Dímelo con los ojos
Alfredo Gómez Cedá
Colección Gran Angular
192 páginas, rústica
2014
Por José R. Cortés Criado.
Se trata de una buena novela, sin sobresaltos, con un
discurrir suave que conlleva una reflexión sobre distintas formas de vida;
Gómez Cerdá conduce plácidamente al lector a descubrir cuáles son los
verdaderos problemas de las personas, soslayando nuestro aspecto físico o
cualquier otra liviana contrariedad con los amigos; todo ello lo consigue
gracias a las palabras recogidas por Berta en su diario que reflejan sus
vivencias con jóvenes autistas.
Es una novela con una estructura muy original, comienza de forma anacrónica
por el último capítulo, le sigue la primera parte titulada Las tripas del volcán, más un capítulo de transición, que a su vez
tiene diez apartados, narrados en orden inverso, desde el décimo al primero;
por último la segunda parte, El cuaderno
de Berta, con doce subdivisiones.
Creo que es muy acertada su distribución, iniciamos la
lectura sabiendo cuál es el desenlace, ya no hay sorpresas ni cavilaciones
sobre el mismo; después conocemos a una chica, Berta, su problema con la
comida, se ve gorda y comienza a vomitar tras ingerir alimentos; sabremos de su
familia, especialmente de su madre, con la que convive; y sobre todo de su mejor amiga, Laia.
El narrador nos muestra el plan de las dos amigas, viajar
por Europa cuando cumplan los dieciocho años gracias a los billetes de
InterRail; pero para ello deciden trabajar durante doce días en un campamento
de personas autistas.
En el capítulo intermedio asistimos a los diez días previos
al ingreso en el campamento, sabemos de sus problemas personales, de sus
temores, de sus amigos y de sus sueños.
La última parte es el diario que escribe Beta durante los
doce días de estancia como monitora en el campamento. Sabremos cómo actúan los
asistentes al mismo y conoceremos nuevos personajes que enriquecen la trama.
La última parte es fundamental, no porque se ocupe por el
tema del autismo, sino por la madurez que alcanza la protagonista al convivir
con niños y jóvenes carentes de interacciones sociales.
Es una obra madura, reflexiva, que no dejará indiferente a
sus lectores, muy en la línea de Alfredo Gómez Cerdá que sabe reflejar muy bien
la clase media española con sus problemas, anhelos, temores, sobresaltos y búsqueda
de la felicidad en el día a día de nuestras vidas.
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