jueves, 31 de mayo de 2018

"Conoce a Bernardo de Gálvez" de Guillermo Fesser


Conoce a Bernardo de Gálvez

Texto: Guillermo Fesser

Ilustración: Alejandro Villén


Colección: Personajes del Mundo 

Hispánico

ISBN 9781682921432

205 x 255 cc, 32 páginas

13,95 $, (+ 8 años)

2017.


Por José R. Cortés Criado.

El periodista español, Guillermo Fesser, afincado en Estados Unidos ha escrito un acercamiento a la vida del ilustre personaje malagueño Bernardo de Gálvez. Este señor ha sido durante mucho tiempo un personaje desconocido tanto para norteamericanos como españoles.

Para acercarnos al personaje, Fesser comienza contando una anécdota real, una joven, Teresa Valcárcel llevó al Capitolio de Estados Unidos un cuadro del Bernardo de Gálvez, reivindicando su figura y pidiendo que se cumplan los acuerdos.

Y es que los congresistas estadounidenses se habían comprometido a colgar en el Capitolio el cuadro del general español porque fue una persona comprometida con la libertad y defensor de la independencia de EEUU.

Durante la Guerra de la Independencia, el gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez, se enfrentó a los británicos al grito de “¡El que tenga honor y valor que me siga! ¡Yo solo!”, en la batalla de Pensacola. Esa batalla fue decisiva para la independía de los Estados Unidos, además de la ayuda económica que llegó desde Málaga para apoyar a George Washington.

Como consecuencia de esa ayuda económica la catedral de la ciudad de Málaga carece de la segunda torre de su fachada. El dinero fue a las arcas independentistas norteamericanas y hasta el día de hoy se conoce a dicha catedral como “la manquita”

La historia se centra en la joven malagueña y su hazaña para conseguir que por fin el cuadro de Bernardo Gálvez acabase colgado en el Capitolio y que el presidente Baraka Obama  le concediese la Ciudadanía Honorífica.

Al final del volumen, en la últimas dos páginas Fesser nos informa cómo llegó a conocer a Gálvez y cómo este hecho le hizo dedicarse a buscar más pistas sobre la herencia hispana en Estados Unidos; también hay datos biográficos del personaje macharagatungo.

El texto se complementa con las imágenes de Alejandro Villén que nos muestra unos dibujos plenos de color y unos personajes llenos de vida, donde se mezcla la historia actual con escenas de la batalla famosa en el siglo XVIII.

El ilustrador hubo de investigar para este proyecto, pues se mezclan escenas actuales y del siglo XVIII, y sobre todo, hubo de buscar la imagen del principal protagonista de esta historia.

Texto e imágenes comparten el espacio de este libro que sirve para acercar un personaje español a los pequeños lectores ávidos de saber sobre el mundo hispánico.

Es un libro interesante y ameno de leer, en él, palabras y gestos se unen para reflejar los momentos claves del relato, ya sea acudiendo la protagonista con el famoso cuadro al Capitolio o recreando la batalla naval donde las bombas  vuelan.






miércoles, 30 de mayo de 2018

"El paseo de María Zambrano y Joaquín Lobato por la III Bienal de Arte y Escuela de Torre del Mar".


El paseo de la filosofo María 

Zambrano y del poeta pintor Joaquín 

Lobato por la III Bienal de Arte y 
Escuela de Torre del Mar.

Por José R. Cortés Criado.

-María, María, Maricuela, Maruja, Mariquilla… ¡¡¡María!!! Despierta de tu siesta que ya se fueron los últimos visitantes.

- ¡Oh, Joaquín!, ¿qué te pasa? ¿A qué vienen esas prisas?

- Vamos a dar un paseo que llevamos muchas horas aquí quietos pegados a estas cajas de fresas.

- ¡Ay, Joaquín, qué niño eres! Vamos, pero sin prisas que no estoy para muchos trotes.







-¿En qué piensas?

- En todo y en nada. Como decía mi madre mi cabeza es como la válvula de una olla exprés, siempre está dando vueltas y más vueltas a las ideas.

- ¿y?

- Pues eso, que recuerdo las palabras de un guía, de esos jubilados jubilosos que están toda la mañana dando vueltas con una troupe de niños zangolotinos intentando hacerles ver algo de arte, y es que el hombre ponía mucha voluntad, delante de mí les regañó porque no sabían quién era yo, como si yo fuese una diva de la canción o una estrella televisiva; menos mal que una niña sabía que la estación del tren de Málaga lleva mi nombre.

