viernes, 30 de noviembre de 2018

"Los hermanos Willoughby" de Lois Lowry


Los hermanos Willoughby
Texto: Lois Lowry

Editorial Anaya
Colección Narrativa infantil
ISBN 978-84-698-4730-5
135 x 195 mm, 176 páginas
14 €, (+ 10 años), 2018.





Por José R. Cortés Criado

Un cuento para jóvenes algo raro desde su inicio. Se trata de una familia algo extraña. El señor y la señora Willoughby viven con sus cuatro hijos; los padres no soportan a sus retoños y estos tampoco a sus progenitores.

El señor se pasa el día trabajando, le dedica poco tiempo a los hijos. La señora bastante tiene con hacer de comer, no quiere saber más de sus niños.

El mayor de los hermanos, de doce años, Tim, es el que manda sobre los demás, les da todos los días una serie de puntos que van perdiendo según sus actos. Ya sea por hablar a destiempo, repetir las preguntas o no saber una respuesta. 

Le siguen los gemelos, de diez años, ambos se llaman Barnaby, y por ser tan iguales, nadie los distingue, así que para diferenciarlos a uno lo llaman A y a otro, B. Les sigue la pequeña Jane, de seis años.

La familia no es ejemplar. Incluso le dejaron en la puerta un bebé abandonado y la madre no quiso hacerse cargo de esa pequeña niña. Los niños la depositaron en la puerta de la casa de un señor multimillonario que vivía míseramente tras la desaparición de su mujer y su hijo bajo un alud de nieve en Suiza cuando viajaban en tren.

Cierto día a Tim se le ocurre que lo mejor es desprenderse de esos padres. Y los padres pensaron que lo mejor era deshacerse de sus hijos. Los hijos le hacen llegar propaganda de unos viajes excitantes, navegar en canoa por ríos infestados de cocodrilos, sobrevolar volcanes en erupción, escalar montes nevados...

Los padres para irse de vacaciones contrataron a una niñera y pusieron en venta la casa. Nani, la criada, y los niños terminaron llevándose bien y aliándose para sobrevivir a la crueldad de esos padres desalmados que acabaron en una ladera helada en Suiza.

A lo largo de la trama se entrecruzan personajes de tan singular familia con los del señor millonario, unos en Suiza, otros en su localidad natal y terminan de la mejor manera posible para las mejores personas de la historia.

Los hechos que acaecen a los personajes tienen similitud con otros hechos ocurridos a personajes de cuentos clásicos. La autora relaciona los títulos que sirvieron para hilvanar esta trama. De hecho Tim se pregunta constantemente qué harían en determinadas circunstancias niños chapados a la antigua como ellos o su familia.

La historia está cargada de ironía y nos presenta como un hecho normalísimo el que los hijos deseen eliminar a los padres, o estos sean unos desalmados que se despreocupen de ellos hasta indicarles que deben abandonar la vivienda pues ha sido vendida y ellos no entran en el lote de enseres domésticos.

A mí me ha divertido leer una novela tan poco correcta políticamente, al estilo de las historias escritas hace décadas por escritores rompedores con las normas caducas establecidas, hecho que actualmente no suele producirse dado que hoy todo son buenas actitudes y conductas irreprochables de familias idílicas. 

Deseo que los lectores sepan disfrutar del ingenio y de las ganas de provocar de la autora estadounidense, que página tras página nos obliga a reflexionar sobre las conductas cotidianas y los hechos insólitos. Sirva de ejemplo cuando cuenta que el señor millonario lo es gracias a una golosina que se vende por millones y que destroza las dentaduras de los niños, y que para hacerse rico hay que tener pocos escrúpulos y pasar de esas pequeñas cosas como es la salud de los pequeños.

Relación de libros antiguos
que están repletos de huérfanos lastimeros, pero adorables, de parientes tacaños y cascarrabias, de benefactores bienintencionados y de transformaciones propiciadas por niños bonachones: Ana de las tejas vedes, Cuento de Navidad, El jardín secreto, Heidi, James y el melocotón gigante, Jane Eyre, Las aventuras de Hucklleberryn Fiin, Los gemelos Bobbsey y la pequeña May, Mary Poppins, Mujercitas, Pollyanna, Ragged Dick y Toby Tyler, o diez semanas en un circo.

Además en las últimas páginas hay un glosario de términos utilizados en la novela que empieza por abyecto y termina con taciturno, pasando por perverso, bonachón o patético.

Esta sátira inteligente fue galardonada con el premio Parents’ Choice Gold Award.



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