extraños si los comparamos con nosotros por
su aspecto físico, sus gustos alimentarios, sus vestimentas, sus extremidades…y
porque esta vez se ha de enfrentar a acertijos.
El humor, la ironía y las referencias a viajes anteriores
de nuestro cartero están presentes en cada página donde podemos deleitarnos
observando la cantidad de pequeños detalles que se aprecian en cada viñeta.
Los lectores disfrutarán de la amabilidad, profesionalidad
y capacidad de respuesta de este cartero que considera el correo sagrado y no
pierde tiempo en su quehacer por esos planetas singulares.
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