martes, 31 de mayo de 2022

"Superratón y la amenaza del volcán" de M. N. Tahl

Superratón y la amenaza del volcán

Texto: M. N. Tahl

Ilustración: Mark Chambers

Editorial Edelvives

ISBN: 9788414036822

243 x 280 mm, 28 páginas

16,06 €, Tapa dura

(+ 5 años) 2022.


Por José R. Cortés Criado.

“Todos los ratones seguían con su vida habitual., Salvo uno. Su nombre es Pedro Parmesano, y al ver que se iba a cometer un robo…” M. N. Tahl: Superratón y la amenaza del volcán


Estupendo álbum ilustrado que nos muestra un superratón, que tan pronto ayuda a recuperar un bolso robado, a desenganchar una cometa infantil de un árbol como a evitar el descarrilamiento de un tren o cosas mayores, como la feliz idea que tuvo cuando entró en erupción ese volcán que en vez de expulsar lava lanzaba queso fundido.

Además tiene tres compañeros con los que forma la Liga de los Roedores Extraordinarios. Cada uno con una peculiar forma de actuar: la chica hinchable, que era capaz de aumentar mucho su volumen; la liebre zampona, que comía todo lo que quería; y el castor excavador, que excavaba una zanja en un santiamén.

Entre los tres salvan a Ratonópolis del desastre y hasta crearon un fantástico Lago de Queso Fundido y eso que sus habitantes pensaron que estaban “finiquisados” y se habían encomendado a Los Santos Canelones.

La historia es muy simpática y entretenida. Los dibujos espectaculares por la cantidad de pequeños detalles que configuran el escenario donde se desarrolla la trama y, lo mejor, la gran cantidad de desplegables que amplían la historia y los numerosos troquelados que nos hacen ver a través de ellos nuevas escenas.

Es un placer leer el cuento. Se disfruta mucho levantado esas solapas de diferentes formas para continuar la historia. Cada página guarda varias sorpresas a los pequeños lectores.

Libros como este entretienen a grandes y pequeños, ya que las obras de calidad no distinguen a los lectores por la edad.

domingo, 29 de mayo de 2022

"Jeans" de Mónica Rodríguez

Jeans

Texto: Mónica Rodríguez

Editorial Oxford

ISBN: 9780190545536

216 páginas, (+ 12 años)

8.70 E, 2022.



Por José R. Cortés Criado.

“Situaciones de explotación laboral como estas están sucediendo ahora mismo, y tú puedes ayudar a cambiarlas.” Mònica Rodríguez: Jeans


Interesante novela que te hace reflexionar sobre las relaciones humanas y los importante que es para una persona nacer en un sitio determinado, de ello dependerá su vida futura.

Aquí se mezclan diferentes historias con un elemento común: unos jeans, unos pantalones vaqueros. Cada protagonista muestra una parte del proceso de elaboración del pantalón, ya sea recolectando algodón, hilándolo, tintándolo, cosiéndolo o vistiéndolo.

El primer personaje en aparecer es Kerim, un niño turco que recoge algodón en un pueblo de Turquía. Sorprende del trabajo tan agotador para toda la familia, en especial para los pequeños que debería estar jugando o en la escuela. Este echa de menos a Alí, otro niño recolector de origen sirio. Su familia es una de tantas huidas de su país por la guerra.

La segunda es escena es Daniela. Chica de Madrid, vive en una zona de confort, estudia, acude a actividades extraescolares, pasea con sus amigas y va de compras. No tiene la angustia por sobrevivir en un país pobre, en guerra ni ha de trabajar de sol a sol para subsistir.

Daniela reflexiona constantemente sobre los problemas que acechan a nuestro planeta y, como a ella le parece que sus amigas tienen otras preocupaciones, le escribe a otras niñas que han contribuido de alguna magreara a cambiar el mundo, contándoles sus dudas y análisis de la sociedad en la que vivimos.

Así le escribe a Greta Thunberg, activista medioambiental sueca; a Alma Deutscher, compositora, pianista, violinista y niña prodigio británica; a Jazz Jennings, mujer trans activista de los Derechos LGTBI estadounidense; a EstherOkade, inglesa-nigeriana, genio de las matemáticas que con diez años accedió a la universidad; y a Autumnal Peltier, conocida como la guerrera del agua, una activista anishinaabe, tribu norteamericana que lucha por los derechos del agua.

