Siempre conmigo
Texto: Teresa
Heapy
Ilustración: Katie
Cleminson
Traducción: Susana Tornero
Brugués
Colección Álbumes
Ilustrados
ISBN 978842614602-1
240 x 270 mm, 32 páginas
(+ 3 años) 14,90 €, 2019.
Por José R. Cortés Criado.
“Él conoce mis ilusiones, mi planes secretos, mis historias, deseos, miedos y sueños”. Teresa Heapy: Siempre conmigo.
Todos hemos tenido un objeto al que le hemos tomado mucho cariño y, a pesar de su deterioro, seguimos queriendo conservarlo; eso es lo que le pasa al protagonista de este álbum ilustrado, que se siente unido a su osito de peluche aunque ya no sea ni una sombra de lo que fue.
El osito fue un magnífico regalo, siempre acompañó a su dueño, junto a él fue el rey de las volteretas, el gran aventurero, el mejor amigo en sus historias nocturnas, el explorador, el espadachín, el nadador...fue todo lo que su amo quiso y no lo defraudó nunca.
Formó parte de todas las aventuras de la infancia del niño y como buen luchador fue sufriendo alguna que otra lesión, que si perdió una oreja batiéndose a espadas, un ojo cuando menos lo esperaba, una pata...hasta quedar con el cuerpo, la cabeza, una oreja y una pata.
Cuando la mamá quiso arreglarlo tras ver su mal estado, al niño no le molestó que estuviese deshilachado, magullado o reducido a la mínima expresión, siempre fue su amigo fiel y seguiría siéndolo.
Entrañable historia que nos retrotrae a la infancia cuando cualquier muñeco u objeto que nos acompañó en nuestros sueños, miedos, alegrías y vivencias en general fue nuestro amigo inseparable.
Al abrir sus páginas nos topamos con alegría, bondad, convivencia, sobresaltos y recuerdos que nos vinculan con nuestra infancia.
Ambas autoras han sabido cargar de lirismo el cuento y hacernos revivir con añoranza la infancia. Creo que los pequeños lectores también se sentirán reflejados en estas páginas, pues se trata de una historia común a casi todos los niños.
Las ilustraciones de Katie Cleminson son simpatiquísimas y complementan perfectamente a las palabras de Teresa Heapy. Todos los dibujos perfilados en negro y con colores difuminados reflejan las andanzas del niño y del oso.
Los prelectores se sentirán atraídos por la rima de las palabras siempre que alguien se le lea en voz alta; también sabrán seguir la trama observando las láminas coloreadas. Son sencillas y claras que se apoyan en planos generales y otros detalles para darle sentido al texto.
Y además nos hace
reflexionar sobre la aceptación de las personas diferentes, como hace el niño
al aceptar a su osito como su amigo de siempre a pesar de su estado.
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