Trilogía del fuego
Texto: Henning Mankell
Traducción: Mayte Giménez
Colección Las Tres Edades
ISBN 978-8417308-96-4
Rústica con solapa
150 x 230 mm, 464 páginas
21,95 €, (0-99 años), 2018.
Por José R. Cortés Criado.
El escritor sueco Henning Mankell conoció a una niña que
acababa de perder sus dos piernas y a su hermana pequeña al pisar una mina antipersona,
nunca vio a una niña tan valiente y tan decidida; pensó en una palabra hermosa
para definirla y la que eligió, fue invencible.
Porque así es ella, una niña, una mujer invencible, que no
se deja pisar, que no se rinde ante nada y ahí está caminando con dos piernas ortopédicas
pero pisando fuerte literalmente en su vida. Nadie decide por ella, ella sabe
que es el timón de su existencia y no va a frenarla nadie.
Sofia es una niña de Mozambique, uno de los países más
pobres del mundo, que se vio envuelto en una guerra civil que duró casi veinte
años, cuando los portugueses decidieron dejar su antigua colonia. Como siempre,
intereses ocultos armaron a unos contra otros para beneficio de unos pocos y
perjuicios de unos muchos.
En medio de esa guerra las clases más desfavorecidas
pagaron las consecuencias, esos llamados efectos colaterales, personas como
Sofia hubieron de huir de sus poblados por temor a las milicias y acabaron muy
lejos de sus aldeas en campamentos hacinados donde la vida es miserable para
todos.
Pero si esto fue poco, cuando vivían en terreno pacífico,
debían andar por las sendas marcadas por temor a pisar una mina antipersona de
las miles que aún continúan enterradas esperando un pie inocente que las despierte.
Cuando Sofia Elface Fumo tenía once años pisó una de esas
minas en noviembre de 1993, perdió sus piernas en el lugar de la explosión y su
hermana Maria, de ocho años, resultó malherida y falleció unos días después.
Paradojamente esas minas debían haberse desactivado pero las dejaron para
proteger un campamento de ingenieros italianos.
La vida le cambió a Sofia, ella sabe lo que es no tener
piernas, estar en un hospital muy lejos de su familia y sacar fuerza de
flaqueza para seguir viviendo y luchando por su espacio en el mundo.
Henning Mankell se convirtió en una especie de padrino para
ella, recibió una ayuda periódica de él, incluso le facilitó dinero para la
compra de una máquina de coser con la que hacía trabajos para la familia y para
aportar dinero a la casa. También la tuvo en cuenta en su testamento.
En la primera novela de la trilogía, El secreto del fuego, escrita en 1995, se narra su vida desde que
abandonaron su aldea natal hasta que su hermana mayor, Anita, murió de sida en
1998, justo el mismo día que Sofia cumplió quince años. Ahí se da a conocer a
esa niña invencible que supera todas las dificultades para volver a caminar,
para ir a la escuela a aprender, quiere ser médico. Finaliza cuando está rota
por el dolor del fallecimiento de Anita a la par que conoce el amor.
La segunda entrega, 2001, Jugar con fuego, ya está presente una mujer invencible que abandona
su hogar para iniciar su propio camino con sus tres hijos. No le fue fácil
tomar la decisión pero no quiso someterse.
La tercera, 2007, La
ira del fuego, según el escritor, es donde se mezcla más la realidad con la
fantasía, contó que se la leyó a Sofia al lado del fuego en las noches
africanas.
La vida no le fue fácil a Sofia, y se convirtió en una
madre invencible con un hijo varón y tres hijas, nacidos de tres padres
distintos que se desentendieron de sus obligaciones.
Con dieciséis años se quedó embarazada de un técnico del
centro ortopédico que la atendía, tuvo a su hijo sola en 1999 y decidió continuar
sus clases, debía recorrer dos kilómetros diarios andando, tardaba una hora en
hacerlo. En 2003 pasó a la escuela secundaria y debía recorrer casi diez
kilómetros, lo hacía en una silla de ruedas con un manillar especial donado por
dos ONG españolas.
Nunca llegó a estudiar medicina, tuvo más hijos, más
maridos que desaparecieron de su vida sin dejar rastro y terminó poniendo una
tienda de ultramarinos en su aldea gracias a las ayudas de varias ONG.
Todo esto está narrado con la calidad literaria con la que
escribía Henning Mankell, novelando la vida de esta mujer invencible de forma
tan sencilla y atractiva que no te deja respirar hasta finalizar la lectura.
El relato no es solo la vida de Sofia, hay que sumarle la
lucha contra la pobreza, la injusticia y el sinsentido que la vida ofrece a
algunas personas en determinadas ocasiones, dotando a la obra de fuerza para
superar el estupor y la indignación ante las adversidades.
Ese coraje que le hace sacar fuerzas para no ser una mujer
mutilada, una mujer incompleta, que no sirve, como se las suele considerar en
la mayoría de los países afectados por esta tragedia.
Gracias a la editorial Siruela hoy podemos leer la trilogía
de un tirón, disfrutar de una buena escritura y analizar la dureza de la vida
para ciertas personas por el hecho de nacer en un lugar cargado de problemas.
Como dice Gervasio Sánchez en el prólogo, “En los relatos
de Henning Mankell está la sal de la vida de Sofia, su capacidad de superación
para enfrentarse a las situaciones más difíciles, la dignidad con la que pasea
su cuerpo mutilado por culpa de la violencia de la guerra, su valentía y su arrojo
para mejorar la vida de sus cuatro hijos y romper el ciclo de pobreza y
violencia que sufre su familia desde hace generaciones”.
Gervasio Sánchez es fotoperiodista autor de Vidas minadas, un proyecto fotográfico
empezado en 1995 que tiene a Sofia como una de sus protagonistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario