Las
trenzas la Luna
Texto:
Alfredo Gómez Cerdá
Ilustración: María Luisa Torcida
Editorial
Everest
ISBN
9788444143347
190 x
120 mm, 96bpáginas
(+ 8
años) 8€, 2001.
Por José
R. Cortés Criado.
Gómez
Cerdá escribe un libro diferente, en él el escritor es uno de los
personajes principales, su papel es el de escritor y sus problemas a
la hora de crear una historia. Así lo vemos dudar, pensar, mirar por
la ventana, idear y hasta leer cartas, observar a la cartera y
comprobar el estado de los árboles que divisa desde su ventana.
En su
buhardilla anda el hombre preocupado cuando recibe una carta de Rosa
la alta, la de los labios rojos, una maestra que tiene su escuela en
un pueblecito verde, cerca de un río y de unas montañas que el
escritor conoce.
En esa
carta la maestra le regala un título para un libro, Las trenzas
de la Luna, eso le gusta a Alfredo, a él no le gusta que le
regalen ideas, de esas tiene muchas, pero los títulos se le
resisten, así que le viene bien.
De sus
devaneos con la carta, los recuerdos y los deseos de escribir una
historia donde los alumnos de Rosa tengan cierto protagonismo habla
el autor y se anima a escribir al colegio y pedir algo más a los
alumnos para ese libro.
El
escritor recibe una carta con una fotografía, resulta ser de una
niña que los alumnos han apadrinado de alguna manera. Un señor fue
a su cole y les pidió una ayuda para las familias refugiadas que
viven lejos de sus países de origen.
Cuando
el escritor ve la foto y lee que ella se llama Luna cambia el título,
le quita el articulo y la protagonista ya no es el satélite de la
Tierra, es esa niña de piel oscura, largas trenzas negras y ojos
negros muy tristes.
Y para
darle más interés a la trama le pide a los alumnos de ese pueblo
tan bonito que le manden los textos que ellos escribirían a esa niña
llamada Luna. De esos textos salen muchas ideas, unos proponen
consejos útiles, otros preguntan sobre su vida, su familia, su
tristeza..., en fin carta de niños para otra niña que gracias a una
foto dejó de ser una desconocida.
Todo el
libro es un partido entre el escritor y los alumnos. La trama salta
de un escenario a otro, las cartas van en ambas direcciones y por
último llega la carta de Luna, en la que resume su vida.
Luna vivía
felizmente en un país de centroafricano, tenían sus tierras,
cultivaban el campo y acudían a la escuela, hasta que una guerra
acabó con todo y tuvieron que huir. Desde hacía poco tiempo vivía
en un pueblo precioso que es atravesado por un río, tiene unas
montañas cerca, una hermosa calle que lleva por nombre Libertad, una
panadería que huele muy bien...pero nos avisa de que no puede decir
el nombre del pueblo porque viven ocultos en una nave abandonada.
Los
niños enseguida descubren de qué pueblo habla Luna, la tienen más
cerca de lo que podían imaginar. La vida les cambió a todos, a Luna
porque de pronto tiene un grupo de amigos que se preocupan por ella y
el resto de los niños porque han conocido lo desagradable que puede
llegar a ser la vida para algunos niños sin tener culpa de nada.
Alfredo
Gómez Cerdá publicó en 2001, cuando el problema de los migrantes
no estaba de tanta actualidad informativa, ni generaba tantas
posturas encontradas. Hoy sigue teniendo vigencia a pesar del paso
del tiempo.
Al tema
de los migrantes hay que añadir el protagonismo de los niños como
partícipes de esta historia, lo que le añade un plus de calidad, y
como me dijo el autor en la dedicatoria del libro, se trata de un
“libro un poco extraño y entrañable”.
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