Sierra i Fabra, Jordi
Colección: Alandar [+12 años]
N.º Páginas: 144 Formato: 130x200 mm
Encuadernación: Rústica plastificado
ISBN: 9788426352194
Por José R. Cortés Criado.
Los tres personajes principales son niños, una asiática, Ying Tao; otro sudamericano, Juan Pablo; y otro árabe, Hamid, que representan tres seres inocentes en tres lugares donde sus vidas corren peligro por el hecho de vivir y ser niños.
La obra se desarrolla en tres lugares simultáneos, en un valle de Laos o Camboya; en la selva guatemalteca o salvadoreña; y en el desierto palestino o libanés.
Y el autor nos viene a corroborar que las bombas son máquinas asesinas, no pierden su capacidad de matar a pesar del tiempo transcurrido desde su fabricación
Desde el principio el lector sabe que tres niños juegan con una bomba olvidada de una guerra pasada y teme que en cualquier momento ocurra una desgracia.
Seguramente no es así para evitar demasiado realismo, pero puede ser, aún se leen noticias de bombas olvidadas que conservan su poder destructor.
La de esta historia es una de gran tamaño que fue lanzada por un avión, y aunque existen, no son tan abundantes como las más pequeñas, las minas unipersonas, que causan estragos diariamente en una gran parte del mundo.
Toda la obra es un alegato a favor de la paz positiva, no a la guerra y si a una existencia tranquila, feliz y solidaria. En esos términos se expresan los chavales cuando lo que quieren es una casa confortable, comida suficiente, visión para la abuela, bienestar para devolver la sonrisa al padre, agua en abundancia para todos...
En cuanto a la estructura de la obra, la idea de intercalar las tres historias es acertada, pero más aún saltar en el espacio y unificar a los tres niños en un mismo territorio, todos somos conscientes del hecho imposible pero lo damos por bueno y lo aceptamos como real, porque da igual que los protagonistas sean de un lugar u otro, tengan rasgos asiáticos, mayas o árabes.
Cada protagonista, es presentado en su ambiente, así nos acercamos a las familias, a sus creencias, a sus formas de vida, al lugar donde habitan y sabemos algo de la historia de sus pueblos. Por desgracia, todos con guerras y matanzas muy recientes.
Cuando acabas de leerlo te deja una sensación de tranquilidad porque a los tres personajes no les ha estallado la bomba, cosa que me temía desde el principio, y comprendes que han dejado su inocencia, han aprendido algo más, pero sobre todo seguirán acudiendo a la escuela porque querrán aprender para no repetir los errores de los adultos; este es el mensaje del narrador, o al menos ese es el deseo que siento como lector, aunque analizando los acontecimientos cotidianos, el hombre sigue siendo el peor enemigo de sí mismo y repite una y otra vez la barbarie.
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