jueves, 29 de junio de 2017

Una biblia. Antiguo testamento de Philippe Lechermeier

Una biblia. Antiguo testamento

Texto: Philippe Lechermeier

Ilustraciones: Rébecca Dautremer

Traducción: Elena Gallo Krahe


360 x 290 mm, 256 páginas

(+ 12 años) 2017.


Por José R. Cortés Criado.

Philippe Lechermeier escribe este libro inspirándose en El Antiguo Testamento. Él bien sabe que La Biblia recoge cientos de historias que forman parte de nuestro patrimonio cultural; este conjunto forma parte de la tradición oral y constantemente se reelabora y cobra nuevo brío; eso es lo que este escritor ha hecho, darle un nueva fuerza a historias ya conocidas.

Este volumen tiene cinco partes y un prefacio, además unos anexos y un índice. La primera parte se titula El Génesis o cómo empezó todo; la segunda, El Éxodo o la larga peregrinación hacia la tierra prometida; la tercera, El Libro de los Jueces o la lucha contra los opresores; la cuarta, El Libro de los Reyes; y la última, Libro del Exilio.

La prosa es muy amena y toma distintas voces narrativas. Algunos pasajes tienen forma de cantar, hay palabras rimadas, ritmo marcado, y a veces el interlocutor se dirige al público/lector para animarlo en la lectura;  estos cantares los llama de la mosca; ella es la narradora de los singulares hechos que hubo lugar en Egipto y durante la travesía del mar Rojo hasta llegar a la tierra prometida.
El narrador del singular viaje del profeta Jonás en el vientre de un pez gigante es contado por un niño pescador, que tuvo la fortuna de iniciarse en ese oficio el mismo día que Jonás embarcó para alejarse de Nínive.

Los sueños de José, el hijo menor de Jacob, se presentan en forma teatral, son tres actos y un coro que da la entrada a cada uno de aquellos.

El resto de la obra tiene un narrador en tercera persona y una prosa muy atrayente.

Si encantadores son los textos, mágicas y geniales son las ilustraciones. Rébecca Dautremer elabora unas láminas cargadas de fuerza; en ellas podemos observar manchas multiformes, absoluta oscuridad y multitud de caras expresivas, ya sean personas serias, sonrientes o abstraídas.

La mayoría de los retratos están elaborados en colores sepia, dándole una pátina envejecida a la imagen; otras en negro sobre blanco, en las que se resaltan expresiones serenas, amigables o temerosas; pero las láminas llenas de color se llevan lo mejor; tienen la fuerza de lo que representan y la vida de los colores.

A las caras y cuerpos la autora añade elementos minúsculos, líneas o pequeños detalles dotándoles de un aire surrealista que tan pronto te recuerdan a la pintura del Bosco como te llevan al mundo onírico. No dejan indiferente al lector estos dibujos.

Además hay una serie de pequeños dibujos en blanco y negro que complementan la lectura y añaden belleza al texto con simples trazos de tinta negra.

Por último añadir que la editorial Edelvives ha cuidado de forma especial la edición de este libro, tanto por su formato, tipografía, tamaño, como por la calidad del papel en el que se ha imprimido.

Un buen libro que gusta a los amantes de la lectura y a los que disfrutan de la belleza de la pintura.








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