Mayra
Brócoli y La
cena más rica del mundo
Texto: David Lozano
Ilustración: David Guirao
EditorialEdebé
Colección Mayra Brócoli
Texto: David Lozano
Ilustración: David Guirao
EditorialEdebé
Colección Mayra Brócoli
ISBN 978-84-683-4080-7
140 x 205 mm, 148 páginas
12,95 €, (+ 8 años) 2019.
Por José R. Cortés Criado.
"Moverse por los pasillos es ir de safari -piensa Myra-. No sabes lo que te vas a encontrar". David Lozano: Mayra Brócoli y La cena más rica del mundo.
Este
nuevo personaje de David Lozano es inteligente, inquieta, curiosa,
amigable, solidaria, atrevida...pero una extraña enfermedad la tiene
ingresada en un centro hospitalario.
No aguanta más en el hospital, solo desea salir del recinto y volver a su vida anterior, pero está instalada en la zona de larga duración, su enfermedad no es grave, es rara, y deben estudiar su caso con detenimiento, por lo que sospecha que su encerrona será larga.
Con el paso de los días descubre que no es la única, ni el más grave de los enfermos de su zona; hace amistad con dos chicos muy especiales, uno es Dani el Tripas; el otro, Charli, el Intrigas, los tres forman el Comando Panceta.
Como buen comando se dedican a espiar, estudiar y analizar cada uno de los rincones del hospital y cada uno de sus residentes. Huyen despavoridos cada vez que escuchan al enfermero Tremendo Paco, de tamaño enorme y voz horrible que no para de cantar en cuanto tiene público cerca.
Pero quién más les atrae es una persona que conoce todos los recovecos del hospital, sabe llegar a los lugares más alejados en el menor tiempo posible y es muy difícil de localizar cuando emprende una carrera, ya sea con una camilla o un papel entre las manos, se trata de la celadora Sara.
Sara es enigmática, el Comando Panceta ansía descubrir sus secretos, pero lo que realmente descubre Mayra Brócoli, enferma de brocolitis aguda, es el Vestuario de los Ausentes. Aquí reposan las vestimentas que llevaron por última vez al hospital determinados personajes.
Para la aventura de este volumen, ella se ha de colocar el uniforme de un gran chef de cocina, monsieur Alain de Maupassant. Si ella es la elegida, el traje se adaptará a su cuerpo y su mente funcionará como la del gran cocinero.
Cuando Sara y sus amigos comprueban que le siente como anillo al dedo, comienza su gran aventura, deberá preparar una gran cena para evitar que cierren un restaurante de los padres de un chico enfermo.
Para la cena pide ingredientes de lo más estrambótico: huevos de tortuga de las islas Galápagos, perejil, ostras, hielo del Polo Norte, orquídeas, pirañas, babosas, saltamontes, miel de abeja reina, pezuña de cerdo tuerto, calamar gigante de fosa abismal, huesos de momia egipcia...
Con estos elementos realizó tres platos a cuál más sabroso y novedoso: Iceberg deliciosus de tortuga, con regalía floral al estilo polar; lomos de piraña con guarnición de hábitat de fango chino, salteado en revoltillo de bichos a la plancha, este plato se acompaña de ensalada de tréboles y melón chino a la miel de abeja reina del sur de Francia; y de postre sorbete de faraónico de pezuña y pastelitos de calamar de fosa abismal.
No hay que decir que la cena fue un éxito y nuestra protagonista cumplió con creces su misión, no sin antes superar las numerosas trampas que le tendió el segundo chef del restaurante por pura envidia.
Tras superar los malos momentos, llevar a cabo una batalla en medio de la cocina donde volaban alimentos de uno a otro bando y los temores de la chica, los críticos gastronómicos quedaron impresionados por esta nueva cocina de altos vuelos.
David Lozano hace gala de su buen hacer y su ironía para llevarnos en este viaje a la cocina de un gran restaurante mientras nos reímos de lo que sucede en la cocina y de lo que sospechamos que va a suceder.
Si interesante es esta segunda parte, no hay que olvidar la primera parte del libro, que se desarrolla en el interior del hospital y nos acerca la vida de unos chicos que viven pendiente de informes médicos y buscan la mejor manera de sobrellevar su enfermedad. Gracias al ingenio de Mayra, la monótona vida hospitalaria del Comando Panceta cambia para bien.
Seguro que este libro gusta a todos aquellos que por cualquier circunstancias están ingresados en un hospital, aunque los demás lectores disfrutarán mucho con la historia, porque la primera parte es la excusa que justifica la aventura de la segunda.
