La boda de los ratones de Margarita del Mazo

La boda de los ratones

Texto: Margarita del Mazo

Ilustraciones: Lisa Kaser

Editorial OQO

250 x 230 mm, 40 páginas

Colección 0 (+ 3 años)

2012.

Por José R. Cortés Criado.

Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, y no iba a ser menos el emperador de los ratones de La Conchinchina, por ello éste se opuso al casamiento de su preciosa ratoncita blanca con un ratón feo y tan oscuro que parecía negro. El emperador casi muere del susto.

Entonces el emperador decide emplear su argucia y le impone a su hija que ha de casarse con el más fuerte del planeta y le dice que ese novio esmirriado, sin duda, no lo es, aunque las apariencias engañan y muchas veces las cosas no son como las vemos o creemos.

Aquí comienza otra historia, los jóvenes enamorados continúan viéndose a escondidas del emperador y este empieza a proponer maridos, primero fue el sol, después la nube, el viento, la montaña, el árbol, el elefante y el feo y esmirriado ratón negruzco. Los pretendientes siempre manifiestan que existe otro más fuerte hasta que llega al último, el elefante y como este “grandullón” siente pánico de los ratones, el ratoncito enamorado sale triunfador.

Los lectores adultos habrán conocido la trama, pues se trata de un cuento antiquísimo recogido en el Panchatantra, unos doscientos años antes de Cristo. En este se recoge la historia de un monje que transforma un ratón hembra en una hermosa muchacha y cuando esta está en edad de desposarse rechaza al sol, al viento… y se enamora de un ratoncito.

En esta versión, la autora juega con la complicidad de los lectores que saben que los enamorados mantienen su relación a escondidas y el padre, desconocedor de esto, intenta que su hija se case con otro pretendiente. Estos pretendientes rechazan cortésmente el ofrecimiento porque también están enamorados y cada uno quiere elegir libremente su destino, sin que nadie se lo imponga, por muy buenas razones que tenga.

Al ingenio de la historia se suma el de las ilustraciones donde el lápiz, la tinta y la acuarela recrean unos personajes muy reales y expresivos; además, la ilustradora juega con el tamaño de las imágenes recreando ambientes diferentes en un marco propio de los cuentos infantiles.

Los pequeños lectores pasarán un buen rato con el texto y las imágenes

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