Antares
Autor: Francisco Valladares
Colección Alandar
Rústica, 218 páginas
(+ 14 años) 2012
Por José R. Cortés Criado.
Con el nombre de Antares tituló Francisco Díaz
Valladares su última obra que resultó ganadora del Premio Alandar de Literatura
Juvenil 2012. Curiosamente bautizó su obra con el nombre de la estrella más
brillante de la constelación de Escorpio. A pesar de que transcurre en el mar,
es una obra muy marinera, sabe a salitre; además es muy campogibraltereña.
La trama es bien sencilla. Keka, la protagonista es hija y nieta de marino,
lleva agua de mar en las venas, como dice al autor. Un día que la joven no
tiene clases en el instituto se acerca al puerto para ver a su padre y de paso
a Abdú, un joven que le gusta y está enrolado en el barco; al llegar no ve a
nadie, decide esperar a su padre en su camarote, se duerme y, cuando despierta,
el barco ha zarpado en busca de unos náufragos y no puede volver.
El padre, el jefe de la sala de máquinas y el joven cocinero la conocen
bien, y saben que no debía estar en el barco, que eso le puede traer problemas
a su padre, pero todos intentarán hacerle fácil esa travesía.
La mar se encrespa, se acerca una tormenta. Cuando llegan a rescatar al
barco naufragado no encontraron lo que suponía, complicándose la trama. Están
en juego la vida de la tripulación del remolcador Antares y la de numerosos
inmigrantes ilegales que viajan en ese barco desvencijado y con un destino
incierto. Las peripecias se suceden a ritmo vertiginoso hasta llegar al
desenlace.
La historia está narrada en primera persona por la joven protagonista años
después de que ocurriera, con la perspectiva que le da el paso del tiempo y la madurez
que conlleva.
La novela es juvenil por su protagonista; es de aprendizaje, porque ella madura durante esa aventura; es solidaria con los necesitados, porque se ocupa del tráfico de seres humanos; es de amistad, porque de ella se nutren los miembros de la tripulación, viejos conocidos la mayoría de ellos; es de aventuras, porque lo que le sucede a Keka es digno de contarse a los nietos.
Es una buena novela, muy marinera, de amena lectura que te atrapa y te hace
sentir las vivencias narradas. Es un buen trabajo de su autor que por primera
vez recibe un premio literario. Anteriormente entró en la lista de honor de la
CCEI 2011, por A orillas del mar y quedó finalista en
el Premio Jaén de novela joven 2008, por El último Hacker.
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