- Es que la filosofía nunca estuvo de moda y menos en estos tiempos que corren. Ten en cuenta que a mí me conocen algunos porque soy el nombre de su instituto.

- Anda, y a mí también, pero poco más, aunque los alumnos dicen que estudian en el María, se les olvida el apellido, cosa curiosa, ¿no?

- Vale, pero vamos a ver los sombreros.

- También me impresionaron los comentarios infantiles sobre el cuadro que está  frente de mí, la guía les decía: “aquí hay arte, se ve la fuerza del pincel”, y uno respondió, “parece una cebra”, otro que “debajo hay otra pintura, parece que han aprovechado un tablero viejo” y, por último uno expresó: “yo veo una cárcel”.






















- ¡Ay! ¡Qué pesimista te veo esta tarde!

- No es pesimismo es reflexión, me ha hecho pensar en los tiempos oscuros de nuestro país cuando la ideas vivían entre rejas, algunos en el exilio y otros ocultando sus pensamientos. Ojalá nunca más vuelvan tiempos tenebrosos y las cárceles no sean para las ideas, ni haya puertas que cierren el paso a la vida, a la libertad, a una sociedad mejor, como ese señor del piso superior que quiere cerrar la puerta a decenas de zapatos que llegan ante él.

- No sigas por ahí, que también tengo yo mi ración de tristeza, otra vez se fue abril y tampoco fui a París.

-¡París! ¡París! Ok là là.

- Vamos a ver los nidos hechos con tanto mimo, los sombreros elegantes y los zapatos mágicos.


- Vamos, pero no me hagas posar con ningún sombrero que mi coquetería ya pasó, solo vamos a pensar cómo será la persona que sea capaz de salir a la calle con él o con uno de esos pares de zapatos.

- ¡Ay, librepensadora! Eres más creativa que yo.

- Mira, Joaquín, ese magnífico cubo de colores. Volvamos a mirarlo, no me canso de hacerlo.

- Sí, pero con una condición, un ratito solamente, que luego te quedas extasiada ante tanto color y tanto ingenio, nos cansamos, volvemos a nuestro espacio y no vemos nada, que te conozco.

- De acuerdo, un momentito nada más.

- Luego no me digas de recrearte en la observación de los globos multicolores llenos de lunares, que ya casi los he contado todos, ¡hay que ver el ingenio de esa japonesa y lo bien que lo han hecho los niños!

- Pero en el corral de Antonio Hidalgo sí, ¿eh? Que tu barroco amigo tiene mucha gracia con sus pinceles.

- Sí, es verdad, desde siempre Antonio destacó por su estilo tan peculiar de reflejar lo que ve. Me encanta su colorido.


- ¿Y este móvil con los cuadros de Eugenio Chicano?

- Maravilloso, Eugenio es un gran pintor y una buena persona; está muy bien representado en esta bienal, tengo entendido que ha trabajado mucho con los niños de un colegio.

- Enseñar, educar, alumbrar las tinieblas del desconocimiento, ¡qué trabajo tan interesante el de maestro!

- Vamos, María, no te detengas con el movimiento del móvil de alambre y telas, que sí, que es motivo de reflexión y análisis de la vida, pero ahora no tengo ganas de hablar de eso, sigamos el paseo.

- Tú tienes ganas de verte en los otros dos dibujos tuyos, a mí me encanta el que hay que ver desde lejos, creo que ha sido el montaje más fotografiado de toda la exposición.

- Bueno, guapo que es uno, ¿qué quieres que te diga?

- Anda vamos a las carpas, que sé que quieres llegar al pasero y ver si se cumplió alguno de tus sueños, y de seguir viendo las cadenas de imágenes o las fotografía retocadas por pequeños artistas, pero no me hagas meternos bajo el dragón que yo ya no estoy para esas cosas.

- Vale, te prometo que estaré tranquilo.

- Eso no me lo puedo creer, si sigues siendo un chiquillo inquieto y curioso.

- También veremos las maquinarias construidas con palillos y cartones, y los bancos hechos con materiales de desecho y esa medusa y…

-  Después prométeme que iremos a ver la jungla de la clase, ¡qué graciosas esas sillas transformadas en animales!, y las decenas de grullas de la paz, y esa montaña de libros y esos trabajos históricos…

- Para María, que te veo más lanzada que yo, que luego dices que si yo soy…como soy.

- También hemos de reflexionar sobre las emociones, hay muchos espacios donde hacerlo y eso nos ayuda a ser mejores personas.

- ¡Pero si nosotros ya somos buenas personas!

- Pero siempre podemos mejorar, Joaquín, no lo olvides, amigo.

- María, ¿y si tocamos un poco el cajón flamenco y la guitarra?, seguro que a Juan Breva le encanta que lo recordemos en el centenario de su nacimiento.

- Juan Breva, el de cuerpo de gigante y voz de niña que decía Federico…

- Yo canto María, tú…tú…me escuchas que ya es bastante.

- Pero hazlo con el tubo de susurrar que es más tierno y emotivo.

- ¡Sí que me lo pones difícil, pero lo intentaré!

- ¡Vengan unas malagueñas o unos verdiales!

- Bueno, lo que me salga.

- ¡Qué bien lo has hecho, Joaquín!

- Vamos que nos quedan muchos espacios por visitar, ¡qué pena que los talleres estén 
cerrados, con lo que a mí me gusta pintar y colorear y la arropía!

- Sí, regresemos a nuestros “azulejos”, en otro momento seguimos la ruta por las carpas.

- ¿Ya, María, ya quieres volver? Bueno, pero antes nos sentamos a ver volar al dragón y a la medusa flotar, que algo se nos ocurrirá.

-Sí, y mañana volvemos a visitar el fondo del mar, el homenaje a la mujer y esos maravillosos dibujos en tiras de papel que adornan el pasillo de arriba, y desde allí observamos los veleros naranjas sobre el mar.

- Y las estampaciones, y los botijos decorados y el palmeral intervenido por los artistas plásticos y...

- ¿Sabes, Joaquín? Todavía espero que me digas cuál es la mejor parte de ti. Yo lo tengo muy claro, mi cerebro, sin él no sería quién soy ni podría analizar el pensamiento de los seres humanos.

-Pues yo…aún no sé qué decirte, tengo mis dudas si mi cabeza o mis manos, tengo que madurar la idea, ya te responderé antes de irnos de la bienal.

- Buenas noches María, que sueñes con la belleza que nos rodea.

- Buenas noches, Joaquín, descansa, que mañana todavía podemos seguir disfrutando de estos ratos tan agradables.

martes, 29 de mayo de 2018

"Diez deditos" de Mem Fox y Helen Oxenbury


Diez deditos

Texto: Mem Fox

Ilustración: Helen Oxenbury

Traducción: Chemas Heras


Colección Clásicos 

Contemporáneos

ISBN 978-84-8464-383-8

275 x 235 mm, 40 páginas

15 €, (0 – 3 años) 2018.


Por José R. Cortés Criado.


Ingeniosa historia la ideada por Mem Fox e ilustrada por Helen Oxenbury para recordarnos a grandes y pequeños que todos somos iguales a pesar de las apariencias externas, pues todo nacemos con diez dedos en la manos y otros diez en los pies.

Página tras página nos presentan un pequeño ya sea nacido en Europa, en Asia, en un lugar remoto del ártico, en un país árido de África, en una urbe superpoblada o en una tribu diminuta, y todos, al margen del color de su piel, del rizo de sus pelos, del sexo, del tamaño de sus ojos, del color de su cabellos o de sus manos, todos tiene diez dedos en sus manos y en sus pies.

La escritora escribe frases cortas y repetitivas a modo de juego infantil,  la repetición de los sonidos hace que el lenguaje busque una rima entretenida para los pequeños lectores, como se observa la repetición de estos textos en hojas contiguas: “Y los dos bebés tenían, como bien se puede ver, / diez deditos en las manos, diez deditos en los pies”.

También busca la rima cuando presenta a unos personajes nuevos. “Hubo un bebé que nació entre colinas y prados. / A otro le daban jarabe porque estaba acatarrado”.

Este ritmo hace que el texto sea idóneo para ser leído en voz alta, ya sean prelectores o primeros lectores, pues la magia de las palabras y la fórmula acumulativa acompañan su lectura.

A la ternura del texto se ha de unir la belleza de las imágenes, ya sea por la tranquilidad que ofrece un paisaje oriental o un valle lleno de ovejas, como las risueñas y espontáneas poses de los bebés.

Las ilustraciones figurativas están vivas, hay expresión en sus rostros y movimientos en sus cuerpos. A la imagen de una sonrisa se añaden gestos de sorpresa, miradas de amistad, espontaneidad, abrazos y alegría al mostrar sus manos y sus pies. Hasta la imagen materna reboza ternura.

La ilustradora ha sabido reflejar en los bebés sus rasgos diferenciadores no solo por el tono de la piel o del pelo, sino por la indumentaria que cada uno lleva.

Buen álbum ilustrado para recordarnos que la inocencia, la espontaneidad, la igualdad, la convivencia, la tolerancia y la aceptación del otro están presente en el mundo infantil, ya que en esa edad no han aparecido los prejuicios ni las barreras  sociales.

Me ha gustado mucho este libro, espero que no defraude a los lectores.





lunes, 28 de mayo de 2018

"El enfado de Candela" de Ricardo Alcántara


El enfado de Candela

Texto: Ricardo Alcántara

Ilustración: Mercé López


Colección Tucán azul

ISBN 978-84-683-3418-9

130 x 195 mm, 40 páginas

(+ 6 años), 8,95 €, 2018.



Por José R. Cortés Criado.

Candela es una niña pequeña, siete años, pequeña de estatura y pequeña de familia. Vive con su madre y un día que esta debe ir de viaje por motivos laborales la niña ha de quedarse con su abuela.

Ni que decir tiene que la pequeña no quería quedarse con la abuela, no porque no la quisiese o fuese desagradable, es que quería viajar con su mamá, por ello llegó a la casa con pocas ganas de nada. Solo tenía un enfado descomunal.

La mamá se fue y Candela no quiso ni hablar, ni comer ni jugar con Piti, el perro de la abuela, su buen amigo en otros momentos.

La abuela decidió salir a comprar el pan y de paso hacerle un regalo a su nieta que eligió una careta de niña enfadada.

Tan a gusto se encontraba con su careta que asumió su papel de superenfadada maravillosamente. Y tan enfadada estaba que tanto el perro como los niños vecinos con los que jugaba normalmente tampoco se acercaron a ella.

La pobre creía que mostrando su enfado su mamá vendría pronto; cuando cayó en la cuenta de que no es así, empezó a disfrutar de la estancia en casa de la abuela como hacía siempre.

Ricardo Alcántara sabe expresar muy bien los sentimientos de los niños y niñas de forma sencilla y hacernos reflexionar, a grandes y pequeños, sobre las frustraciones a determinadas edades.

Con un lenguaje sencillo y con la ingenuidad de una niña de siete años nos lleva al mundo del desasosiego que provoca una frustración desmedida en una personita que le cuesta reflexionar sobre lo verdaderamente importante en la vida, pero es que a cierta edad hay prioridades y prioridades, y una madre es una madre por mucha abuela que sea la abuela.

Las palabras de Ricardo Alcántara se ayudan de las imágenes creativas de Mercè López que nos muestra una niña con cara de enfado, aunque la palma se la lleva la careta tan gris y malhumorada que la niña elige.

Todas son explícitas, pero para mí la mejor es la última, cuando la niña disfruta del mar, es tanta su felicidad que esos personajes con forma de patata que la acompañan con caras serias se bañan con ella y comparten su felicidad.

A mí me ha gustado la historia y la sencillez con la que se desarrolla, y, por supuesto, las ilustraciones.

Sin duda un buen libro que hará pasar un buen rato a grandes y pequeños, además de hacernos

Si quieres conocer otro libro escrito por Ricardo Alcántara pincha aquí.

Si quieres conocer otros tres libros ilustrados por Mercè López pincha aquí. 


domingo, 27 de mayo de 2018

"Breve reseña sobre Literatura Infantil y Juvenil española" de José R. Cortés Criado.

Breve reseña sobre Literatura Infantil y Juvenil española.



Por José R. Cortés Criado.



En la segunda mitad del siglo XX, los autores que escribían para los más jóvenes decidieron denostar el autoritarismo, las falsas convenciones sociales, los prejuicios absurdos, e impregnar sus libros de realismo e ideas renovadoras, así como de fantasía y ciencia-ficción o narraciones históricas, tratando los temas que fueron desaprobados para evitar alterar el desarrollo de la infancia  inocente: “Los autores se atrevieron a escribir sobre asuntos que nunca antes habían aparecido tan explícitamente, como la muerte, el sexo, la defensa de las minorías y la crisis de valores en la sociedad contemporánea” (Garralón, Ana, 2001, p. 131).

Con la llegada a España de la democracia, y la desaparición de la censura, los escritores se manifestaron con absoluta libertad; ya no debían escribir eludiendo las restrictivas normas de los censores ni habían de someterse a las estrictas normas de los educadores; se quebrantaban las reglas de urbanidad, se defendía la tolerancia, se buscaba una nueva identidad acorde a la manera de ser de cada uno y surgió “una literatura progresista y militante que, en algunos casos, se identificó como literatura antiautoritaria” (Colomer, Teresa, 1998, p, 111).

En la década de los setenta, lo milagroso desciende significativamente en las obras del período democrático, y asciende lo imaginario y se pasó a reivindicar la fantasía, los conflictos y relaciones personales,  además, se exigía una la literatura de calidad en el campo educativo; todo trajo consigo que los libros infantiles se llenaran de humor y de imaginación, de personajes disparatados, ociosos, tiernos, que se enfrentan  a la ambigüedad de los sentimientos, a la complejidad de los conflictos y a los cambios de perspectivas. 

Durante esos años la producción literaria para niños y jóvenes se nutría principalmente de autores extranjeros, y gracias a los niveles de libertad alcanzados en nuestra sociedad, se pudieron difundir obras cuyos personajes eran transgresores de las normas sociales establecidas y se mostraban rebeldes ante una sociedad autoritaria, como Pippi Calzaslargas, de Astrid Lindgren.

Una década después, a los grandes autores como Michael EndeLa historia interminable; Roald Dahl, Charlie y la fábrica de chocolate; María GripeLos escarabajos vuelan al atardecer; Christine Nöstlinger, Konrad o el niño que salió de una lata de conservas etc., se unieron autores españoles como Bernardo Atxaga, Shola y los leones; Joan Manuel Gisbert, El misterio de la isla de Tökland; Jordi Sierra i FabraEn un lugar llamado Tierra;  Fernando AlonsoEl árbol de los sueños; Concha López NarváezMemorias de una gallina; Alfredo Gómez CerdáPupila de águila; etc., que orientaron su producción literaria al segmento de población infantil y juvenil a los ya establecidos como Ana María MatuteEl polizón de Ulises; o Miguel DelibesEl príncipe destronado; que escribían mayoritariamente para el público adulto.

Posteriormente llegaron Fina CasalderreyEl misterio de los hijos de Lúa; Elvira LindoManolito gafotas; Juan José MillasPapel mojado; Xabier DocampoNube de nieve; Carlos Ruiz ZafónLa sombra del viento, etc. 

Debido a que en los años sesenta y setenta las sociedades occidentales experimentaron grandes cambios, se modificaron determinados valores ideológicos y el tipo de educación que se impartía a los menores, ya no se trataba de preservar la infancia en su cápsula de inocencia como se venía haciendo. Había que educar desde la libertad, la tolerancia y el respeto mutuo; en este contexto, a partir de los setenta empiezan a proliferar en la LIJ los relatos sobre chicos con dificultades.  

Llegando la década de los ochenta, cuando la Literatura Infantil y Juvenil parece la encargada de dejar testimonio de todo cuanto acontece en nuestra sociedad, se tratarán temas relacionados con el poder autoritario, la burocracia, la delincuencia, la vida en los arrabales, los problemas de drogadicción, el abandono social de determinados segmentos de población, el sexo, la muerte, etc., transgrediendo las normas y conductas sociales:

Y que en el campo literario el único indicador que se utiliza para establecer jerarquías en el aquí y ahora es el éxito, aunque sea efímero, por lo tanto se debe analizar la Literatura prestando atención a diversos aspectos, y especialmente al enfrentamiento del lector con el lenguaje literario, que debe ayudar a comprender nuevas situaciones comunicativas y a enriquecer la imaginación, ampliando las posibilidades de la lengua y sirviendo de detonante para la exteriorización de los recursos expresivos y creativos propios.

En la década de los noventa se añade a la LIJ la novela policiaca, de terror y ciencia ficción. Aparecen obras destinadas a los pequeños en los que un detective ha de desentrañar algún misterio, como en El crimen de la Hipotenusa de Emili Teixidor; sobreponerse a situaciones de terror, Cuando de noche llaman a tu puerta de Xavier Do Campo o viajar a otras galaxias con El enigma del país perdido de Manuel Alonso.

El siglo XXI se inicia con los mismos temas, a los que hay que añadir nuevas corrientes de novelas románticas donde se mezclan lo real con lo irreal; el caso de las sagas de amores entre humanos, vampiros, ángeles y amazonas de autores extranjeros junto a libros de autores españoles que reflejan amores adolescentes como  Canciones para Paula de Blue Jeans,  Solo tú de Jordi Sierra i FabraPulsaciones, de Frances Miralles y Javier Ruescas; o Cordeluna de Elia Barceló.

Proliferan libros de misterio con trama detectivesca, Andreu Martín y Jaume Ribera publican Los gemelos congelados, la décimo primera aventura de su personaje Flanagan; Beatriz OsésErik Vogler en muerte en el balneario; y Ronaldo MenéndezEl agujero de Walpurgis. Autoras como Maite CarranzaLa guerra de las brujas; o Laura Gallego, Crónicas de la Torre; introdujeron con anterioridad las sagas fantásticas en la producción autóctona.

También se editan volúmenes que reflejan el realismo crítico, abocados al tratamiento de la inmigración, La aventura de Said de Josep LormanEl chico de las manos azules  de Eliacer Cansino; a las guerras o conflictos sociales lejanos, Un balón por una bala de Rafael Salmerón; o a situaciones vinculadas a España como el conflicto del Sahara, Palabras de Caramelo de Gonzalo Moure; tienen su espacio también obras dedicada a la explotación infantil como Iqbal Masih, lágrimas, sorpresas y coraje... de Miguel Griot; las que hacen referencia a problemas sociales como el alcoholismo en La chica de la ginebra de Santiago García-Clairac; las dirigidas a los sentimientos de solidaridad con las personas diferentes, Dímelo con los ojos, de Alfredo Gómez Cerdá, las que hablan de amor y misterio como Las lágrimas de Shiva de César Mallorquí,  y las que inciden en la conservación medioambiental, La negrura del mar, de Ramón Caride
Además proliferaron libros con animales muy humanizados como protagonistas, donde realidad y fantasía se entrecruzan, así ocurre con distintas versiones del clásico cuento de Caperucita Roja: La ladrona de sellos de Txabi Arnal GilFeroz el lobo de Margarita del MazoLo que no vio Caperucita de Mar Ferrero; o en historias como El elefante que quería ser hormiga de Emilio Calderón y Mari Luz BravoCarnaval en el jardín de Gemma Armengol.
Además, para el público infantil y juvenil han proliferado los álbumes ilustrados, dotados de gran belleza y una enorme calidad dada la plasticidad de los trabajos publicados como: Ahab y la ballena blanca de Manuel Marsol; el clásico Hansel y Gretel con ilustraciones de Iratxe López de MunaínLas aventuras de la bruja Fritanga de Xan López DomínguezUn paseo con el señor Gaudi de Pau EstradaUn trocito de horizonte de Arturo Abad.

 En este nuevo siglo también se prodigaron las novelas gráficas, dirigidas especialmente al público juvenil y adulto, unas inspiradas en obras clásicas como la versión de ¿Cuánta tierra necesita un hombre? de Leon Tolstoi e ilustrada por Miguel Ángel DiezLos 12 trabajos de Hércules ilustrados por Miguel CalatayudEl parque de la luna, de Miguel NaviaEl arte de volar de Antonio AltarribaArrugas de Paco Roca.

Hoy algunos escritores de LIJ compaginan su labor docente con la producción literaria como es el caso de Ana Alcolea, La noche más oscura; Rosa HuertasTuerto, maldito y enamorado; o David LozanoDonde surgen las sombras; otros dejaron la enseñanza para vivir de la escritura, Ricardo Gómez, La isla de Nuncameolvides; hay quien compagina periodismo y LIJ, Blanca Álvarez, Hormigas en bota de fútbol; o Pablo ArandaFede quiere ser pirata; a estos autores se puede añadir una pléyade de nombres que disfrutan inventando historias para pequeños y jóvenes lectores: Laura GallegoMemorias de Idhún; María Menéndez PonteNunca seré tu héroe; Eliacer CansinoEl misterio Velázquez; Gonzalo Moure, El síndrome de Mozart; Antonio A; Gómez YebraUn gato verde más o menos; Care SantosSe vende mamá; David Fernández SifresUn intruso en mi cuaderno¸ Emilio CalderónJulieta sin Romeo; Francisco ValladaresAntares; Juan MadridEl hijo de Sandokán; Maite CarranzaPalabras envenenadas; Mónica RodríguezEl círculo de robles; Pep BrunoLa siesta de los Enormes; Roberto Santiago El sueño de Iván y un larguísimo etcétera.

Cuando hablamos de LIJ generalmente lo hacemos de la narrativa porque la poesía y el teatro son aún más minoritarios que en la Literatura dirigida al público adulto.
Existe un grupo de poetas que escribe para la infancia con bastante aceptación por parte de los lectores, que se detallan por orden alfabético: Mar Venegas Niña pluma, niña nadieMiquel Desclot, Música, maestro; Jaime FerránLa playa larga; Gloria FuertesLa poesía no es un cuento;  María García EsperónY mi bosque encantaba…; Antonio García TeijeiroVersos con alas; Carmen GilPapandujas y zarandajasAntonio Gómez YebraPoemas para niñosMaría Jesús Lobato A mares; Perdo Mañas Poemas para leer antes de leer; Carlos MurcianoUn ave azul que vino de las islas del sueño; Carlos ReviejoVersos de colores; Antonia RodenasEl corro de las palabras; Marina RomeroPoemas rompecabezas; Ana María Romero YebraEl pirata Pepe; Charo RuanoCatalina lina luna; Antonio RubioVersos vegetales; Gloria SánchezDiez piratas; Jaime Siles El giptodonte;  Olga XirinachsLa Casona en el parquey algunos más que se quedan en el tintero.
El teatro para pequeños y jóvenes lectores se alimenta de versiones adaptadas de autores clásicos y de una producción creada pensando en este segmento de población; entre los autores dramáticos hay que destacar a los escriben pensando siempre en los pequeños lectores como Fernando AlmenaLos pieles rojas no quieren hacer el indio;  José Luis Alonso de SantosTeatro breve; José M. Ballestero PastorÉrase una vez la revolución; Carles Cano¡Te pillé, Caperucita!; Carlos CasaresLas naranjas más naranjas de todas las naranjas; Juan CerveraEl alcaldillo y sus colegas; Pilar EncisoAsamblea general; José González ToricesProceso a un espantapájaros; Luis MatillaTeatro para amar y desarmar;  Alberto Miralles, Aventuras, misterios y maravillas del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa RedondaPaco GámezNana en el tejado; o bien lo hacen esporádicamente, como Josep AlbanellEl gallifoscam; Alfredo Gómez CerdáLa guerra de nunca acabar; Fernando LalanaSegismundo y compañía; Antonio Rodríguez Almodóvar, La niña que riega las albahacas; Alfonso ZurroFarsas maravillosas
Hay que resaltar que la Literatura Infantil y Juvenil y la Literatura Universal, constituyen una forma artística de expresar la vida a través de la palabra; y es además una parcela propia y específica de la Cultura y el Arte, que ha procurado crear historias que los adultos puedan aceptar como convenientes y que a los niños supongan un diálogo entre la sociedad y las nuevas generaciones,  ya que un libro que no ayude en algún sentido es un libro muerto.
Por ende, toda obra narrativa debe reflejar aspectos vivenciales que ayuden a formar la personalidad de los pequeños lectores, teniendo en cuenta que los textos literarios infantiles son la llave que abre las puertas a la cultura literaria y, por tanto, componen la base sobre la que el niño construye su competencia lecto-literaria. 

Una labor primordial de los adultos, como educadores, ha de ser conseguir que niños, adolescentes y jóvenes sean buenos lectores, capaces de escoger libros que les interesen y que les parezcan atractivos, para que este interés les lleve a continuar leyendo.  Hay que inducirlos a descubrir el gusto de la lectura en libertad, porque aquella es el agua de la vida que los conducirá a descubrir sus propias lecturas autónomas e independientes del mediador adulto y se haga realidad que el hecho de leer debe ser un fin en sí mismo, y que los libros no muestran el camino de la felicidad. Los libros son la felicidad, aunque sigamos planteándonos eternamente la siguiente pregunta: ¿En qué momento se convierte uno en lector? 

