Como
tú
20
relatos + 20 ilustraciones por la igualdad
VV.AA.
Coordinador:
Fernando Marías
Colección
Narrativa juvenil
ISBN
978-84-698-3527-2
140
x 210 mm, 176 páginas
13
€, (+ 14 años) 2019.
Por
José R. Cortés Criado.
Este
libro es un proyecto creado y dirigido por Fernando Marías dedicado
al público en general y los jóvenes en particular. Es una colección
de relatos e ilustraciones comprometidos con la igualdad entre
hombres y mujeres.
La
idea matriz está en la educación como base de todas las cosas
buenas y malas, como dice el coordinador del proyecto; una buena
educación genera ecos positivos, de la misma manera que una
educación descuidada, inadecuada o mala acabará antes o después
por resultar nefasta.
Por
todo esto cree que al no existir en nuestra sociedad una igualdad
entre hombre y mujeres hay que abordad en la educación los primeros
pasos para conseguirla, de ahí la importancia de este volumen.
Ricardo
Gómez abre el libro con un relato titulado, Leer
el cielo. Se
ocupa del gran esfuerzo de una mujer para poder convertirse en la
primera Lectora del Cielo, y formar parte de las personas importantes
de la tribu. La ilustración de Alba Marina Rivera refleja
perfectamente el mensaje del escritor.
Raquel
Lanseros escribe un poema muy íntimo, Origen,
que nos hace reflexionar en lo iguales que somos todos, hombres y
mujeres ante la vida y la muerte. Muy simpáticas las burbujas
ilustrativas a modo de cómic de Raquel Lagartos.
Rosa
Huertas publica Invisible
dedicado a
todas las mujeres que han llegado a ocupar un lugar donde son
aceptadas como tales en recuerdo de las que fueron invisibles para
entrar en escuelas, universidades o despachos ministeriales. Muy bien
reflejado el tema en la ilustración de Fernando Vicente.
Ledicia
Costas titula su texto Igual
que tú, tiemblo.
Un relato escrito como si de una conversación vía internet tuviese
lugar entre amigas sobre los contenidos que se suben a la red y el
uso que hacen algunos de ellos. Muy notable la ilustración de Nuria
Díaz.
María
Zaragoza sigue en el libro con Kenia,
la historia de una chica que lleva el nombre del país de sus
antepasados y que no es aceptada como las demás por su aspecto
externo. Muy buena y atrevida la ilustración de Dídac Pla.
Mónica
Rodríguez redacta En
tu jaula de cristal
una conversación entre un joven y su novia, que está sometida a la
voluntad de él. Él manifiesta ser una víctima y ella acepta todo
lo que él le pide por lo que llama amor. Raquel Aparicio refleja muy
bien la jaula de cristal donde habita la protagonista.
Espido
Freire escribe una pieza teatral, Iguales,
sobre el encuentro de un chico y una chica en la cola de una
cafetería después de mucho tiempo y no saben de qué hablar y
terminan cada uno por su camino. Buen dibujo de los dos personajes de
Sara Morante.
Gonzalo
Moure manifiesta en Melhfa
el valor
simbólico de las cosas que hacen las mujeres del Sáhara, como
llevar la melhfa los días de tormenta de arena o cuando les plazca,
como relata la joven bibliotecaria educada en España. Muy bueno el
retrato de la protagonista elaborado por Esperanza León.
Jorge
Gómez Soto escribe Lo
contrario,
fiel reflejo de una conversación de un padre con su hija adolescente
y lo que aquel hace creyéndose un feminista de pro. Simpatiquísima
ilustración la de Mireia Pérez para este relato tan irónico.
Care
Santos edita La
respuesta,
es una historia sobre la dominación de la mujer sobre el hombre y
los problemas que estos tienen para acceder a cualquier actividad que
la mujer tiene como propia. La historia al revés. Ana Oncina dibuja
a una mujer triunfadora muy colorista.
Ana
Alcolea publica García y García nos ofrece un acertijo que
se va transformando hasta acabar así: “García tiene un hermano.
El hermano de García da un do sobreagudo. Pero el chico que da el do
sobreagudo no tiene ningún hermano”. Muy buenas las escalas
musicales y los dos protagonistas dibujados por Alberto Gamón.
El
relato de David Lozano es Naufragio. Un maravilloso relato con
una bella historia de amor de una pareja mayor que viaja en la
cubierta de primera clase del Titanic. La simpática ilustración de
Pedro Rodríguez es un fiel reflejo de lo narrado.
Maite
Carranza se aventura con La educación sentimental en
unas escenas teatrales en la que varios adolescente varones hablan de
mujeres y de sexo mientras ven películas porno y creen que esa es la
realidad del amor; frente a las escenas de las chicas que viven la
situación de otra manera. El dibujo de Agustín Comotto refleja muy
bien las dos realidades.
Santiago
García Clairac cuenta en Metamorfosis el
papel que sufre un joven guaperas que se despierta siendo una joven
muy graciada que es contentamente molestada por gente como él cuando
era hombre. Muy explícita la ilustración de Gabriel Hernández
Walta.
El
capítulo de Alfredo Gómez Cerdá es de una ironía fina y lleva por
título Como una cornada que
le sienta muy bien a esta historia de maltrato ejecutada por un señor
que tiene en casa la Enciclopedia Taurina. La estampa de Santiago
Sequeiros nos revela muy bien el sufrimiento de la mujer.
El
jardín de la falsa verdad está
escrito por Fernando Marías y cuenta cómo un periodista consigue el
éxito al buscar sensacionalismo en el asesinato de un señor a manos
de su novia, a la que llamó tarántula. Muy gráfica la ilustración
de Carla Berrrocal.
Nando
López muestra en La segunda vez
como una chica se siente doblemente violada, la primera por sus
compañeros de instituto y la segunda por el jefe de estudios, el
agente y demás personas que la interrogaron. La soledad de la chica
queda muy patente en el dibujo de Javier Olivares.
La
libertad de Penélope está
escrito por Antonio Lozano y nos muestra a una mujer muy diferente a
la sumisa Penélope que tejía y destejía constantemente. Esta tiene
ganas de vivir fuera de las cuatro paredes de su casa. Anu Jato nos
muestra una mujer apesadumbrada, con su telar y el paisaje helénico
de fondo, muy acertada.
Ana
Campoy escribe El primer paso,
historia muy graciosa de una mujer astronauta que viajó en la
primera nave tripulada hasta Marte; debía ser la segunda en
descender de la nave pero se adelantó a su compañero y así resultó
que una mujer fue la primera persona que puso un pie en Marte. Juan
Manuel Aguilera ha creado la estampa de una mujer muy feliz en su
traje de astronauta.
Se
acabó, madre, se acabó es un poema de Antonio García Teijeiro
que recoge el grito de una chica que desea romper esa cadena que ata
a la mujer a un hombre y se convierte en su esclava. Muy lírica y
simbólica la ilustración de Xosé Cobas.
Tras
leer el volumen te queda un sabor agridulce; por un lado alabas la
calidad y originalidad de los relatos que muestran una realidad desde
diferentes perspectivas; por otro, el saber que mucho de lo narrado
es cierto y que aún queda mucho que hacer para conseguir que esas
diferencias entre hombre y mujer desaparezcan.
Un
acierto de libro que deseo lean muchísimos jóvenes de ambos sexos y
que aprendan que vivir de una forma distinta las relaciones entre
hombres y mujeres.
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