El sombrero
volador
Texto: Daniel
Nesquens
Ilustraciones: Elisa
Arguilé
18 x 18 cm, 32 páginas
Por José R. Cortés Criado.
Una
historia ingeniosa, fantástica, divertida, que atrapa al lector y lo hace reflexionar
sobre los acontecimientos que se narran.
Un buen día
de otoño cuando el señor Hombre elegantemente vestido salió a la calle, una
ráfaga de viento le quitó el sombrero, y después de dar ciento dos vueltas cayó
en un charco.
Aquí
comienza el problema, el personaje no sabe cómo recoger su sombrero, los viandantes
de la ciudad observan impasibles y el sombrero sigue en el agua. El señor Perro
pasó por allí con su amo, pero no quiso mojarse las patas, el señor Gato no
sabía nadar, el señor Pájaro tampoco pudo alcanzarlo y de pronto el sombrero
regresó a la cabeza de su dueño gracias a la señora…
Cuando parecía
que sería imposible recuperar el sombrero un animal nada corriente en una
ciudad se lo devolvió al asombrado señor Hombre que pudo continuar con su
paseo.
Al ingenio
de Daniel Nesquens se ha unido la estética de Elisa Arguilé que destaca sus
imágenes sobre un fondo amarillo claro, predominando los colores negros y rojo
y algo de verde, marrón y violeta.
Casi todas
las imágenes de personas son de gran tamaño al compararlas con los edificios de
muchos pisos de ladrillos rojos que son la representación del paisaje urbano,
formando un conjunto de apariencia sencilla pero de difícil creación.
El texto y
las imágenes forman un todo y ambas conforman el contenido de la historia,
complementándose uno y otras.
Cada
lector puede aportar su imaginación al libro y reinterpretar lo que las
imágenes representan en el conjunto de la obra.
Además, el
libro tiene una buena apariencia, dado el grosor de las portadas y la calidad
del papel de sus páginas.
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