Nos convertimos en lectores desde el instante en que escuchamos el primer relato en nuestra infancia. Ese momento en el que optamos por leer los sonidos que llegan a nuestros oídos es el que nos introduce en el mundo de la lectura, lo que ocurre es que es otra forma de leer, más cómoda y placentera, que no conduce irremisiblemente al mundo de la letra impresa a todos los seres humanos, pero muchos se pierden en el tránsito de un tipo de lectura a otra.

Del esfuerzo que realice la sociedad para fomentar la lectura placentera entre las personas van a depender los resultados que se obtengan en este campo.

Llevar a cabo animaciones a la lectura esporádicamente entre la población, ya sea en los centros educativos o en las bibliotecas públicas puede influir en determinadas personas a la hora de elegir ser lectores o no, pero difícilmente se observarán cambios de conducta entre los asistentes a tales actividades si no son sistemáticas, perfectamente regladas y tendentes a conseguir los objetivos propuestos.

Conseguir que los alumnos de un centro se interesen por la lectura literaria es una tarea titánica plagada de obstáculos y cortapisas pero muy grata de experimentar. Al final de un largo período de actividades alrededor de los libros seleccionados se puede conseguir un amplio grupo de lectores activos que disfruten con los libros, pero no todos los nuevos lectores mantienen ese hábito si el ambiente escolar no lo propicia continuamente.

Formar lectores es una meta muy ambiciosa que debería constituirse en uno de los lemas de toda institución escolar, sobrepasando los tópicos típicos que a modo de mensaje repetitivo quieren inculcar en los alumnos frases como: “la lectura nos hace libres”, “el buen lector aprueba siempre” o “lee que eso es bueno para ti”, todo ello, sin olvidar las afirmaciones de los liberales del siglo XIX, los cuales pensaban que no debía construirse un estado moderno en torno a una juventud y un pueblo ignorantes y analfabetos.

Por último, insistir que no surgirán lectores si nos limitamos a dar teorías brillantes y consejos a unos niños o jóvenes que desean conocer los porqués de la vida y disfrutar de ella activamente. Habría que implicarlos en la compresión y análisis de textos de forma placentera y guiarlos en la selección de libros adecuados a sus intereses y gustos en ese dédalo al que llega a convertirse la biblioteca, considerando “la emoción como el epicentro de toda enseñanza. La emoción es el vehículo que transporta las palabras y su significado. Sin emoción no hay significado, y sin significado no se puede aprender anda.” (Moral Teruel, Francisco, 2015).

No olvidemos que con la lectura aprenderemos a conocernos mejor y a construir nuestro futuro sin olvidarnos de la existencia de los otros, aunque “no necesariamente nos hará más felices pero nos puede proporcionar experiencias que merecen la pena por intensas, por sorprendentes, por increíbles.”(Borda Crespo, Isabel, 2006, p. 182).

Y por último, recordar que nuestra vida no está en los libros, pero en los libros hay muchas vidas que nos ayudarán a conocer la nuestra.

Formar un lector literario en nuestras aulas debe tener como premisa partir de la alegría de aprender, porque este es un sentimiento de ánimo que te despierta la curiosidad, te centra la atención y te anima a llevar a cabo acciones y, además, el ser humano aprende de formas más fácil y placentera.


BIBLIOGRAFÍA
Bettelheim, Bruno: Psicoanálisis de los cuentos de hadas, B., Crítica/Grijalbo, 19868.

Borda Crespo, Isabel: Literatura Infantil y Juvenil. Teoría y Didáctica, Granada, Grupo Editorial Universitario, 2002.

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Bryant, Sara C.: El arte de contar cuentos, B., Biblària, 199513.

Cashdan, Sheldon: La bruja debe morir, M., Debate, 2000.

Colomer, Teresa: La formación del lector literario, M., Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1998.

-----,: Introducción a la literatura infantil y juvenil, M., Síntesis, 1999.

Cortes Criado, José R.: “La imagen y el cuento. Estrategias para crear cuentos a partir de imágenes”, en Escaño Quero, Mª Dolores (Coord.): VI Encuentro Comarcal de Educación Infantil. Comunicaciones, Málaga, CEP de la Axarquía, 1997.

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