Al texto se suman unas ilustraciones muy llamativas de David Guirao, que dan la imagen de los personajes y reflejan los escenarios por donde se mueven. Llaman la atención la batalla en la cocina, la presencia del enfermero cantor o la de los tres protagonistas, entre otras.
La editorial Edebé ha cuidado la presentación de este volumen, tanto por la portada en cartoné como por la calidad del papel satinado y los pequeños detalles de las ilustraciones que anuncian los capítulos o decoran esquinas.
No aguanta más en el hospital, solo desea salir del recinto y volver a su vida anterior, pero está instalada en la zona de larga duración, su enfermedad no es grave, es rara, y deben estudiar su caso con detenimiento, por lo que sospecha que su encerrona será larga.
Con el paso de los días descubre que no es la única, ni el más grave de los enfermos de su zona; hace amistad con dos chicos muy especiales, uno es Dani el Tripas; el otro, Charli, el Intrigas, los tres forman el Comando Panceta.
Como buen comando se dedican a espiar, estudiar y analizar cada uno de los rincones del hospital y cada uno de sus residentes. Huyen despavoridos cada vez que escuchan al enfermero Tremendo Paco, de tamaño enorme y voz horrible que no para de cantar en cuanto tiene público cerca.
Pero quién más les atrae es una persona que conoce todos los recovecos del hospital, sabe llegar a los lugares más alejados en el menor tiempo posible y es muy difícil de localizar cuando emprende una carrera, ya sea con una camilla o un papel entre las manos, se trata de la celadora Sara.
Sara es enigmática, el Comando Panceta ansía descubrir sus secretos, pero lo que realmente descubre Mayra Brócoli, enferma de brocolitis aguda, es el Vestuario de los Ausentes. Aquí reposan las vestimentas que llevaron por última vez al hospital determinados personajes.
Para la aventura de este volumen, ella se ha de colocar el uniforme de un gran chef de cocina, monsieur Alain de Maupassant. Si ella es la elegida, el traje se adaptará a su cuerpo y su mente funcionará como la del gran cocinero.
Cuando Sara y sus amigos comprueban que le siente como anillo al dedo, comienza su gran aventura, deberá preparar una gran cena para evitar que cierren un restaurante de los padres de un chico enfermo.
Para la cena pide ingredientes de lo más estrambótico: huevos de tortuga de las islas Galápagos, perejil, ostras, hielo del Polo Norte, orquídeas, pirañas, babosas, saltamontes, miel de abeja reina, pezuña de cerdo tuerto, calamar gigante de fosa abismal, huesos de momia egipcia...
Con estos elementos realizó tres platos a cuál más sabroso y novedoso: Iceberg deliciosus de tortuga, con regalía floral al estilo polar; lomos de piraña con guarnición de hábitat de fango chino, salteado en revoltillo de bichos a la plancha, este plato se acompaña de ensalada de tréboles y melón chino a la miel de abeja reina del sur de Francia; y de postre sorbete de faraónico de pezuña y pastelitos de calamar de fosa abismal.
No hay que decir que la cena fue un éxito y nuestra protagonista cumplió con creces su misión, no sin antes superar las numerosas trampas que le tendió el segundo chef del restaurante por pura envidia.
Tras superar los malos momentos, llevar a cabo una batalla en medio de la cocina donde volaban alimentos de uno a otro bando y los temores de la chica, los críticos gastronómicos quedaron impresionados por esta nueva cocina de altos vuelos.
David Lozano hace gala de su buen hacer y su ironía para llevarnos en este viaje a la cocina de un gran restaurante mientras nos reímos de lo que sucede en la cocina y de lo que sospechamos que va a suceder.
Si interesante es esta segunda parte, no hay que olvidar la primera parte del libro, que se desarrolla en el interior del hospital y nos acerca la vida de unos chicos que viven pendiente de informes médicos y buscan la mejor manera de sobrellevar su enfermedad. Gracias al ingenio de Mayra, la monótona vida hospitalaria del Comando Panceta cambia para bien.
Seguro que este libro gusta a todos aquellos que por cualquier circunstancias están ingresados en un hospital, aunque los demás lectores disfrutarán mucho con la historia, porque la primera parte es la excusa que justifica la aventura de la segunda.
Al texto se suman unas ilustraciones muy llamativas de David Guirao, que dan la imagen de los personajes y reflejan los escenarios por donde se mueven. Llaman la atención la batalla en la cocina, la presencia del enfermero cantor o la de los tres protagonistas, entre otras.
La editorial Edebé ha cuidado la presentación de este volumen, tanto por la portada en cartoné como por la calidad del papel satinado y los pequeños detalles de las ilustraciones que anuncian los capítulos o decoran esquinas.
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