Texto: María Rosa Serdio
Ilustración: Ester Sánchez
Editorial Pintar-Pintar
ISBN: 978-84-126188-5-3
120 x 190 mm, 96 páginas
15 €, (+ 6 años)
2023.
Por José R. Cortés Criado.
“Son los libros /cometas en las manos/ y los versos son / el ovillo de hilo que las alza.” María Rosa Serdio: De barquillos y cometas.
María Rosa Serdio va sembrando migajas de palabras sueltas en su entrañable libro que, con seguridad, irán germinando en las mentes infantiles, que inquietas y con ganas de saber las harán suyas y la dotarán de vida. Creo que este es el objetivo de la autora.
Este libro tiene seis capítulos y vienen bien señalados con marcadores de páginas de colores y siguen un ritmo bien asentado. El primero, “Invitación”, tiene su finalidad clara: nos anima a abrir sus páginas y a disfrutar de un buen regalo para los sentidos y para el alma que nos adentra, con sosiego, en bosques de palabras y libros.
El segundo, “Poesía y poetas”, nos mete un verso en la cabeza que nos hará pensar, nos abrirá nuevas perspectivas, anidará en nosotros y nos hará sentir los fenómenos naturales con algo de magia y vieja sabiduría de esos importantes poetas corrientes que nos rodean.
“Del sol y de la luna” es el tercer capítulo y está dedicado a estos cuerpos celestes que forman parte de nosotros, aunque estén lejos porque a los poetas, a los niños y a las niñas los hace soñar, sobre todo la luna Luna que es más suave y poética desde siempre, aunque parezca un queso de nata.
El cuarto se llama “Buen tiempo” y con gran armonía la poeta nos presenta ese cambio de estaciones que, a veces, no quiere llegar o no quiere irse, y nos trae recuerdos de primaveras floridas, vuelos de mariposas y sueños de poetas que absorben lo que la naturaleza nos ofrece gratuitamente.
El quinto “Colección otoño-invierno” nos muestra elementos que conforman esta estación, ya sean las castañas, las calabazas, las nubes, la lluvia, la nieve y hasta los regalos navideños, todo ello expresado con palabras sonoras y animosas.
En el sexto, “Rincón de cuentaversos”, reconoceremos viejos cuentos versificados, como la historia de los cinco dedos de la mano, del ratoncito Pérez, o de una poeta culinaria que sabe mezclar alegría, besos, pétalos de ilusión, mimos, canciones y… hasta conseguir un guiso único.
Cuando uno acaba la lectura de este libro tiene en la boca el sabor dulce de los barquillos y en la mente siente las cometas de palabras volar más allá de nuestra habitación.
Es un buen libro, con una edición muy cuidada, que nos invita a reflexionar gracias a las palabras exactas cargadas de ingenio, sencillez, originalidad y calidad literaria que nos hacen sentir que la poesía como algo asequible a cualquier lector.
A la belleza del texto, variedad métrica y ritmo hay que sumar el valor de las ilustraciones, de marcada influencia oriental manifiesta desde la portada, que nos muestra esas banderas con forma de carpas (koinobori), que se elevan el día de los niños en Japón.
Esa fusión transforma el libro en un poema visual gracias a las líneas suaves y a las tonalidades de colores agradables que nos acompañan página tras página de la mano de Ester Sánchez.
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