Mujer mirando al mar
Texto: Ricardo Gómez
Ilustrador: Eduardo Ortiz Tirado
Colección Gran Angular
128 páginas
(+ 14 años) 2010.
Por José R. Cortés Criado.
No es una novela al uso, es algo más. El escritor intenta introducir al
lector en su proceso creativo, para ello no duda en explicar su forma de actuar
a la hora de inventar historia y llevarla al papel. No se puede catalogar como
novela juvenil porque sus protagonistas son adultos, la trama no se ocupa de
asuntos vitales para aquel segmento de la población y el destinatario es un
público sin edad, por todo ello se puede decir que no es únicamente una novela
juvenil.
Si se quisiese catalogar resultaría difícil incluirla en una categoría, se
puede decir que es metaliteratura, se habla de literatura en la obra; también
una novela de intriga, no sabemos qué ocurrió y el escritor intenta
descubrirlo; incluso negra, no en vano hace de detective el protagonista;
además es histórica, se retrata una época concreta de nuestra historia; de
viaje, el personaje se desplaza por la costa gallega en busca de información;
testimonial, deja constancia de unos acontecimientos dejados escritos por su
autora; sentimental…, e incluso mezcla prosa y verso.
Todo comienza cuando del autor se encuentra una carpeta llena de versos en
un vendedor del Rastro madrileño. A partir de la historia de amor contada por
Elena, en la que desde el principio deja claro que es juzgada por el asesinato
de su marido, Pablo, al que mucho quiso y por ese amor tan grande dio el paso
que dio.
Sin saber más, torturado por esos versos el escritor viaja a Galicia,
indaga en algunos pueblos sobre historias pasadas en busca de la pareja ideada
y revive la época del principio de la posguerra en la que tantas cosas estaban
prohibidas y sobrevivir era muy complicado para muchas personas.
Ricardo Gómez mezcla los versos comprados en un vendedor callejero con sus
razonamientos y devaneos sobre la realidad que no logra completar, pero va
reflejando las distintas posibilidades que su mente recrea partiendo de los
testimonios recogidos. Todos sabemos que la verdad es poliédrica, porque cada
uno aporta un aspecto de ella y la realidad no es más que la suma de todas esas
partes, dejándonos el autor claro que escribir no es sencillo y que la realidad
tiene distintos matices, dependientes de la visión que de ella se tenga.
A lo largo de las páginas se mezcla el yo narrativo, del personaje escritor
y de Elena, la autora de los versos encontrados, con la tercera persona del
narrador omnisciente que hace acto de presencia en la historia final, en
la que el relato coge fuerza y velocidad, dejando ya las divagaciones y
recreaciones sobre aspectos concretos que tanto han enriquecido las tres
cuartas partes del libro.
En definitiva, es un libro que se lee rápidamente, que ofrece una versión
de la forma de vida y de la represión sufrida en España después de la guerra
Civil sin ahondar en el dolor, y va más allá de la pasión amorosa. El autor
busca la reconciliación de las personas que vivieron aquellos tiempos y
resaltar la historia de amor que fue frustrada por los acontecimientos bélicos.
Si quieres saber de otros tres libros de este autor pincha aquí.
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