El naufragio
Manuel López Gallego
Editorial Algar
Algar joven
Cartoné, 13x20,5, 166 p.
ISBN 9788498455298
Por José R. Cortés Criado
Daniel acaba de llegar a un pueblo desconocido, Puertolugar,
donde han destinado a su padre que es médico. Lo primero que le llama la
atención es la soledad de sus calles y el mar.
A lo largo de las ciento sesenta y tres páginas, el joven va
a contarnos su experiencia en ese pequeño pueblo marinero, donde no tiene
amigos y todo gira alrededor del mar; porque este domina el paisaje, las
habitantes son pescadores, los chicos conocen el sonido de las sirenas de los
barcos donde navegan sus padres y aspiran a ser marineros como ellos, en un
futuro.
El padre de Daniel es retratado como una persona optimista,
muy enamorado de su madre, con unos entretenimientos que llegan a ser
obsesivos, ora la fotografía, ora la construcción de barcos a escala, ora la
radio de onda corta; pero siempre preocupado por su trabajo, su mujer, su hijo
y la educación. La madre es un ama de casa que sufre frecuentes depresiones, según el padre la visita Madame Bovary.
Daniel vive preocupado por la salud de su madre y las
ocurrencias de su padre, y como los niños del pueblo se burlan de él o no le
prestan la menor atención ni en el cole ni en la calle, ocupa su tiempo en un
espacio mágico, que no es otro que un barco encallado en la costa, para los
habitantes del pueblo es tan impresionante ver esa nave varada que todos dicen
que fue puesta allí por el diablo.
Además del barco, Daniel se siente fascinado por la
personalidad del ruso, un personaje,
en principio inquietante y solitario, que dejará una gran huella en el joven,
sobre todo cuando éste descubre la grandeza de los poemas escritos por aquel.
A lo largo de las páginas se cita La isla del tesoro, y la goleta La
Hispaniola, Madame Bovary y se
hacen guiños a la educación, diferenciando la recibida en el colegio y en el
instituto; y a la importancia de una biblioteca, la que Daniel descubrió
gracias a un joven profesor.
Es una novela de aprendizaje, contada en primera persona, en
la que el joven protagonista va dejando constancia de sus vivencias, su
aprendizaje, la superación de dificultades, las relaciones humanas, tanto
familiares como entre iguales.
Manuel López Gallego escribe con sencillez y agilidad esta
bonita historia que te va atrapando conforme avanzas en su lectura y anhelas continuar
hasta desentrañar el final de relato, que no es otro que la continuidad de la
vida, de la formación de Daniel, que nunca olvidará este periodo de tiempo
vivido entre la realidad del pueblo y la fantasía de unos versos y un barco
donde desarrolla su imaginación.
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