El Hado Padrino
Texto: Anaïs Baranda Barrios
Ilustración: María Brenn
Editorial Edebé
ISBN: 978-84-683-5615-0
195 x 130 mm, 104 páginas
10,35 €, (+ 12 años)
2022.
“Se tumbó en la cama con el móvil. Metió en Istagram las palabras “Hada
Madrina” y le salieron unos cuantos perfiles. [...] No podía haber algo más
“anti-ella.” Anaïs Baranda Barrios: El Hado Padrino.
Lucila es una chica diferente, lleva la cabeza rapada, muchos pendientes en las
orejas y viste con ropa holgada alejada de las modas juveniles. Su carácter
también es diferente al resto de sus compañeras de clase.
Lo que más le gusta es a Janis, la guitarra que heredó de su madre. Tanto la
uso que terminó rompiéndose. Su pena era enorme.
Es la pequeña de una familia poco corriente. Viven en la misma casa donde
tienen el taller de tatuajes. El padre y el hermano mayor se dedican a tatuar.
El segundo atiende al público y cuando crezca tendrá otro espacio para tatuar. Ella
canta. Le gusta y le recuerda a su madre, a la que echa mucho de menos.
Como en casa no andan sobrados de dinero, cuando se entera de que hay un
concurso en el conservatorio se anima porque si gana el premio se podría
comprar una nueva guitarra pero, como le dice uno de sus hermanos, no tiene
guitarra ni ropa adecuada para ir al conservatorio, así que o se busca un Hada
Madrina o debe abandonar su deseo.
Internet le da a solución y un día aparece en su dormitorio un Hado Madrino,
Calisto, que va vestido de rosa y huele a chicle. No le gusta nada y menos
cuando se entera de que es muy malo con la varita mágica.
A pesar de su ayuda, de conseguir transformar la silla en una magnífica
guitarra, traer a casa un tigre, mucha comida y ningún traje para ella, se
entienden y lo mejor, es el regalo que hace de despedida.
Lucila vive la ausencia de su madre, la falta de una guitarra, se siente un
poco aislada de su familia. Lo que más desea es ser feliz y conocerse mejor.
Al final madura. Su familia está más pendiente de ella de lo que imagina, hace
una amiga nueva que la comprende, tiene un Hado Madrino algo inútil pero buena
persona y se siente de otra manera.
Me llama la atención ese personaje fantástico en una novela juvenil, aunque no chirría en ningún momento. La protagonista está en ese tránsito de la infancia
a la juventud y todo es posible.
También llama la atención que cada capítulo lleve por título una canción, salvo
la de Héroes del silencio, todas son de músicos anglófonos. Al final del libro
hay un código QR y se pueden acceder a la playlist. La autora nos anima a
escucharla tras la lectura para que la magia continúe.
Interesante libro, corto de extensión y de lectura muy ágil, que se lee rápido,
te ríes con el Hado Madrino y disfrutas de buenas canciones.
El libro está ilustrado en blanco y negro, con gran maestría por María Brenn.
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