Nadie como yo
Texto: Ignacio Chao
Ilustración: Eva Sánchez
Editorial Kalandraka
Editorial Kalandraka
ISBN: 978-84-8464-853-6
215 x 285 mm, 36 páginas,
15 €, (+ 7 años) 2019.
Por José R, Cortés Criado.
“Yo no, yo no puedo encomendarme
a ellos; no comprendo la lengua del vulgo, no hablo las palabras de la tribu, no
está mi mente forjada para atender tantas súplicas.” Ignacio Chao: Nadie como
yo.
Estamos ante una metáfora
sobre el poder donde se superponen la realidad y la ficción para retratarnos a
un ser malvado, que no ama a nadie, que solo quiere mandar y que todos le
obedezcan sin rechistar.
Este es el protagonista, se
siente una gran personalidad, un elegido a pesar de su origen vulgar, que los
demás le procuran su bienestar, que todos caen rendido ante él, que se extasían
con su presencia…, en fin, que todos están a su servicio, ya sean científicos,
sabios o excelentes personas.
Solo los malvados, los vulgares,
los envidiosos y demás intentarán algo contra él, pero no será suficiente,
porque él es el elegido y los demás no; es único, de ahí su actitud ante los
demás y sus aires de suficiencia.
Este personaje emplea un
lenguaje petulante, se muestra engreído, convencido de su superioridad, manifestando
su desprecio por los demás, esos súbditos que le deben todo, incluso la vida;
tampoco aprecia la cultura, la investigación, nada que no sea para aumentar su
ego tiene valor.
Las críticas no le altean;
si alguien lo odia, se siente más seguro de su forma de ser; todo lo que no
sean alabanzas son cosas sin importancia, desechables, él es el centro del
mundo y todos le deben pleitesía.
A lo largo de las páginas el
protagonista se va engrandeciendo, cada vez está más seguro de su personalidad,
pero el lector recibe una información en la última página que le revela la
verdadera identidad de ese personaje tan insolente y lo coloca en su verdadera
dimensión.
Al texto de Ignacio Chao se
unen las imágenes de Eva Sánchez, que ha sabido dotar de identidad al personaje
gracias a los detalles del mismo, ya sea por su aspecto físico, su indumentaria
o la recreación de las escenas que narra.
Con aspecto humanizado, ya
sea laureado, vestido como un emperador romano, rodeado de frutas y verduras o comiendo
con cubiertos de oro, su imagen y el juego de sombras y claros que acompaña al
lector, hacen de estas imágenes un perfecto retrato del dictador, que se
acompañado de personajes muy simbólicos como las ratas, los monos, los zorros o
los buitres, nadie mejor para su séquito.
Seguro que este álbum no
deja indiferente a nadie que abra sus páginas. Te llama la atención el texto,
te choca verlo junto a las imágenes, crees que algo no concuerda, pero conforme
avanzas vas uniendo las piezas y comprendiendo su significado, que queda
patente con la última frase.
Este libro tuvo una mención
del jurado del XI Premio Compostela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario