Mujeres de la cultura
Texto: Rosa Huertas
Ilustración: Eugenia Ábalos
Editorial Anaya
Colección Leer y Pensar
ISBN 978-84-698-5732-8
140 x 215 mm, 144 páginas
12 €, (+ 12 años) 2019.
Por José R. Cortés Criado.
La madrileña Rosa Huertas vuelve a las novedades con este
libro dedicado a las mujeres de la cultura. Hace un repaso sobre sus vidas, sus
logros y resalta su labor como agentes culturales de primer orden.
Darle visibilidad a estas mujeres imprescindibles de
nuestra cultura es el objetivo de esta obra, para ello hace un repaso de sus
vidas en la sociedad en las que les tocó vivir, finales del siglo XIX y
principios del XX.
Todas ellas fueron pioneras en su campo, lucharon por
conseguir que la mujer ocupase su espacio en la sociedad y por la cultura en
general, fueron precursoras del feminismo e hicieron posible que los derechos de
las mujeres fuesen reconocidos en todos los campos.
El primer nombre que aparece es el de la santanderina María
Blanchard, la autora nos lleva de visita a una de sus exposiciones en la que
sus cuadros compiten en calidad, atrevimiento y novedad con los de Pablo Picasso
o Diego Rivera. Ella dijo: “Cambiaría toda mi obra por un poco de belleza”.
En segundo, lugar está la almeriense Carmen de Burgos.
Está considerada como la primera periodista profesional de España y en lengua
castellana. Pertenece por derecho a la generación del 98 aunque no figura en el
listado de autores noventayochistas. Escribió: “No es la lucha de sexos, ni la
enemistad con el hombre sino que la mujer desea colaborar con él y trabajar a
su lado”.
La tercera es Clara Campoamor, esta abogada madrileña fue
una gran defensora de los derechos de la mujer española; gracias a su tesón se
consiguió reconocer el derecho de voto a las mujeres en España en 1931. Expuso:
“Digamos que la definición de feminista indica la realización plena de la mujer
en todas sus posibilidades, por lo que debiera llamarse humanismo”.
La escritora Elena Fortún, también madrileña, escribió la
serie de libros dedicados a Celia, personaje femenino muy conocido en la década
de los treinta del siglo pasado. Escribió: “¿Sabes por qué están tan tristes y
aburridas las personas mayores? Pues porque nada les interesa. Como han visto
mucha veces salir el sol, volar los pájaros y correr el agua, se figuran que
todo ello es lo más natural del mundo”.
María Guerrero, la empresaria y actriz teatral, nacida en
Madrid, dedicó su vida al teatro, de hecho su casa era el Teatro de la
Princesa, que en 1931, tras su fallecimiento pasó a llamarse Teatro María Guerrero.
Dijo: “No piensen que a los artistas se nos regalan una serie de dones por
inspiración celeste: todo nos cuesta esfuerzo, trabajo y fatigas”.
María Teresa León, logroñesa, fue educada en un ambiente
culto e ilustrado que la marcó de por vida. Tras su primer matrimonio se casó
con Rafael Alberti, ambos forman parte de la generación del 27. Manifestó: “Escribir
es mi enfermedad incurable. Escribir me salvó del miedo durante la guerra y de
la nostalgia durante el exilio. Escribir nos salva del olvido”.
Concha Méndez, nacida en Madrid, unida a la generación del
27 como su marido Manuel Altolaguirre, siempre quiso ser poeta. El matrimonio
dio a conocer la obra del grupo de escritores de su generación editando libros
y revistas. Escribió. “Vine para algo más que para pasar como sombra. Dentro de
mí una luz quiere salir fuera”.
María Moliner, o la tozudez de una zaragozana a la que no
le gustaban las definiciones del diccionario de la RAE, por ello se dedicó
durante quince años a elaborar un diccionario que forma parte de muchas
bibliotecas familiares, el Diccionario de uso del español. Manifestó: “Un libro
es una ventana maravillosa por la que uno se asoma al mundo. Es una puerta
abierta al infinito”.
Emilia Pardo Bazán, esta aristócrata coruñesa destacó
como novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria y
catedrática. Desde siempre reclamó los derechos de la mujer. Enunció: “¡Hay que
cambiar el mundo de las mujeres. Si mi nombre fuera Emilio, en lugar de Emilia,
¡qué distinta habría sido mi vida!”
María Zambrano, la malagueña es la filósofa española más
importante del siglo XX, escribió sobre el compromiso cívico el pensamiento poético. Su labor no fue
reconocida en España hasta finales del siglo XX cuando volvió del exilio.
Aseveró: “Escribir es revelar secretos. Se escribe aquello que no puede decirse
porque alude demasiado a la verdad y las grandes verdades no suelen decirse
hablando”.
Cada capítulo lleva una ilustración muy personal de Eugenia
Ábalos representado a cada personaje con bastante fidelidad; todas tienen algo común
que las distingue, esos cuerpos dotados de rotundez, peso y fuerza como el que
estas señoras han tenido en nuestra cultura.
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Sin duda, los jóvenes lectores disfrutarán de esta amena lectura y aprenderán de nuestro pasado y de la lucha de la mujer para ocupar el espacio que ocupa en el siglo XXI. Nada ha sido regalado a la mujer y nada ha sido conseguido sin el esfuerzo colaborativo de muchas personas.