Uma, la siguiente protagonista es una niña india que atraviesa en un tren medio país para llegar a una fábrica de tejidos acompañada por otras niñas y adolescentes que pasarán años lejos de su familia cobrando un salario de miseria por coser jeans.

El siguiente es Shuaib, un adolescente que también viaja a otro confín de la India para trabajar en una fábrica de tintes donde no se respeta ninguna norma de seguridad laboral y se contamina de azul todos los ríos próximos. Debe trabajar, como Uma, para mantener a su familia.

Las historias de cada uno nos muestran aspectos de sus diferentes trabajos y sus problemas socios familiares. Mónica Rodríguez nos narra los acontecimientos y nos deja una serie de mensajes que nos hacen pensar en la falta de respeto hacia las personas, las condiciones insalubres en la que trabajan, el poco interés en conservar la naturaleza, la necesidad de cambiar algunas normas de conducta y la posibilidad de mejorar nuestro mundo.

Libros como este ayudan a la formación moral de los jóvenes mientras leen. La colección Lidera, de la que forma parte, intenta llamar a los jóvenes para liderar el cambio en el presente e impactar en los demás para que se sumen positivamente a la mejora de la sociedad.

Esta edición procura ser lo menos contaminante posible, procurando no usar tinta innecesaria, para ello aplica tipografía fina, usa tintas vegetales de un solo color, negro y, además, está editado en papel reciclado.

Lidera aglutina títulos con temáticas diversas, alineadas con los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsado por la ONU para mejorar la Salud de la gente y la Salud del planeta.

viernes, 27 de mayo de 2022

"¿Cómo como?" de Patricia Geis


¿Cómo como?

Texto e ilustración:

Patricia Geis

Editorial Combel

ISBN: 978-84-9101-846-9

286 x 190 mm, Tapa dura,

48 páginas, 14,90 €

(+ 6 años) 2022.

 

Por José R. Cortés Criado.


“Todos los seres vivos necesitamos alimentarnos para vivir. ¡Descubre cómo afecta lo que comemos a nuestra salud y al planeta!” Patricia Geis: ¿Cómo como?

 

Simpático libro que, mediante pequeños textos, alegres dibujos, algún que otro troquelado en sus páginas y numerosos desplegables, hace que los pequeños lectores se diviertan mientras van aprendiendo cosas elementales sobre nuestra alimentación y conservación del entorno.

El primer capítulo lleva por título: ¿Por qué comemos? A partir de aquí vamos a saber de nutrientes, tanto del suelo como del mar, ya sean carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales, fibra, agua o grasas.

Nos mostrará con dibujos el viaje que hace la comida por nuestro cuerpo, las calorías de lo que ingerimos, cómo es un plato saludable, las horas de las comidas, los sabores y la diversidad de alimentos, haciendo un repaso por lugares del planeta y algunos de sus platos preferidos.

Después se comenta qué es un sistema en equilibrio en nuestro planeta y qué es un sistema insostenible. Analizado cómo está nuestro planeta nos plantea qué puede hacer un niño para mejorarlo. Nos avisa de que en el mundo hay ocho mil millones de personas y que, si cada uno hace algo, seguro que el cambio se nota.

Por último, propone doce misiones para comer cuidando nuestra salud y nuestro planeta, desde comer comida real, es decir, tomar alimentos frescos que nos ofrece la naturaleza sin ingredientes añadidos, moderar el consumo de carne, tomar productos de temporada producidos cerca de nuestras casas, hasta reciclar y plantar un árbol.

Y para que cada lector compruebe qué misiones cumple, es invitado a colocar en su nevera una hoja con ellas y marcar cada vez que cumpla una durante una semana.

Libros como este, de la colección Ecosfera, forman a los lectores en hábitos saludables de forma placentera.

 

 

 

 

 

miércoles, 25 de mayo de 2022

"Tut and Carter" de Miguel Arguimbau

Tut and Carter

Texto: Miguel Arguimbau

Editorial Santillana. Loqueleo

ISBN: 9788491224020

135 x 200 mm, 232 páginas

10,45 €, (+ 12 años)

2022.


Por José R. Cortés Criado.


“El egiptólogo encontró la recompensa a su tenacidad y con ello puso en la historia remota de Egipto al faraón Tutankamón y al mismo tiempo se ganó el derecho a inmortalizar su nombre, Howard Carter.” Miguel Arguimbau: Tut and Carter.


Muy buena novela juvenil que te atrapa desde su inicio y no quieres dejar de leer. Está estructurada en dos tiempos. Unos capítulos nos narran la vida de Tutankamón y otros la de Howard Cárter. Ambas historias se alternan en el papel.

Conocemos al faraón niño cuando disfrutaba de su infancia junto a su padre, anterior faraón, Akenatón, y la bella Nefertiti, en la nueva ciudad que este mandó construir bajo su mandato, centrado en el amor, en medio del desierto. Además, seremos testigos de las intrigas por el poder, la rebelión de los sacerdotes y nobles ante un faraón que los despojó de sus poderes.

Paralelamente conocemos la vida de un inglés muy perseverante. Un arqueólogo que tiene fama de arruinar a su mecenas porque no consigue encontrar un hallazgo importante en las arenas del desierto egipcio.

La agilidad del relato, la facilidad de su lectura, la habilidad para contar sencillamente la vida de hace tres mil años, los entresijos del poder, la persistencia en unos ideales a sabiendas de que van a abocar a la desaparición de su poder como faraón, las relaciones humanas... de todo esto nos tiene ocupados una parte del libro.

La otra parte, nos muestra la vida de un señor más cercano, de hace cien años, que al no poseer riquezas ni títulos de nobleza, buscó la fama, desde muy joven, a través de la arqueología. Lo que no sospechaba fue que su vida pasaría a la historia junto a la de un faraón que falleció muy joven.

Conforme avanza el relato, la trama toma más interés; por un lado, queremos saber cómo acaba la vida de ese jovencito destinado a dirigir el gobierno más importante de su época; por otra, cómo acabará esa excavación que, inesperadamente, descubre un escalón descendente.

Al final, el 4 de noviembre de 1922, ambas personas se unirán para pasar a la historia. Uno por ser un faraón casi desconocido y enterrado en un espacio poco grandilocuente; el otro, por ser el descubridor de una tumba excepcional en El Valle de los Reyes.

Libros como este hacen buenos lectores. Cualquiera se deja atrapar por la trama que no te da respiro y deseas llegar al final cuanto antes, aunque luego eches de menos no seguir leyendo.

Un acierto narrativo para conmemorar la vida de dos hombres que forman parte muy importante de la historia del Egipto antiguo.

lunes, 23 de mayo de 2022

"Las mejores adivinanzas de animales. Busca y encuentra" de Antonio A. Gómez Yebra

Las mejores adivinanzas de animales. Busca y encuentra

Texto: Antonio A. Gómez Yebra

Ilustración: Violeta Monreal

Editorial Bruño

ISBN: 978-84-696-6467-4

235 x 305 mm, 48 páginas

15 €, Pasta dura

(+ 6 años) 2022.

 

Por José R. Cortés Criado.

“La del pico más largo / del campanario / va contando los meses / del calendario.” Antonio A. Gómez Yebra: Las mejores adivinanzas de animales. Busca y encuentra.

Muy curioso volumen con 75 adivinanzas a cuál más divertida. Su autor, Antonio A: Gómez Yebra es un experto en adivinanzas ya que tiene varios volúmenes publicados con acertijos para los pequeños lectores.

En esta ocasión las ha agrupado en lotes de cinco, en quince categorías: adivinanzas de animales del pasado, amigables, del bosque, que vuelan, venenosos, imaginarios, en peligro, peligrosos, que se camuflan, cuellilargos, con mala fama, grandotes, adorables, en blanco y negro y de cuento.

El autor juega con las palabras rimadas elaborando sencillos enigmas para que los pequeños lectores fuercen sus dotes adivinatorias y sepan conocer de qué animal se habla en cada caso; como ayuda a su tarea, puede buscarlo en cada una de las láminas ilustrativas de los grupos, que ocupan casi una doble página del libro.

Las ilustraciones son de gran colorido, magistralmente creadas por Violeta Monreal. En todas ellas encontraremos a los animales en cuestión en su medio ambiente. Además, entre los protagonistas de cada adivinanza se mezclan catorce animales que aparecen dibujados y con su nombre a pie de página y que, también, hay que localizar.

Una vez que se hayan acertado las adivinanzas, los pequeños tienen otras tareas que realizar: Primero, localizar un animal que aparece en el dibujo y no corresponde a ese grupo; segundo: localizar a una exploradora marciana que ha venido a conocer el mundo animal y se cuela en todas las láminas; tercero, debe localizar catorce animales diferentes en cada grupo que están camuflados en los dibujos.

Las páginas finales nos muestran la respuesta a cada adivinanza y el animal que no pertenece a ese grupo; y nos ayuda a localizar dónde se esconde Ana, la marciana.

Libros como este harán pasar un buen rato a los pequeños lectores.

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viernes, 20 de mayo de 2022

"Historias de miedo en el faro" de Daniel Hernández Chambers

Historias de miedo en el faro

Texto: Daniel Hernández Chambers

Ilustración: Jorge del Corral

Editorial Edebé

ISBN: 978-84-683-5607-5

180 páginas, (+ 12 años)

10,35 €, 2022.



Por José R. Cortés Criado.

“La Chapelle pensó en hacer una demostración más de su crueldad. Sabía que no había cadenas más fuertes que las del miedo.” Daniel Hernández Chambers: Historia de miedo en el faro.


En esta novelita se cuentan historias de miedo, algunas dan más repelús que otras, pero la que estremece de verdad es el final; en el último párrafo, el que pone de manifiesto el verdadero pavor y sobresalta al lector.

La trama es bien sencilla y se ha utilizado en otras obras. Hernández Chambers la hace suya y nos atrapa a los lectores con su buen hacer; así que seguimos a estos cuatro jovencitos la noche que deciden pasarla en el faro del pueblo contándose historias horripilantes.

Llegan a él en un bote, se instalan y comienzan a contar relatos de miedo, pues ese es el motivo del viaje. Dos chicos y dos chicas que desean pasar una noche excepcional antes del fin del verano y la vuelta de tres de ellos a sus lugares de origen.

Las historias inventadas son únicas e intrigantes. La tipografía cambia para destacar los textos creados por los protagonistas y el lector se adentra en ellos y las vive como propias, porque tienen el poder de embaucarnos.

Entre relato y relato el narrador nos pone al corriente de la tormenta que se desata, conocemos lo que piensan los personajes y notamos que estamos ante unos buenos narradores capaces de hacernos sentir temor y recelo conforme avanzamos en su lectura.

Lo que no sospechamos, en ningún momento, es que el verdadero final forma parte de otra historia y no está contada por los jóvenes. Entonces nos sobresaltamos y terminamos de encajar la última pieza de este libro.

El autor termina por sorprendernos con su agilidad narrativa, la facilidad con que nos lleva a su mundo de papel y un final que nos coge desprevenidos. Libros como este hacen buenos lectores a pesar del miedo que contienen.

La trama se ve acompañada de unas buenas ilustraciones en blanco y negro de Jorge del Corral que nos muestran a los protagonistas del relato en determinadas escenas contadas.

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miércoles, 18 de mayo de 2022

"Otro paseo de María Zambrano y Joaquín Lobato por la IV Bienal de Arte y Escuela de Torre del Mar" de José R. Cortés Criado



Por José R. Cortés Criado.






María se desperezó como si acabara de despertarse. Lleva todo el día quieta en su cartel observando el ir y venir del alumnado que no cesa de entrar y salir a este salón lleno de arte y solidaridad.

—Joaquín, ¡Joaquín! Haz el favor, Joaquín, baja, que ya se han ido todos y tengo ganas de estirar las piernas.

Joaquín seguía sin bajar, estaba absorto observando lo que hacía el maestro Pablo Picasso en su espacio.

—Joaquín, no te hagas de rogar y acompáñame en mi paseo vespertino.

—Ya voy, María. ¡Qué prisas te han entrado esta tarde!

—Prisas ninguna, es que estoy entumecida de tanto aguantar el tipo delante de maestros y alumnos. Y mira que me dieron ganas de cantar y plantar patatas con la Orquestilla del Vicente Aleixandre. ¡Qué bueno es ser maestro!

—Sobre todo si consigues que tantas voces infantiles sigan el compás.

—E iluminar las mentes infantiles. Tengo muy gratos recuerdos de mi colaboración con las Misiones Pedagógicas.

—¡Vamos, amiga! ¡Baja que nos vamos a da una vuelta por este espacio de arte y vida!

—Llevo todo el día observando este magnífico saurio y me tiene fascinada. Y más, si cabe, la atención y las caras de asombro de los pequeñuelos que lo rodean con la boca abierta.

—Normal, ellos conocen los camaleones, aunque cada vez hay menos. En esta zona de la Axarquía abundan, pero este, por su envergadura y colorido, es único.

—Además, Joaquín, sus cambios de color me hacen pensar en las veleidades de algunas personas que cambian de opinión cual veletas.

—¡De esos, no somos nosotros! Nosotros somos fieles a nuestras ideas y las mantenemos, aunque haya personas que nos señalen con el dedo.

—Como debe ser, amigo. En la vida es muy importante ser coherente con nuestra forma de pensar y actuar. ¡Bueno, dejemos de reflexionar y cuéntame por qué no bajabas!

—Es que… estaba observando al maestro Picasso cómo pintaba requetebién una cara de mujer y, después, cogía su pincel grueso y pintarrajeaba encima de negro.

—¿No me digas?

—Y, también, dibujaba de frente y de perfil el mismo rostro y le ponía la nariz en la frente o un ojo en el pelo. ¡Hacía cada cosa!

—Joaquín, hazle caso al maestro, no olvides que es un genio y que ha abierto las puertas a la modernidad en el arte.

—Si le hago. Desde que estamos aquí he llenado muchas hojas con anotaciones de su trabajo, me está haciendo ver el dibujo desde otra perspectiva.

—Subamos a verlo y charlemos un poco con él. 

María y Joaquín suben despacio las escaleras. De vez en cuando se detienen a observar el rosetón de manos infantiles que corona la entrada a la Azucarera y el pulpo rojizo que parece vigilar los globos-libros que cubren la nave. Por fin llegan a la primera planta y se paran a saludar a Jorge Guillén.

—¡Hola, amigo poeta!

—¡Hola, María! Aquí estoy dándole vueltas a unos versos que se vinieron a la mente escuchando al público juvenil hablar de mí, del mar y de mi maestro Juan Ramón.

—¡Ah! Juan Ramón Jiménez Mantecón. ¡Qué buenos ratos de charla con él y Zenobia tanto en Madrid como en Puerto Rico!

—Maestro, yo soy aprendiz de pintor y de poeta. Me encantan sus versos cortos, esas frases nominales. ¡Qué fuerza tiene sus poemas tan desnudos de adornos!

—Joven poeta, me gustan las oraciones nominales porque muestran la esencia de las cosas; los verbos hablan solo de su existencia.

—Ven con nosotros a visitar a Pablo —le propuso la filósofa.

—Prefiero seguir buscando el sustantivo exacto para estos versos que revolotean en mi mente.

—Como quieras. ¡Hasta luego!

Caminan hasta el lugar donde se encuentra Picasso con sus pinceles en la mano.

—¡Hola, maestro! Soy Joaquín, un aprendiz de pintor que se maravilla de su buen hacer. Llevo varios días observando su trabajo y, hoy, lo veo muy pensativo.

—¡Hola, Pablo! ¿Qué te ronda la sesera hoy?

—¡María, ¡qué bien me vienes! Llevo todo el día dándole vueltas a un tema y seguro que tú, que eres más reflexiva que yo, me das la solución.

—Dime, ¿en qué te puedo ayudar?

—María, ¿crees que hice bien el pintar el Guernica?

—Sí, sin duda alguna que fue un acierto ese mural. Así queda constancia de la barbarie y la destrucción de esta guerra que ha roto nuestro país.

—¿No crees que debería haber dibujado otro de la Desbandá?

—Pues sí, tu tierra también se merece un mural épico que recuerde el dolor y el sufrimiento de esas familias que pasaron por aquí, por esta playa de Torre del Mar, camino de Almería. 

-¡Qué dolor la desbandá o juía como se le dice por aquí! -añadió Joaquín.

—Ese pensamiento es el que me ronda estos días, amiga filosofa.

—Madura tus ideas y, si lo ves necesario, ponte a la tarea.  Nosotros seguimos nuestro camino y nos pararemos ante los fractales a pensar en lo que hemos hablado. ¡Vamos, Joaquín!

—Mira María, este móvil que parece inacabado. Me recuerda las naves espaciales del cine.

—Sí, Joaquín, podría ser una ciudad del futuro en cualquier punto del espacio. Es verdad, está inacabado. Parece una invitación a los visitantes para que continuemos la extensión de esta ciudad única.

—¡Qué imaginación y qué calidad hay en esta exposición! Me llama la atención cómo con piedrecitas, material de desecho, cascarones de huevo, recortes, libros viejos, goma eva, cartulinas, retales de tela y demás materiales sencillos se puede hacer arte.

—Sí, Joaquín, el arte está en nosotros, el ser humano, solo debemos saber sacarlo de nuestro interior y mostrárselo a los demás, y de eso, tú eres capaz; yo, lo puedo hacer con la palabra, no con el pincel. Todos tenemos un arte, solo debemos encontrárnoslo y trabajarlo.

—María, siempre aprendo de tus palabras. ¡Qué sabia eres!

—¡Anda, zalamero, déjate de alabanzas y sigamos el paseo! —María siguió hablando— Pobre Frida Kahlo, ¡qué dolores tuvo que padecer durante su vida tras aquel fatal accidente! Fue una gran persona de ideas muy avanzadas. Rompió con la imagen de la mujer sumisa y más de un tabú de su época. En sus cuadros reflejó sus dificultades para vivir.

—Sí. Tuvo que ser dura su existencia, una mujer con tanta fuerza y con tan poca movilidad...

—Sigamos, amigo. ¡Vamos a ver si queda algo de la cena tan espectacular que han montado con tan singulares personajes!

—¡Yo me tomaría una copita de Anís del Mono si es que no lo han terminado ya!

—Yo prefiero un cafelito junto al alemán de la cerveza, la menina, Marilyn, y Charlot. Sin duda, mantendríamos una conversación muy interesante.

—Para eso, María, deberías invitar también a Robert Harvey, para que traduzca lo que diga la Monroe.

—Vamos a bajar y charlamos un rato con él, que lo veo muy feliz contemplando las recreaciones de sus obras.

—Un momento, antes entremos a visitar estas señas de identidad tan interesantes.

—¡Ay, Joaquín! Ayer me pasé la noche recordando lo que ahí vimos, esas manifestaciones de la diferencia que tan magistralmente han traído estos profes y alumnos. Dan para escribir un tratado sobre la autoestima, las relaciones humanas, la fuerza de la unión de todos, las caretas que usamos para salir al mundo y lo mejor, que asumamos que todos somos diferentes y todos somos necesarios e importantes.

—Continuemos. Que me entristece ver ese mendigo en el suelo. ¡Parece mentira que hallamos evolucionado tanto y que sigan viviendo personas en la calle!


—Ha sido un acierto esta obra. Es un aldabonazo en las mentes de los que vivimos con las necesidades básicas cubiertas. ¡Hay que mirar a nuestro vecino y arrimar el hombro para que esto no siga existiendo!

—Sí, María y podemos crear nuestra bandera para ese movimiento que acabe con la pobreza.

—Yo le pondría un limón y un gato.

—Y yo, un trocito de mar y de sol.

—No nos quedará mal. Vamos a preguntarle a Robert antes de retirarnos.

—Yo le pondría un ángel —propuso el americano.

—No me extraña, así todos sabrán que vives en La huerta del ángel. Amigo Harvey, quién te iba a decir que un hippie norteamericano como tú iba a acabar viviendo en la Axarquía.

—María, si alguien me lo hubiese dicho cuando nos oponíamos a la guerra de Vietnam, lo hubiese tomado por loco, pero cuando llegué aquí y vi esta luz y esta gente, lo tuve claro. Mi sitio estaba en Macharaviaya.

—¡Hola, soy Joaquín!

—Sí, ya te conozco y conozco tus dibujos y tus versos. Vivo en el campo, pero no desconectado del mundo. Me gusta tu forma de ser y expresarte.

—Desde pequeño me gustaba pintar y montar teatrillos en mi casa.

—¡Ah! ¿Vosotros sabéis que con siete años yo ya dije que era pintor?

—¡Con siete años! Ya me hubiese gustado a mí haber dicho que era filósofa a esa edad.

—Yo tampoco fui tan precoz, aunque seguro que los tres ya apuntábamos maneras desde muy pequeños.

—Cuando lo dije, los mayores se rieron. A mí no me hizo gracia, pero aquí estoy, siendo uno de los pintores de Pop Art reconocidos.


—¿Qué le pasa a Salvador Rueda que esta tarde está tan pensativo? —quiso saber Joaquín.

—No lo sé. Suele ser un buen compañero de tertulia —aclaró Robert— Charlamos mucho, sobre todo él y Lobillo. Tienen muchas cosas en común.

—Con Antonio Segovia Lobillo yo he pasado muy buenos ratos hablando de versos y pintura. Sabe mucho de ambas cosas —aclaró Joaquín.

—¡Hola, Salvador! Todavía resuena el eco de tus palabras en media América. Nadie olvida a este precursor español de Modernismo —expuso María.

—Gracias, amiga. Ahora estoy intentado componer un poema, tengo ya los dos primeros versos: “Torre del Mar, alegre y peregrino / pueblo a la orilla de la mar riente”. Ya me falta menos para acabarlo —dijo con humor.

—Os escuché hablar de la creación de una bandera nuestra, quiero unirme —apuntó Antonio Segovia Lobillo—. Yo le añadiría una pluma y un pincel. No creo que haga falta aclarar el porqué. Si alguien lo duda que se pase por Moclinejo, por el Museo de Arte Contemporáneo que lleva mi nombre.

—Yo no voy a ser menos —habló Salvador—. Propongo que tenga un manojito de boquerones y, si me apuras, una tajada de sandía.

—¿Os parece que lleve como lema “La paz es un modo de ser persona”? —Propuso María.

Todos alabaron la idea y después de platicar un buen rato, Joaquín y María siguieron su vuelta. Revisaron qué nuevos deseos se habían cumplido de la Fuente de la Gloria, saludaron a los atrapados en la pantalla, al pulpo gigante y se detuvieron a conocer el secreto de tantas miradas atrapadas tras las ventanas.


—¡Qué tiempo más duro el del confinamiento por la pandemia! Esperemos que no vuelva.

—Sí, Joaquín, será mejor.

—Veo que los frutos axárquicos están en sazón, siempre hemos sido tierra de agricultores.

—Ahora te propongo callarnos para sentir los latidos de nuestro planeta y, después, sentarnos un rato a contemplar este móvil mágico que ha hecho el alumnado con la ayuda de Antonio Hidalgo.

—Mi amigo Antonio es un genio, su pintura es inconfundible, domina los recursos técnicos como pocos, el color es un factor imprescindible junto a esos otros elementos que le dan un toque mágico a su obra.

—Sin duda, Joaquín, estamos ante un artista que sabe reflejar perfectamente aquello que lleva en su imaginación.

—¡Hola, paisanos! Me alegra saber que os gusta lo que creo. Yo lo paso en grande en la soledad de mi estudio delante de un lienzo, pero he de confesaros que me lo pasé genial con los niños haciendo esta muestra para la bienal.

—Es para sentirte orgulloso. Esa cantidad de pequeños detalles, esa mezcla de tonalidades y esas formas hacen de El carro de la ilusión una pieza digna de cualquier museo de arte moderno—afirmó María.

—¡Ah! A propósito de la bandera, le añadiría una gaviota y un pulpo multicolor y me presto a pintarlo para la V Bienal Internacional de Arte y Escuela de la Axarquía.

—Con una condición —dijo Joaquín—. Que no lo recargues de adornos, porque, entonces, parecerá el carrito de las chucherías.

Los tres amigos, entre risas, se despidieron.

María, antes de volver a su mural, se acercó a la emisora de radio escolar. Tocó los auriculares y los micrófonos, se sentó frente a uno. Su mente voló muy lejos y, con voz suave, recitó:


—Bajo la flor, la rama; / sobre la flor, la estrella; / bajo la estrella, el viento. / ¿Y qué más?

Después, en el silencio de la tarde, recordó la letra de Verde, blanca y verde de Carlos Cano, tan bien cantada por la Orquestilla del Vicente Aleixandre y el Coro Joven Stella Maris.

Al cabo de un rato se levantó y susurró:

—Todo arte es poesía o… no es.