Dragon Boy
Texto: Guido Sgardoli
Ilustraciones: Enrico Macchiavello
Editorial Edebé
Colección Mi biblioteca
ISBN 978-84-683-3140-9
140 x 210 mm, 240 páginas
(+ 10 años) 2017.
Por José R. Cortés Criado.
Un joven acomplejado, Stanghelli Max, escribe un diario
algo disparatado, ya sea porque deja páginas en blanco, no se le ocurre qué escribir,
cambia el tipo de letra, el tamaño, el estilo, añadiendo diferentes recursos
gráficos e intercalando texto escrito y dibujos, así como escenas de cómic e incluso garabatos.
Y es que el pobre protagonista desea que lo lleve a clases
el chófer de la familia, lo reciban sus amigos con alegría, las chicas guapas
lo miren, ser un buen estudiante y no sufrir el acoso de los cafres de su
colegio.
Con estas perspectivas y, además, tener una pierna más
larga que otra y usar muletas, oír escasamente y disponer de un implante
coclear para escuchar algo, ser el centro de burlas de algunos compañeros y
sentirse fatal, el pobre chico tiene la osadía de escribir un diario valiente, donde
refleja lo que le pasa y lo que le hacen algunos.
A lo largo de las páginas de este diario algo estrambótico,
conocemos al personaje, a su familia y lo que son capaces de hacer por él. Un
joven que desea desaparecer ante los demás, por encima de todo quiere tener un
superpoder, ser invisible, para que acabe la pesadilla que es vivir e ir a
clase diariamente.
Solo lo anima a seguir el descubrimiento de un cómic de
Dragón Boy; en él se ve reflejado y en él se ven escenas que le son comunes y
hechos que le han acaecido en su
entorno.
A lo largo de las páginas aparecen pequeñas ilustraciones
de objetos, ideas o sentimientos del personaje que dan un toque de humor al
tema; además de los cómics que reflejan un personaje totalmente opuesto a Stanghelli Max. Las ilustraciones son de
Enrico Macchiavello.
Las dudas sobre este héroe y las sospechas sobre su autor
lo hacen vivir días intensos de búsqueda, preguntas y desengaños, hasta que
descubre el valor de la amistad silenciosa y sin aspaviento, y se hace
consciente de que todos tenemos superpoderes aunque no lo creamos.
Las más de doscientas páginas se leen rápidamente y te
hacen reflexionar sobre las personas diferentes y las que se preocupan de
molestar al diferente por el solo hecho de serlo y, en este caso, ser más débil
e inocente.
No solo le quitan el bocadillo o el dinero, también lo
dejan solo ante cualquier acontecimiento o lo invitan a un cumpleaños
inexistente en un solar en la otra punta del pueblo para mofa y escarnio.
Con este libro el autor, Guido Sgardoli, apuesta por
afianzar la autoestima y el respeto en los adolescentes partiendo de un
protagonista con discapacidad física, al que le cuesta entender el mundo y al que el mundo tampoco entiende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario