lunes, 13 de agosto de 2018

Una ciudad de novela de Javier de Pro


Una ciudad de novela

Texto: Javier de Pro

Editorial: Ciudad Autónoma de Melilla

Colección Textos Mediterráneos

ISBN 978-84-15891-44-4

132 páginas, 2018.


Por José R. Cortés Criado

El melillense Javier de Pro debuta en el mundo literario con esta primera novela y lo hace con bastante acierto, recreando una historia en su ciudad natal en un momento de su pasado reciente que conoce bastante bien.

Contada in media res, aunque casi in extremis; el lector asiste en los primeros párrafos a un tiroteo en el centro de la ciudad, un caluroso mediodía de agosto y de lo acaecido es testigo el protagonista, que resultó herido en una pierna, y un cartero que con su saca a cuesta se dirigía a las oficinas de Correos. Acto seguido el herido nos cuenta cómo llegó a esa situación.

El protagonista y narrador de la novela es un periodista, oriundo de Melilla, que vive en Madrid y por motivos laborales se desplaza a la cuidad de Granada; aquí reconoce a un antiguo compañero de armas de su padre y vecino del bloque de viviendas militares donde vivía en Melilla. Este Señor, viudo y bastante enfermo, desea localizar a su hijo, amigo de la infancia del periodista, porque hacía más de media vida que no sabía nada de su vástago.

Jorge accedió a localizar a su amigo Eusebio, del que no sabía nada desde que salió de la ciudad norteafricana. Comenzó la investigación en Melilla. Nada más llegar se instaló en el Parador de Turismo, súbitamente rememoró su infancia, vislumbró los lugares donde transcurría su vida diaria y comenzó a visitar antiguos amigos para recabar información.

Su búsqueda comienza como todas, con pocas posibilidades, pero poco a poco se empieza a vislumbrar su posible éxito a la par que se entrecruzan entre él y su amigo el submundo del hampa: traficantes de poca monta, traficantes a gran escala, pistoleros, transportistas, blanqueadores de dinero negro, prostitución, alcohol, cocaína, lujo, cochazos, chales impresionantes...

Paralelamente a estos hechos la ciudad vive una convulsión política, por primera vez un musulmán se hace con la presidencia de la ciudad autónoma de Melilla. La ciudad es un hervidero de periodistas llegados de diversas partes, continuamente surgen bulos, declaraciones, enfrentamientos entre partidos políticos y dentro de ellos mismos, y por si todo fuese poco, muere el entonces rey de Marruecos, Hassan II.

Todos estos elementos se enredan en la trama: por un lado las conexiones entre las distintas personas con las que se relaciona el amigo buscado del protagonista, tanto en la ciudad española como en localidades marroquíes; por otro los periodistas y sus informadores, incluidos policías, voluntarios de ONG, y las relaciones personales entre ellos; a esto hay que añadir los recuerdos del protagonista y el redescubrimiento de sus antiguos amigos y las nuevas vivencias con personas que no representa la cara oficial de la ciudad.

La trama está bien urdida, el hilo que enhebra todas las escenas es sólido y el lector se queda atrapado ante tanta vida paralela en una ciudad tan pequeña.

Creo que en esta obra se condensan todos los tópicos de la ciudad: la vida política, la asamblea local, la convivencia religiosa, el tapeo, los locales nocturnos, algunos de dudosa reputación; el submundo de las drogas, la legión, la policía, los menores extranjeros no acompañados que deambulan por calles y albergues, el centro de estancia temporal de inmigrantes, la frontera, las porteadoras que llevan productos de España a Marruecos sobre sus espaldas, el comercio atípico, la alambrada que intenta frenar la entrada de migrantes en Europa...

El léxico empleado por el narrador es cercano y salpicado de expresiones coloquiales y frases hechas que hacen que su lectura sea cercana a cualquier lector, con modismos locales y apócope de palabras.

También rinde homenaje a detectives novelescos como Bevilacqua y Chamorro de Lorenzo Silva, que creo recordar que también situó la ciudad de Melilla en una de sus novelas; además cita a Stevenson y El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, a Philip Marlowe, el detective privado creado por Raymond Chandler; músicos como Miles Davis, Jarabe de Palo, e incluso hay citas cinematográficas: El Bueno, el Feo y el Malo o La muerte tenía un precio, entre otras muchas notas del mismo calado.

Además, como anécdota muy literaria, se presenta el escritor como uno de los personajes de la novela con su verdadera identidad, aunque su aparición sea en dos frases y en dos escenarios diferentes.

Sin duda una buena novela policíaca con reminiscencias de la novela negra anglosajona que tanto caló en la sociedad occidental durante el siglo pasado, recreada en una ciudad española a la que el protagonista/escritor regresa cuando la creía tener perdida y recupera todos sus recuerdos y vivencias; su pasado está con él.




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